
Ese ‘+’, que reaparece en el balance en 2023 tras diecisiete años (17, sí) de ausencia, y que también se confirmó el pasado junio, es la condición que -en términos financieros- permite al Milan no hundirse en el drama y evita volver a los apuros de años anteriores. Por supuesto, queda el desplome deportivo, el de un club que no podrá contar esta temporada con la cascada de millones cortesía de la Liga de Campeones.
Una carencia que inevitablemente tendrá repercusiones a corto e incluso medio plazo, porque ralentiza un círculo virtuoso consolidado, pero que -al mismo tiempo- aún puede absorberse precisamente porque las cuentas del club están saneadas. El Milan, al margen de todas las habladurías, sigue siendo una empresa saneada aunque, para que siga siéndolo, el listón se haya elevado considerablemente. El “scudetto del bilancio” es el latiguillo polémico que utilizan a menudo los aficionados rossoneri, y es un sarcasmo comprensible, pero la reflexión es incontrovertible: basta pensar en cuál sería la situación actual del Diavolo sin Liga de Campeones y con el agravante de un pesado pasivo.
En todo caso, debemos centrarnos en los medios por los que el club puede, al menos parcialmente, compensar esos millones que no llegarán. Básicamente, por supuesto, tenemos que volver a ganar, y ahí es donde el club pretende centrarse. Dicho esto, para hacerse una idea: la Liga de Campeones de la temporada pasada, a pesar de que el Diavolo ni siquiera llegó a octavos de final, entre los aproximadamente 61 millones de premios totales de la Uefa (participación, resultados, clasificación, market pool, primas) y los ingresos de taquilla, ingresó una dote de unos 80 millones. La temporada anterior, llegando hasta semifinales, había sido de más o menos 120 (cifras antes de costes).
Entonces, sin entrar en la dinámica del mercado, ¿cuáles son las formas de aumentar la tesorería? La respuesta, aunque parcial, está en los ingresos. Una partida que en los últimos años ha pasado de rancia a chispeante. Algunas cifras para fotografiar y entender mejor: en el ejercicio 2018/19 fue de 241,1 millones, luego bajó por la pandemia incluso por debajo de los 200 (192,3). Una caída fisiológica e inevitable, pero aun así partían de una base ya de por sí baja, completamente desproporcionada para las ambiciones del club y las cifras registradas por la competición.
Pues bien, en el balance que se cerró el pasado mes de junio, los ingresos se situaron en 457 millones, un récord en la historia del club (los costes, sin embargo, también aumentaron). Igual que fueron récord los 404,5 millones del año anterior, cuando se superó por primera vez la barrera de los 400 millones. Las cifras se han más que duplicado en solo cuatro años. El Milan se situó como el mejor club italiano por ingresos en la Football Money League 2025 de Deloitte: en 2018/19 quedó por detrás de Juve, Inter y Roma. En particular, los ingresos por patrocinio -en virtud de contratos con nuevas contrapartes o renovaciones de relaciones existentes- y los relacionados con iniciativas comerciales y cánones, gracias también a la venta de asientos premium en el estadio (que será una partida muy importante en el sistema venidero).
El sector comercial, en particular, se ha animado mucho con RedBird, gracias a la red de contactos y negocios que Cardinale tiene en Estados Unidos. La idea de un Milán “globalizado” se refleja también en una cifra que dice mucho: en los partidos del Diavolo en casa ha aumentado constantemente la proporción de espectadores extranjeros. Con el Atalanta, por ejemplo, fueron cerca de 18.000 de las 30.000 entradas vendidas. Por supuesto, había las vacaciones de Semana Santa de por medio y Milán es un destino turístico cada vez más popular, pero la cifra sigue siendo notable.
Y hablando del estadio, esta temporada el Diavolo es el club con la mejor media de ocupación de Italia. Mientras tanto, el club no deja de sondear nuevas vías a las que aspirar y alimenta las que ya tiene “en casa”: se esperan renovaciones de peso como la de Emirates, y luego está el nuevo dorsal (Bitpanda) firmado esta temporada. La camiseta rossonera, además, es hasta la fecha la más ‘pesada’ de la Serie A entre Emirates (30 millones), Puma (30), Msc (5) y Bitpanda (5). En términos de ‘retail/merchandising’, el crecimiento previsto es superior al 30%.
Furlani ha realizado recientemente viajes de negocios a Dubai (donde el Milan tiene una oficina, además de Shanghai) y Miami, mercados estratégicos para el club y en crecimiento. Baste decir que casi una de cada dos camisetas ha sido comprada por aficionados no italianos. Una expansión completa y significativa en el extranjero, que no sólo se dirige a Estados Unidos u Oriente Próximo: de hecho, el Diavolo hará una gira por Hong Kong, Singapur y Australia para conquistar los países de la región Asia-Pacífico (APAC). Todas las vías serán útiles para aumentar los ingresos: el próximo objetivo, 500 millones, no está tan lejos.