Pioli y la magia del scudetto

Le ha tomado las medidas a sus hombres, los ha consolidado, pero a menudo Stefano Pioli ha sabido reinventarse. Llamémosle el mago de la táctica: mientras se discutía que eran demasiado predecibles, el técnico del Milan líder sacó en el Maradona un nuevo módulo más sólido en el centro del campo que rompió la baraja del Nápoles. No fue la primera gran idea de esta temporada: Pioli está luchando por su primer scudetto a base de variaciones.

En dos años y medio de Piolización, los laterales han migrado según la temporada y de las exigencias tácticas. Siguiendo la trayectoria de Theo tendremos una idea más clara de las colocaciones por banda. El francés empieza de ala para valorizar sus dotes ofensivas; en el pase al 4-2-3-1 se retrasa y se mueve como lateral abierto, con Rebic cortando hacia el centro.

Al final, la tendencia de esta temporada: Theo parte largo y va hacia el centro del campo. Lo mismo sucede en la otra banda con Calabria (Leao y Messias o Saelemaekers crean más espacio arriba), por tanto, menos centros, más peligrosidad entre líneas. Así son más impredecibles.

Kessié como mediapunta: primer experimento en Empoli, repetido con éxito en el derby para intentar contener a Brozovic. Ibra como regista avanzado: solución lógica con el paso de los años, pero sobre todo apropiado viendo sus características, que antes de ser un goleador, tenía una visión de juego diferente de los demás, que es lo que necesita un regista avanzado.

En cuanto a Kessié, ha sido una temporada llena de altibajos, pero las continuas variaciones de Pioli también le han revitalizado. Brahim es el mediapunta de posición, el único jugador de la plantilla con la actitud de número diez.

En el primer partido de 2022, ante la Roma en San Siro, el técnico remodeló al Milan en un 4-3-3 híbrido con Brahim como volante derecho, al lado de Tonali y Krunic. Frente a los giallorossi que colocaron a Veretout y dos incursores de calidad como Mkhitaryan y Pellegrini, el trío rossonero anestesió las fuentes de juego de Mourinho.

La alta presión de Diaz y Krunic sobre el vértice bajo de la Roma, creó superioridad en la zona de tres cuartos, liberando pasillos para Messias, Giroud y Leao. No es casualidad que fueron los tres marcadores en el 3-1 rossonero.

Se decía que el 4-2-3-1 ya no servía, el Milan no tiene un verdadero mediapunta, Brahim no funcionaba y Kessié tampoco en esa posición. Pero Pioli era el primero en saber que el Milan arriesgaba con estar cansado y predecible con esa manera de jugar gastando tantas energías.

Así, en un cruce importante para el scudetto, optó por un 4-1-4-1 elástico que encerró el juego del Nápoles y concedió al Milan la posibilidad de encontrar un mejor equilibrio en este periodo. Tonali bajo en defensa, con la posibilidad de aprovechar mejor también los pies de Bennacer. El truco funcionó bien. Veremos si es la nueva fórmula fija.

Centro milimétrico de Mike Maignan, sensacional gol de Rafa Leao: así el Milan superó a la Samp en el partido del 13 de febrero, gracias a la capacidad del portero y del talentoso delantero portugués. Pioli no es nuevo en la creación de este tipo de esquemas.

El gol de Leao llegó tras ocho minutos, pero en la temporada pasada al portugués le bastaron 6 segundos y 76 centésimas para ir al gol. Para aprovechar la velocidad y la bravura, los centros de Maignan son ideales y la solución suele ser probado a menudo en el partido, también con otros compañeros.

Maignan enseguida se distinguió en el Milan como un portero de gran personalidad, capaz de ver el juego y generar desde atrás también de manera extrema.