La dura agenda de RedBird

La entrevista a Paolo Maldini ha creado rumor pero por otra parte no podía ser de otra manera. El d.t. rossonero apunta con el dedo sobre todo contra determinadas actitudes de Elliott y del a.d. Iván Gazidis, pero manda también un mensaje a RedBird.

El número uno de RedBird, Gerry Cardinale, habra tomado apuntes. Falta muy poco para conseguir la firma preliminar de la compra del club. Realmente poco: no se habla ni tan siquiera de una semana (harán falta varias semanas para el cierre definitivo), sino de días.

El fondo de inversión norteamericano está por ser el nuevo propietario del Milan (Elliott se quedará como socio minoritario) y está llamado a una evidente celeridad de acciones y decisiones. Porque el mercado llama, porque hay en duda importantes renovaciones, porque el asunto del nuevo estadio no puede sufrir mayores ralentizaciones.

Por tanto, antes de estar de manera oficial al timón del club, RedBird ya tiene varias cuestiones a tratar. Maldini por ejemplo ha dejado claro que hace falta que exista por parte de la propiedad la voluntad de abrir un ciclo para poder competir contra los más grandes de Europa.

Es en base a todo lo comentado por Paolo, está claro que la primera cuestión de la que ocuparse los nuevos propietarios serán las renovaciones de los directivos del área deportiva: Maldini, Massara y Moncada, la triple M de la gran M del Milan.

Siempre que, obviamente, el proyecto de RedBird contemple sus nombres. En realidad en esta fase de transición siempre aparece el hecho que realmente no quieren cambiar nada de manera tan radical. Ya que la actual directiva ha trabajado realmente bien como para conseguir el scudetto tras 11 años de ausencia, bien porque no hay el tiempo suficiente como para buscar posibles sustitutos.

Maldini en la práctica pide de manera muy directa a RedBird cuales son las reales intenciones, el futuro proyecto y el potencial de inversión. Dando a entender que este año equipo, entrenador y directiva han realizado un gran trabajo para llevar al Milan por delante de todos.

Y que para ser realmente competitivos en Champions, hay que reforzarse. Técnicamente el contrato de Maldini y Massara finaliza el 30 de junio, pero es impensable forzar mucho más allá de esa fecha. De ahí que el primer movimiento que espera la hinchada del fondo guiado por Cardinale es la confirmación del área técnica.

Luego tocará el mercado. Maldini pide tres fichajes de nivel para dar un salto de calidad, pero obviamente RedBird hará valoraciones sobre los fichajes ya empezados. Se piensa en Botman en defensa (aunque tiene una nueva oferta del Newcastle), Renato Sanches en el centro del campo y uno entre Berardi, De Ketelaere o Noa Lang como extremo y Scamacca en el ataque.

En base de quien llegue y los nombres que circulen, se entenderá enseguida la entidad de inversiones puestos en cuenta por RedBird. Se harán también valoraciones sobre los jugadores cedidos. En particular Florenzi y Messias, mientra que Brahim (a diferencia de Bakayoko) se mueve a la normal confirmación para el segundo año como cedido.

El nuevo estadio, como lo fue para Elliott, es obviamente un punto central también para los nuevos propietarios. Porque el camino para aumentar los ingresos pasa por aquí. La situación es conocida: tiempos bíblicos, con un debate público todavía por afrontar.

Tiempos que la compraventa del club claramente no ayuda a arreglar. De momento la situación es fluida: el Milan contempla tanto el proyecto de compartir el estadio con el Inter como irse por su cuenta. Y el hecho que Cardinale en estos días fuera a visitar personalmente el área de San Giovanni donde podría estar el nuevo estadio, hace clara la idea de lo prioritario del asunto. A costa de tener que abandonar de manera definitiva San Siro.