
Cenas, viajes y cero parámetros. Desde los años dorados con Sacchi hasta los últimos triunfos con Allegri, Adriano Galliani ha sido el fichaje de Berlusconi para el Milán durante más de veinte años. Su intuición y su olfato para los negocios siempre han resultado decisivos: en particular, en 10 ocasiones…
MARCO VAN BASTEN
En 1986 Berlusconi compra el Milán y, un año después, decide ceder un equipo de primera a Arrigo Sacchi. Dos sobre todo: Ruud Gullit, procedente del PSV Eindhoven, y Marco van Basten, el delantero holandés avistado por Braida en las filas del Ajax.
Galliani vuela varias veces de Milán a Ámsterdam junto a Cavaliere y su padre Luigi, habla con el jugador y, al final de una cena en marzo de 1987, consigue el sí definitivo: Marco llega a los rossoneri como agente libre y se queda en Italia. hasta 1995, ganando tres Copas de Europa y otros tantos Balones de Oro.

GEORGE WEAH
El primer jugador no europeo en ganar el Balón de Oro fue comprado por el Milan en mayo de 1995 a cambio de solo 11.000 millones de liras. Galliani eligió a Weah para construir el ataque rossoneri después de van Basten, pero la negociación para ganarlo no fue fácil.
De hecho, el sorteo de la Recopa de Europa enfrentó al Milan y al Psg en semifinales: Weah no logró brillar y terminó en el punto de mira de la afición francesa, que le reprochó haber favorecido a sus futuros compañeros.
La situación se volvió insoportable, Weah aprovechó el contrato a punto de expirar: “Si me abandonas ahora, todos ganan. En un año, sin embargo…”. El presidente Denisot se rindió y, unos meses después, George fue elegido mejor jugador del mundo.

ANDRIY SHEVCHENKO
176 goles con la camiseta del Milán, Balón de Oro en 2004. El ucraniano dejó una huella imborrable en las páginas de la historia rossoneri: estudiado detenidamente por Ariedo Braida, fue visto por Galliani durante un partido de Champions en Kiev.
Andriy no quedó impresionado, pero el CEO, después de algunas dudas, decidió confiar en el parpadeo de su DS: “Vamos a ficharlo”. El resto es historia: Sheva recibió de regalo una camiseta del Milán, acompañada de la promesa de que, en los rossoneri, podría ganar el Balón de Oro. Para traerlo a Italia se necesitaron 40 mil millones, pero la inversión fue ampliamente pagada en el campo.

ALESSANDRO NESTA
En el verano de 2002, Alessandro era el capitán de la Lazio y, a pesar de los problemas económicos de Cragnotti, no parecía tener intención de cambiar de equipo. El Milan, junto al Inter y la Juve, miraban con interés la situación del club biancoceleste, que -como el Parma, penalizado por el crack de Parmalat- parecía obligado a ceder a los jugadores más fuertes.
El camino parecía trazado: Nesta en el Inter y Cannavaro en el Milán… con la fórmula de la cesión. Al Parma no le gusta, los Rossoneri se toman su tiempo, luego descubren que Lazio e Inter no han llegado a un acuerdo para el traspaso de Alessandro.
Berlusconi empieza a ponerse codicioso y, en los “días del cóndor”, llega el punto de inflexión. Por un lado, los rossoneri superaron a duras penas al Slovan Liberec en la previa de la Champions: estaba claro que el Milan necesitaba un central.
Por otro lado, la Lazio rebaja sus pretensiones y fija el precio de referencia en 33,7 millones. Silvio da luz verde a Galliani que, el 31 de agosto de 2002, cierra el trato y lleva a Nesta a los tribunales de Ancelotti.

RICKY KAKÀ
Cara de niño bueno, traje elegante, corbata intelectual y anteojos: el mediocampista ofensivo brasileño se presentó en el aeropuerto de Malpensa, despertando la ironía de la afición y también de algunos internos.
Llegado en verano de 2003 procedente de San Paolo por 7,5 millones, Kakà fue fichado por Galliani por recomendación del excentrocampista rossoneri Leonardo. Dejó el Milán seis años (y un Balón de Oro) después, cuando aceptó la monstruosa oferta del Real Madrid.
No hay nada que culpar, ni a Galliani ni a Ricardo: apenas seis meses antes, de hecho, la dirección rossoneri le había convencido de rechazar una oferta de 15 millones anuales del Manchester City. Real, sin embargo, sigue siendo Real…

ALEXANDER PATO
En el verano de 2007, el Milán gastó 22 millones para ganar el Pato, bajo el Porto Alegre Internacional. El golpe es sensacional, en particular por dos razones. En primer lugar, por la edad del brasileño, entonces de 17 años, que se convirtió en el menor más caro (en ese momento) de la historia del fútbol.
Luego, por… la inutilización del jugador: las reglas de la FIFA, de hecho, preveían la imposibilidad de formalizar la transferencia internacional de jugadores menores de edad. Pato permaneció en el Milan seis meses sin ver el césped y su contrato quedó depositado el 4 de enero de 2008: debutó una semana después, en San Siro ante el Napoli, marcando inmediatamente el 5-2 de los rossoneri.

RONALDINHO
Un Balón de Oro en la vitrina, dos pies de hada, la condición de jugador símbolo de un Barcelona que había enamorado a todos los amantes del fútbol. Cuando decidió fichar por el Milan, Ronaldinho representaba todo eso.
Corría el verano de 2008: Galliani y Berlusconi, que le siguen la pista desde hace dos años, estaban seguros de que era el momento adecuado para intentar llegar a un acuerdo. El Consejero Delegado va a Barcelona y tiene su sede en el Hotel Juan Carlos Primero.
Allí permaneció unos días discutiendo con todas las partes implicadas: el presidente blaugrana Laporta, Dinho y su hermano-agente Roberto De Assis. El 15 de julio llega el visto bueno definitivo, por una cifra cercana a los 24 millones de euros. Dos días después, su presentación tuvo lugar en el césped de San Siro, ante 40.000 aficionados.

ZLATAN IBRAHIMOVIC
Un año en Barcelona y dos obstáculos difíciles de superar para el sueco: Pep Guardiola y Lionel Messi, que seguro que no tenía buenas sensaciones con Zlatan. En el verano de 2010, Adriano Galliani tuvo la loca idea de intentar traer de vuelta a Ibra a Italia, justo un verano después de su traspaso del Inter al Blaugrana.
El gol se hizo cada vez más insistente a medida que se acercaba el cierre de la ventana estival. La fecha decisiva se remonta al 28 de agosto. El director general vuela a España junto con Mino Raiola, el agente sueco, y se encuentra con el presidente del Barça, Sandro Rosell.
La negociación duró unas horas, al final se cerró con una fórmula que agradeció al presidente Berlusconi: un préstamo gratuito con obligación de rescate de 24 millones, a pagar en tres cuotas de 8 millones. chapeau.

ROBINHO
Tras Ibra, el brasileño: un regalo para Max Allegri, comprado, como es habitual, en el cierre del mercado de fichajes. En el verano de 2010, Galliani se superó a sí mismo y, en la última semana del mercado de fichajes, consiguió colocar a Borriello (vendido a la Roma) y Huntelaar (al Schalke 04).
El dinero de la renta se reinvirtió no para Ibra (que tenía un sueldo de 8 millones, pero venía con la fórmula de la cesión) sino para el mediapunta del City, comprado el 31 de agosto por 18 millones de euros.
¿Resultado? Catorce goles en 34 partidos en el primer año de la Serie A, completo con un campeonato ganado después de años de supremacía del Inter.

ANTONIO NOCERINO
En el verano de 2011, Adriano Galliani, que contaba con un presupuesto menor que en temporadas anteriores, emprendió una larga búsqueda de un “Mister X” para completar el mediocampo de Allegri. Sorprendentemente, en la última media hora del mercado de fichajes, optó por apostar por el mediocampista del Palermo, quien, debido a su contrato por vencer, fue retirado en la módica suma de 500 mil euros. La operación resultó exitosa, teniendo en cuenta que Nocerino terminó su primer año con 48 partidos y 11 goles en su haber.