La asistencia de Krunic

Luego de la crisis de mediados de verano, Krunic no lo había superado: la separación sólo se había aplazado, y ahora que el Fenerbahçe ha vuelto a llamar a la puerta, Rade está dispuesto a abrir la puerta y hacer las maletas. Evidentemente, este matrimonio tiene que hacerse y, si la dote es la que esperan en Via Aldo Rossi, el Milan no se opondrá esta vez. También porque el dinero que recaudarán con la venta del bosnio podrá financiar el mercado de enero, y en particular el fichaje de un nuevo delantero centro para relanzar la carrera por el Scudetto: Jonathan David, del Lille, sigue en primera fila, pero ojo con Serhou Guirassy, del Stuttgart, que está en alza.

Mario Branco, director general del Fenerbahçe, llegará a Italia para discutir con el Milan y convencerle de que cierre el fichaje de Krunic. Partiendo de la misma base sólida que en verano: el club de Estambul y el entorno del jugador han llegado a un acuerdo de unos 3 millones netos. Es decir, el doble de lo que gana Krunic actualmente en el Milan. La oferta rossonera se formulará en breve, y deberá ser superior a los 5 millones rechazados por el Diavolo en agosto: es probable que parta de los 6-7 millones, pero el Milan espera cobrar más, digamos unos diez millones.

Todo funcional a los movimientos de los rossoneri, porque Pioli necesita un delantero centro para flanquear a Giroud (además de un defensa central, para reforzar un departamento vaciado por las lesiones). Lo recaudado por la salida de Krunic, unido al presupuesto que destinará la propiedad, permitirá al consejero delegado Furlani, al responsable del área técnica Moncada y al director general D’Ottavio ir al asalto del nuevo 9. La predilección por David, viejo favorito, es siempre alta: con el canadiense, que cumplirá 24 años el 14 de enero, el ataque estaría en marcha durante mucho, mucho tiempo.

El obstáculo es el precio que pone el Lille: ronda los 40 millones. Mucho menos bastaría por Guirassy, el bombardero franco-guineano que acaba de eliminar al Dortmund de la Copa de Alemania, firmando el gol número 18 en 13 partidos: su contrato tiene una cláusula de 17 millones y el Milan está razonando la oportunidad de pagarla, quemando así la competencia para el verano. Guirassy no es un chaval, va para 28 años, pero aún así rebajaría la media de los últimos delanteros centro rossoneri, fijada de forma estable en los mayores de 35 años.

Y en el centro del campo, ¿quién llenará la casilla que Krunic está a punto de dejar vacía? Assan Ouédraogo, un joven de 17 años que ha sido titular en el Schalke, está marcado de cerca por Moncada desde los 15: su cláusula es de 12 millones, pero el Milan esperará hasta junio. También porque, mientras Krunic se prepara para su nueva vida en Turquía -donde se reencontrará con su amigo y compañero de selección Dzeko-, Pioli planea la incorporación del ‘hit’ de diciembre, ese Bennacer que acaba de volver a jugar tras siete meses de espera. Fue precisamente la entrada del argelino en el último partido, contra el Frosinone, la que dio la impresión de que la historia entre Krunic y el Milan estaba en los créditos finales antes incluso de que el Fener volviera a entrar en escena: Pioli utilizó a todos los centrocampistas disponibles menos al bosnio, que ni siquiera calentó.

Y pensar que hasta hace unos meses Krunic era considerado un intocable: cuando fue prometido a los turcos en verano, Pioli había pedido al club que hiciera todo lo posible por retenerlo, Rade debía ser el equilibrador del nuevo centro del campo. Por el camino, sin embargo, Krunic no estuvo a la altura de las expectativas, debido también al problema muscular en el muslo que le frenó a finales de septiembre y octubre: una vez que regresó, no volvió a encontrar su ritmo.

Mientras que los estímulos, dicen, nunca han vuelto tras el fallido fichaje por el Fenerbahçe (las conversaciones con el Milan para una renovación no llegaron a buen puerto: el club estaba dispuesto a llegar hasta los 2,5 millones). De discreto comprimario a intocable, pasando por séptima opción en el medio: el estatus de Krunic en el Milan ha sido una montaña rusa. Casi como su rol: Rade ha sido trequartista, mediapunta, jugador exterior y defensa central, como contra el Borussia en su última aparición. La próxima y última tarea parece ya escrita: ayudante de mercado.