Ahora guía Yacine Adli

Para salir de la crisis invernal, Stefano Pioli lo hizo rápido, sin consultas: el centro del campo del Milan inmediatamente en manos de un gobierno técnico. Y el Diablo se ha vuelto: en el campeonato ha encadenado un trío de victorias (como no hacía desde octubre), ha reencontrado la creatividad de principios de temporada y, sobre todo, ha multiplicado los goles.

Repartiéndose los partidos, en Empoli y con el Roma, estuvieron dos ministros de la república de los buenos pies: Ruben Loftus-Cheek y Yacine Adli. Antes que ellos, con el Monza, fue el turno de Tijjani Reijnders. Goles y más goles, porque hoy esos tres son el corazón, la mente y el pie del Milan, que vuelve a correr, y cuando Bennacer regrese de la Copa Africana de Naciones la calidad en el medio volverá a subir.

Por ahora Adli está al mando, y no podría haber un delantero mejor para explicar el giro técnico del centro del campo rossonero. Porque Yacine, el nuevo director titular, está lo más lejos posible del proyecto milanista de principio de temporada: Pioli había empezado con el equilibrador Krunic y al francés le había dicho claramente: “en el nuevo sistema de juego no hay sitio para ti”. Adli aceptó el reto y se puso manos a la obra para cambiar de piel, de trequartista a jugar por delante de la defensa, en un departamento que entretanto había sido repoblado por el mercado de verano: Reijnders, Loftus-Cheek, Musah, una competencia feroz.

En la distancia, sin embargo, Adli tenía razón, como señaló el propio Pioli tras el 3-1 en Roma: “Yacine aceptó cambiar de rol, es él quien está ganando la apuesta. Este partido y el de Empoli son sus mejores actuaciones, nos está dando mucho y estoy contento: es un chico voluntarioso y comprometido”. En el Castellani Adli manejó el balón más que nadie (más de 100 toques en 90 minutos), subiendo y bajando el ritmo según las necesidades, como un auténtico mediapunta; contra la Roma subió el nivel: se abrazó a San Siro gracias a su primer gol como milanista, inició la acción del doblete de Giroud y ayudó a cerrar el grifo a la iniciativa giallorossi, yendo a morder a El Shaarawy como habría hecho Bennacer. Metamorfosis realizada con éxito.

Mérito de la química Adli, sin duda, pero también de su afinidad con sus compañeros. Las que hay en el vestuario son muchas, y van más allá de la dinámica sobre el terreno de juego. De hecho, Adli es respetado y querido por todos, como demuestra el mensaje que Rafa Leao le dedicó en Instagram tras su buena tarde ante la Roma: ‘Ejemplo de paciencia y trabajo. Enhorabuena hermano’, escribió el portugués. Al de Rafa se unieron los piropos de Giroud, Hernández, Pulisic, Thiaw, prácticamente todo un equipo. Evidentemente, no faltó Reijnders, un compañero con el que el feeling surgió desde el principio y se ha fortalecido en los últimos partidos: a los dos les encanta jugar juntos, se buscan y se compenetran de maravilla, y de ese entendimiento pasa también el cambio de ritmo del centro del campo del Milan.

En el nuevo trío, cada uno está en el lugar adecuado: con Adli en la parte baja, Reijnders ha encontrado su sitio como mediapunta izquierdo (el holandés también ha jugado como mediapunta, con Musah como interior), mientras que Loftus tiene libertad para situarse en el centro-derecha.

Musah, más musculoso, sigue siendo una opción interesante a medida que avance el partido: como suplente, el estadounidense sembró el pánico en el área giallorossi y remató a un poste en los minutos finales. El recién llegado Terracciano, en cambio, se quedó en el banquillo: también puede jugar en el centro, pero “por ahora sólo lo pruebo en la banda”, dijo Pioli. Dada la abundancia en el centro del campo, esto está perfectamente bien.

LA SITUACIÓN ANTE EL UDINESE

Buenas noticias desde Milanello, donde ayer por la tarde el AC Milan comenzó a preparar el viaje del sábado a Udine: Marco Sportiello trabajó con el grupo y está recuperado. Sin embargo, Alessandro Florenzi sigue de baja. El Milan regresará a San Siro el 27 de enero, cuando reciba al Bolonia: en esa ocasión, los rossoneri jugarán sobre un terreno de juego completamente renovado.

El domingo por la noche, tras el partido contra el Roma, comenzaron los trabajos de retirada del césped, que será sustituido por hierba natural y artificial (un 15%, como en los últimos diez años). La operación fue decidida por el Inter y el Milan y costará 500.000 euros: los trabajos de resiembra concluirán a mediados de la próxima semana y los rossoneri serán los primeros en probar el nuevo terreno de juego.