El gran marzo del Milan

Lo que emerge del rostro de Stefano Pioli, en la sala de prensa del Franchi, se parece a él: una sonrisa. Oculta lo justo -la tensión aún en su cuerpo, el ánimo de revancha por viejas críticas-, pero una sonrisa. El entrenador del Milan pasará probablemente una Semana Santa serena y eso es algo porque las Navidades, en el trabajo, habían sido muy malas. Pioli perdió en Salerno el 22 de diciembre y al día siguiente vio cómo su banquillo quedaba en entredicho. El último día de marzo es diferente: Pioli ha enderezado el rumbo en su quinto año en el Milan y sus posibilidades de reaparecer en julio son cada vez mayores. ¿Cómo lo ha hecho? Más o menos, así.

Pioli en la tormenta ha mantenido una sólida relación con el equipo y esa es la primera razón. No han faltado momentos difíciles -algunas críticas internas, susurradas o expresadas-, pero el Milan ha salido de los momentos difíciles luchando, como demuestran Udine, Frosinone y Roma: tres victorias en los últimos diez minutos. Pioli ha conseguido, entre méritos y defectos evidentes, que el equipo se exprese. Los centrocampistas miran más al frente que a la cobertura, y eso no cambiará; la defensa dista mucho de ser perfecta, pero se aprecian mejoras. ‘Nos estamos acercando a un nivel muy alto’, dijo ayer.

Las individualidades hablan por él. Ruben Loftus-Cheek siempre ha tenido ese físico, pero la habilidad para atacar el área con la manera y el timing adecuados no vino de Londres: creció en Milanello. Yacine Adli ha completado su juego y ahora -de forma bastante sensacional- también está en el campo por lo que hace sin el balón. Rafa Leao siempre ha tenido momentos de omnipotencia, pero en Florencia reafirmó que se siente un hombre, ya no un niño: es la transición que lleva años invocando.

Los números lo avalan: el Milan y Pioli han ganado sus seis últimos partidos, tienen el segundo mejor ataque de la liga y, con 14 puntos sobre el Roma y 15 sobre el Atalanta, pueden pensar serenamente en la Europa League. Además, el Milan ya lleva 65 (media por partido de 2,17) y en los cinco años de mandato de Pioli sólo lo hizo (apenas) mejor en la temporada del Scudetto. La plantilla probablemente nunca ha sido tan fuerte, pero el camino está por ver.

En el fútbol no se inventa nada y no se puede negar a los nuevos jugadores el tiempo necesario para asentarse”, declaró ayer Pioli: “Han tenido que conocerme y yo he tenido que conocerles a ellos”. Este es otro factor de crecimiento: los nuevos jugadores han empezado a entender lo que es Italia y hay que reconocerle a Pioli el mérito de haber hecho elecciones claras. Loftus-Cheek, Reijnders y Pulisic titulares de inmediato, Okafor, Musah, Chukwueze y Jovic como alternativas.

Antes de hablar del futuro, un último destello en el ascenso al purgatorio invernal: la gestión de emergencias. El Milan de hoy nació entre noviembre y enero, cuando toda la defensa saltó por los aires. Kjaer: de baja del 29 de octubre a mediados de diciembre. Kalulu: lesionado el 29 de octubre, primer entrenamiento con el grupo a finales de febrero. Sin Thiaw del 29 de noviembre al 12 de febrero. Tomori en observación desde el 22 de diciembre durante dos meses.

Durante la mayor parte de diciembre, hasta el 7 de enero, Pioli hizo jugar a Theo Hernández como defensa central -bravo por Theo por adelantarse- y la idea fue sin duda brillante. Desde mediados de enero, durante un mes, la pareja de centrales fue Kjaer-Gabbia, una cuarta opción y un jugador enviado al Villarreal en calidad de cedido. El Milan ha aguantado, ha evitado un parón prolongado, casi ha superado las lesiones y ahora disfruta de los progresos.

¿Y ahora? Y ahora, sobre todo, cuentan los dos derbis: Roma en la Europa League, Inter en la liga. Giorgio Furlani, como director general de conciencia, afirma que no serán los episodios los que decidan el mañana de Pioli: “Sería poco generoso evaluarle en función de su trayectoria futura en la Europa League o del resultado del derbi, por muy importante que sea. Cierto, pero el fútbol es así: el balance del viaje depende mucho del destino. Un Milan en semifinales de la Europa League y posiblemente aún más lejos, quizá con una copa en el autocar abierto, pondría una sonrisa en la temporada. Una eliminación en cuartos y otra lesión del Inter darían ganas de cambiar.

Los directivos, ciertamente, han defendido a Pioli a capa y espada. Scaroni: ‘Siempre he dicho que Pioli se queda, lo estamos haciendo bien, es una persona fantástica’. Ibrahimovic: ‘Que se confirme, que siga. Está haciendo un buen trabajo’. Moncada: ‘Estoy contento de trabajar con él’. Pioli abrazó ayer a todos desde la distancia y añadió: ‘Del Milan no se sale, estoy muy bien. Estoy muy contento aquí, estoy bien con todo el mundo, luego depende de lo que pase’. El camino hasta julio aún es largo, sigue habiendo fallos, pero las probabilidades de confirmación siguen bajando. Para ver si tiene sentido apostar un euro, que se lo pregunten a Pellegrini, Dybala y Lukaku.