
El Milan está muy cerca de cambiar de entrenador. El segundo equipo rossonero perdió el choque directo contra el Lucchese y es antepenúltimo en la clasificación, en plena zona de playout, en el Girone B de la Serie C. El 0-2 de ayer por la tarde fue casi con toda seguridad el último capítulo en el banquillo de Daniele Bonera, el antiguo hombre de la plantilla de Stefano Pioli, elegido por Zlatan Ibrahimovic en verano para el nuevo proyecto del club.
Tras 26 partidos de liga y un pobre balance -4 victorias, 10 empates y 12 derrotas-, la exoneración con la elección de un nuevo entrenador está cerca. El club, con Jovan Kirovski al frente, ya está manos a la obra, al igual que lo estuvo en el mercado de enero para enderezar el rumbo tras las elecciones del verano: se compraron jugadores experimentados (Magrassi, Camporese, Branca, más Ianesi y Quirini) para enmendar los errores del principio de temporada.
Alberto Bollini, entrenador de la selección italiana sub-19, es una hipótesis para la sucesión: de momento, es el primer candidato. Bollini entrena a la selección azzurra desde 2019 y ganó el Campeonato de Europa sub-19 en Malta en 2023, un éxito histórico: la primera victoria de una selección italiana sub-19 desde 2004.
Tiene dos ventajas sobre gran parte de la competencia: conoce a varios de los jugadores del Milan Futuro por haberlos tenido en la selección y ha entrenado a equipos profesionales de Serie B (Salernitana de 2016 a 2017), Serie C (Módena, Igea Virtus, Valenzana, Lecce) y Serie D (Módena). Se espera que ponga fin a su relación con la FIGC en un momento de transición: los azzurrini jugarán en marzo contra Letonia, España y Francia en la fase Élite de clasificación para la Eurocopa.
Una solución alternativa podría ser Federico Guidi, el actual entrenador, que lo está haciendo muy bien con el equipo Primavera de los rossoneri y que tiene un perfil similar: ha entrenado a las categorías inferiores (sobre todo a los equipos Primavera de la Fiorentina y la Roma), a las selecciones nacionales sub-17 y también a equipos profesionales (Gubbio, Casertana, Teramo). Sin embargo, si el Milan lo ascendiera, tendría que cambiar los banquillos de sus dos principales equipos juveniles.