Milan Futuro: entra Mauro Tassotti

Los aficionados rossoneri siguen recitándolo ahora como un trabalenguas, un rosario laico de magnificencia futbolística: Tassotti-Costacurta-Baresi-Maldini (aunque Filippo Galli también ocupa un lugar). El primer grano del rosario acaba de volver a la base: Mauro Tassotti pasará los próximos cuatro meses y medio en Milanello, llamado por la dirección rossonera a la cabecera del Milan Futuro, que en el club nadie podía imaginar en una situación tan precaria a estas alturas del año.

La jugada está clara: en un equipo que acaba de nacer -en el sentido estricto de la palabra- y con medio pie colgando sobre el precipicio que conduce a la D, es necesaria la intervención de uno de los Grandes Sabios de la historia rossonera para evitar el fracaso del proyecto. Técnicamente, según el comunicado oficial del club, Tassotti “se une al cuerpo técnico del entrenador Daniele Bonera”. Una redacción deliberadamente genérica porque el ‘Tasso’ será una especie de refuerzo, un poco de campamento y un poco de trabajo de motivación. Dos hombros anchos en los que Bonera, en su primer año en un banquillo, podrá apoyarse.

La noticia encendió de inmediato el entusiasmo del pueblo rossonero. Basta con dar un rápido paseo por las redes sociales para encontrarse flotando en ríos de afecto hacia una de las banderas más queridas de la historia del Milan. Y, ni que decir tiene, no son pocos los que abogan por la figura de Mauro para un primer equipo desorientado y falto de esas características -dentro y fuera del campo- que han hecho grande al Diavolo. Tassotti regresa a Milanello tras nueve años de ausencia, pero es uno de esos casos en los que quien vuelve es como si nunca se hubiera ido.

Un vínculo que dura 36 años de la vida de una persona es, sin duda, toda una vida. Y que los caminos se hayan vuelto a unir apenas unas horas antes de San Valentín es una ayuda para los románticos. El Tejón siempre se ha ganado la estima transversal porque utilizaba la receta más sencilla y eficaz: pocas palabras, muchos hechos y mucho trabajo. Trabajo construido sobre una profesionalidad impecable. Mauro fue una de las piedras angulares del ascenso del Milan al techo del mundo. Como jugador acumuló 17 trofeos, ocho de ellos internacionales. Luego vinieron los de los banquillos.

El eterno segundo. El eterno segundo. Tassotti empezó como compañero de Cesare Maldini y luego fue segundo entrenador de Ancelotti, Leonardo, Allegri, Seedorf e Inzaghi. Victorias -muchas-, decepciones -más de una- y luego, en 2015, la llegada de Mihajlovic con su staff y el final del camino como adjunto. ‘No representé la normalidad, fui una anomalía’, dijo hace unos años, rememorando su trayectoria en el banquillo. Pero aquel día del verano de hace diez años, cuando un Galliani avergonzado le comunicó que ya no sería el segundo entrenador con Mihajlovic, fue todo un shock.

Nueva función: “supervisor extra rosa”, es decir, controlar el crecimiento y el desarrollo de los jugadores rossoneri cedidos. Duró poco, porque Tejón es un hombre de campo y no de despacho. Siempre lo ha sido, y su nuevo papel en el Milan Futuro también lo demuestra. Sí, Tassotti siempre permanecerá en el imaginario del eterno segundón, pero ha habido momentos en los que ha dirigido oficialmente al equipo y otros en los que ha estado en el meollo de la cuestión. Por ejemplo en 2010, antes de que llegara Allegri.

Mauro, enamorado del Milan, nunca se ha jugado el cuello, pero le hubiera gustado. Nos lo dijo en verano de 2015: “Llevo entrenando en este club desde el 97, si hubieran querido darme el primer equipo, lo habrían hecho. Y si me lo hubieran pedido, sin duda habría aceptado. Pero no me lo pidieron, evidentemente siempre me consideraron funcional en el papel de adjunto. Y luego debo decir que todo fue bien enseguida: con Ancelotti llegaron grandes éxitos, me sentí realizado en mi trabajo”. Y un año después: “¿Un banquillo ‘titular’? “Si se da, lo tendré en cuenta. Incluso en una categoría inferior. Para mí, entrenar es suficiente”.

El resultado fue distinto. La decisión de seguir a su amigo Sheva primero a Ucrania y luego al Génova significó más años como suplente, pero fueron temporadas llenas de significado y útiles para aportarle un bagaje profesional adicional que ahora, a sus 65 años, Tasso pone a su disposición con su habitual humildad en la Serie C, con el segundo equipo de los rossoneri.

Porque si el Milan llama, no se puede decir que no. Entonces en junio veremos, cualquier hipótesis es imaginable. Una estancia en el futuro Milan, o quizás un regreso al primer equipo. Lo importante para Mauro será mantenerse en contacto con el campo.