El triste adiós de Conceiçao

Así no se imaginaba Sergio Conceiçao el último partido de la temporada. Cuando aterrizó en el planeta Milan el 30 de diciembre, la esperanza era que se quedara allí al menos el tiempo que estipulaba su contrato, es decir, hasta el 30 de junio de 2026. En cambio, el partido de mañana en San Siro contra el Monza será su último en el conjunto rossonero. De hecho, técnicamente tampoco: el portugués está inhabilitado tras la roja que vio en Roma el domingo por la noche y será sustituido por su suplente, Joao Costa. Una despedida sin banquillo, pues. Y además en total silencio al no haber hoy rueda de prensa en la víspera del partido y es difícil creer que Conceiçao vaya a comparecer ante los micrófonos después del partido.

Las publicadas tras la derrota ante los giallorossi corren el riesgo de ser, por tanto, las últimas declaraciones de Conceiçao como entrenador del Milan. “Llevo haciendo reflexiones desde el primer día”, dijo el portugués en su rueda de prensa, en las entrañas del Estadio Olímpico. “Llevo mirando los números desde que llegué, desde el primer partido. Y antes de esta derrota estábamos en el cuarteto de equipos que significa Liga de Campeones con Roma, Nápoles e Inter. ¿Fue una buena temporada? Está claro que no. Y el de hoy (con la Roma, ed.) es un partido que representa plenamente lo que he vivido en estos cinco meses: muchos episodios negativos, grandes y pequeños”. El Milan entrenado por Sergio ha sumado 33 puntos en 19 partidos. Tantos como el Atalanta en el mismo lapso de tiempo, pero menos que la Roma (46), el Inter (38), el Nápoles (38) y la Juventus (35).

Conceiçao intenta defender su trabajo, a pesar de que le resulta imposible salir de un balance naturalmente negativo. “Un año así para un equipo histórico como el Milan no es bueno, luego cada uno tiene que evaluar su propio trabajo y yo siempre soy exigente conmigo mismo. El club también evaluará lo que se ha hecho”. Y en las consideraciones del club no habrá sorpresas: ganar la Copa Italia era el último salvavidas de Conceiçao, cuyo destino quedó sellado el 14 de mayo a las once de la noche, cuando el Bolonia levantó el trofeo y los rossoneri recogieron la medalla de plata. El golpe definitivo llegó unos días después, con la derrota ante el Roma -de nuevo en el Estadio Olímpico, el estadio que fue la casa de Sergio cuando jugaba en el Lazio-, que selló la exclusión del Milan de Europa en 2025/26.

Conceiçao ha anticipado repetidamente en las últimas semanas que algún día hablará de sus difíciles meses en el Milan. Quién sabe si más adelante lo hará en detalle. Por ahora, solo quedan los fríos números, que quizá no cuenten toda la historia, pero fotografían la realidad. Desde 2015-16, cuando asumió el banquillo del Vitoria Guimaraes, el técnico portugués no había terminado fuera del Top 8 en un campeonato. En el Oporto, el otro gran nombre de su carrera en los banquillos, siempre había acabado entre los tres primeros.

Por supuesto, Italia no es Portugal y las situaciones no son comparables, pero la experiencia de Sergio en el Milan como entrenador no será recordada en los anales. Ni, quizás, permanecerá en el corazón del protagonista directo. No, no se lo habría imaginado después de aquel puro fumado en el vestuario de Riad….

Sergio Conceiçao ha acumulado hasta ahora 30 partidos en el banquillo del Milan, entre liga, Liga de Campeones, Copa Italia y Supercopa de Italia. El balance es de 15 victorias, 5 empates y 10 derrotas, con una media de puntos de 1,67 por partido (una derrota cada tres partidos). Si nos limitamos sólo a la Serie A, la media baja a 1,65. El técnico portugués ha levantado un trofeo en su aventura rossonera, la Supercopa conquistada en Riad (Arabia Saudí).

MILAN FUTURO CAMBIA DE PIEL

Con o sin repesca en la Serie C, el Milan Futuro cambia. El proyecto sigue adelante, pero la plantilla será más joven y estará compuesta principalmente por jugadores salidos de la Primavera. En definitiva, se seguirá la línea del equipo B del Barcelona, que, como el rossonero, está a punto de descender a la cuarta categoría española. El objetivo es impulsar el desarrollo de los productos de la cantera creando un escalón intermedio entre la Primavera y el primer equipo: lo que se suponía que iba a hacer el Milan Futuro el verano pasado, antes de dar un giro en enero para buscar la salvación.

La llegada de Tare permitirá definir la estructura directiva que trabajará con los sub-23. La categoría determinará la elección del entrenador: dar un fuerte impulso milanista, como ocurrió en la final de 2024/25 con Oddo y Tassotti, se considera importante aunque no fuera suficiente para evitar el descenso y el fracaso de la temporada.

Sin embargo, a efectos de desarrollo de jugadores, el Milan Futuro lanzó a Jiménez, dio minutos a Bartesaghi, concedió espacio a la joya Camarda, demostró que Zeroli ya estaba listo para una cesión en la Serie A y permitió que algunos jugadores de la Primavera (Liberali sobre todo) aparecieran entre los Pros.