
El identikit coincide en todo: italiano, conocedor de la dinámica del campeonato y de las grandes copas, con un rico palmarés y experiencia en lo más alto, para ser el ‘garante’ del ascenso rossonero. El Milan quiere volver a empezar en el Max, así que nadie mejor que Allegri para guiarle desde el banquillo: Massimiliano de Livorno no sólo conoce la Serie A como pocos, sino que es un habitual de Milanello, al que acudió desde 2010 hasta enero de 2014 en su primera aventura como técnico rossonero.
Es un ganador, justo lo que necesita el club tras perder la clasificación para las próximas copas de Europa y el cariño del público de San Siro. Allegri tiene en su palmarés seis campeonatos de Italia, uno con el AC Milan y cinco con la Juventus, tres Supercopas de Italia (una en los rossoneri, dos en Turín) y ostenta el récord de Copas de Italia, cinco, todas en los bianconeri.
La noticia no es que el nombre de Max vuelva a estar en la órbita del Milan, sino que los dirigentes de Via Aldo Rossi quieren intentar acelerar las cosas. Al fin y al cabo, la competencia es fuerte, pero por el momento obligada a detenerse: el Nápoles, dispuesto a hacer un movimiento por Max, está a la espera de las reflexiones de Conte. El Diavolo quiere aprovecharlo, comprobando si se dan las condiciones para cerrar la negociación en poco tiempo. Lo ideal sería al final de la semana, pero el escenario no es sencillo porque hay muchas piezas del rompecabezas que colocar.
El Milan está en pleno proceso de razonamiento, pero ha partido de una premisa clara: la necesidad de reconstruir el equipo para que vuelva a ser protagonista de inmediato. Un pensamiento que va de la mano de la candidatura de Allegri, que ha resurgido con fuerza en las últimas horas después de que ya hubiera sido analizada en las últimas semanas.
Max no es ciertamente el único perfil, pero sin duda corresponde mucho más que otros al deseo del club de contar con un entrenador de alto nivel. Por esta razón, Allegri es también uno de los más caros del mercado: el Milan lo sabe y, si se ha dirigido a él, es probablemente porque está dispuesto a gastar, así como a confiarle un proyecto de tres años, en línea con el contrato firmado por el recién nombrado técnico Tare.
Max y el Milan tienen ganas de revancha al más alto nivel. El entrenador tras la tormentosa separación del Juventus y una temporada de inactividad; el club tras el año definido como un fracaso por el mismo ad Furlani. El Milan estaría encantado de acogerle de nuevo, viendo en él una garantía de éxito: lo que el club necesita hoy. Max también consideraría con gusto un regreso a los rossoneri. Porque Tare siempre ha sido, con el propio Conte, uno de los mejores entrenadores italianos del momento. La experiencia, la ambición renovada y la necesidad de relanzarse sin incertidumbres son otros elementos que la dirección considera prioritarios y que empujan hacia Max.
El Milan quiere darse prisa, porque la reconstrucción lleva tiempo y hay varias piezas de la plantilla que sustituir. El mercado, sin embargo, sólo puede entrar en plena ebullición una vez elegido el entrenador, para conformar la plantilla según sus necesidades. Allegri vuelve a estar poderosamente en órbita, pero el Nápoles también ejerce una fuerte influencia sobre él: tan fuerte que lo atrajo con un contrato de dos años y seis millones. Quien decidiría el destino de Max en este caso sería Conte, actual dueño del banquillo azzurro. En Milán, es el club el que tiene que decidir: si hundirse en Allegri, cortar rápidamente la competencia, o seguir con otros perfiles.
Con un denominador común: el conocimiento de la Serie A y la experiencia en la cima. Un grupo que reúne a varios posibles candidatos: desde Italiano, recién salido de su victoria en la Coppa Italia con el Bolonia, que ahora le ofrece una suculenta renovación para retenerlo. Entre las otras opciones están Thiago Motta y Roberto Mancini, diferentes en cuanto a formación profesional y estilo de juego, pero sin embargo similares en las características básicas: expertos en la A y ganadores (Thiago como jugador, mientras que su mejor resultado en el banquillo es el quinto puesto con el Bolonia).
El círculo se estrecha poco a poco y la lista de entrenadores disponibles es cada vez más corta, ya que Gasperini está cerca de decir adiós al Atalanta y en órbita de la Roma. Esta es una de las razones por las que el Milan debe pisar el acelerador: para no encontrarse, como hace doce meses, en la tesitura de tener que perseguir, confiando en segundas opciones. Un error que se prolongó a lo largo de la temporada y condujo a la situación actual. En la que el Milan no puede equivocarse.
CONTACTOS CON THIAGO MOTTA
¿Quién será el nuevo entrenador del Milan? El club rossonero ha trazado por fin una línea directiva y con la llegada oficial de Igli Tare ya se ha movido no sólo para perfilar el futuro de la plantilla y los jugadores que deberán participar en él, sino también y sobre todo en la elección de quién será el nuevo entrenador que deberá sentarse en el banquillo en lugar de Sergio Conceicao. Los perfiles identificados son muchos, empezando por Vincenzo Italiano, pero en las últimas horas la alternativa Thiago Motta está ganando cada vez más importancia.
El Milan ha identificado a Vincenzo Italiano como su primera opción, el candidato ideal, para su banquillo. Sin embargo, el técnico actualmente en el Bolonia se reunió en los últimos días con el club emiliano para evaluar la renovación de su actual contrato, que expira el 30 de junio de 2026. La propuesta de llevar a cabo un proyecto a su imagen y semejanza con una prórroga hasta el 30 de junio de 2027 con un aumento a 3,4 millones de euros por temporada le está tentando y, en consecuencia, el AC Milan se ha visto obligado a considerar ideas alternativas.
En este sentido, en estas horas se ha producido un contacto directo entre la directiva del Milan y el entorno de Thiago Motta, ex entrenador de la Juventus exonerado el pasado 23 de marzo. Una petición de información, un sondeo directo para conocer la viabilidad y las peticiones que podría plantear el técnico italo-brasileño. Nada concreto, pero se ha dado un primer paso.
Por último, cabe recordar que para fichar por el Milan o cualquier otro club, Thiago Motta tendría que llegar primero a un acuerdo con la Juventus para rescindir su actual contrato hasta el 30 de junio de 2027, de unos 4,6 millones de euros brutos, con los beneficios del Decreto Crescita que, sin embargo, también podría activar el AC Milan en caso de firmar un nuevo contrato.