El Bayern a por Rafa Leao

Rafa Leao gusta al Bayern de Múnich. Es más, el Bayern lo ha incluido en su lista de refuerzos prioritarios para el verano. El interés, anticipado ayer por un artículo de Sports Illustrated, es real. Por supuesto, sólo estamos en el primer paso de una posible negociación, que aún no se ha desarrollado: no ha llegado ninguna oferta a Milán.

El momento es delicado porque una temporada acaba de terminar y otra, en el mercado, ya ha comenzado. Esta vez el Milan se ha movido más rápido que sus rivales: ya ha elegido entrenador y director deportivo. Tanto Tare como Allegri consideran a Leao el primero de los intransferibles, o el último de los transferibles, y también por eso las posibilidades de que Rafa abandone el Milan no son altas. El nuevo Milan, para ellos, empieza con Rafa.

El Bayern y los clubes árabes interesados tienen una vía para hacerse con él -pagar la cláusula de 175 millones-, pero no lo harán: esa cifra está, ahora más que nunca, fuera de mercado para un jugador que ha tenido demasiados altibajos en las últimas temporadas. Está por ver si se llega a una negociación ajustada, quizá por cifras de dos dígitos, no del triple. De momento, Leao sigue siendo el número 10 del Milan y el primer nombre del nuevo curso. Lo que ocurrirá en junio, nadie puede saberlo.

CON TARE Y ALLEGRI BASTA DE EXCUSAS

Con la llegada de Massimiliano Allegri al banquillo y un director deportivo como Tare dispuesto a gestionar el día a día, el clima en torno al equipo cambia radicalmente. Tras una temporada decepcionante, hecha de demasiados pasos en falso y actuaciones opacas, se pasa página. Pero no partimos de cero: partimos del juicio.

El regreso de un entrenador ganador como Allegri, que siempre ha dado resultados concretos, significa una cosa muy clara: se acabaron las coartadas. Los que buscaban excusas, los que se escudaban en las dificultades del club o en la confusión técnica, ya no tendrán asideros. La figura de Allegri quita el velo de protección que cubría muchos límites individuales y colectivos.

Lo sabemos: no era sólo responsabilidad del grupo del equipo, y en un clima así (entre fallos de comunicación en la dirección y una afición cada vez más pesada) hasta los jugadores tenían dificultades, y con razón. Esto, sin embargo, ya no puede pasar a un segundo plano. Empezamos de nuevo, con ganas (por parte de todos). Los que no quieran quedarse pueden hacer sitio.

El nuevo director deportivo, llamado a devolver el orden y el método a la gestión deportiva diaria, tendrá la misión de hacer de puente entre el vestuario y la dirección. Una presencia constante y competente de la que se carecía, y que será decisiva para evitar distracciones, bajadas de tensión y escisiones internas. De nuevo: se acabaron las justificaciones.

De hecho, muchos jugadores no rindieron de acuerdo con las expectativas, se perdieron en los momentos decisivos y carecieron de personalidad y hambre. Errores técnicos, planteamientos equivocados, actuaciones incoloras: con demasiada frecuencia vimos un equipo sin alma.

Por eso, la próxima temporada también será una prueba definitiva para más de un miembro de la plantilla. Allegri no hará descuentos: los que no puedan soportar la presión, los que no estén dispuestos a luchar cada día, saltarán. La responsabilidad individual volverá al centro, al igual que la meritocracia. Los que jueguen lo harán porque se lo merecen. Los que cometan demasiados errores serán acomodados.