La tabla del 2 es el problema del Milan: dos goles encajados por el Cremonese, dos por el Pisa, dos por el Parma. Demasiados para cualquier entrenador, una molestia insoportable para Max Allegri, que a los pequeños les costaría conceder dos tiros, y mucho menos dos goles y otras 4-5 ocasiones claras como en esta noche en Parma. El Parma-Milan fue un partido horrible en defensa, un collage de errores en el que el Milan fue dominado durante largos minutos, como ya ocurrió con el Atalanta y la Roma. Una mala constante. Entonces, una pregunta. ¿Por qué le cuesta tanto al Milan contra los equipos pequeños?
Primera observación: han sido tres partidos diferentes. El partido contra el Cremonese, en la primera jornada del campeonato, fue demasiado anómalo. El partido contra el Pisa fue plano, con un gol encajado y largos minutos sin pisar el acelerador, como si la victoria fuera un derecho. El Parma-Milan tuvo un toque de locura y nunca en toda la temporada el Milan había concedido tantas ocasiones.
Allegri da una clave: «Con el Pisa había que cerrar el partido y no lo hicimos, aquí en la segunda parte sabíamos que ellos iban a presionar, pero no aguantamos el golpe. Tenemos que estar más serenos y tranquilos». Si hay una línea común, está en la cabeza: el Milan contra los grandes es más hábil para mantenerse concentrado durante los 90 minutos, con los pequeños tiende a desconectar, a subestimar al rival, a no reconocer los momentos del partido.
El Parma dejó una duda: ¿y si el Milan estuviera cansado? Fofana estuvo menos reactivo que otras veces, Modric alternó buenos y malos momentos. «No entendimos que había que luchar durante 15 minutos», dijo Allegri. O tal vez no había energía para hacerlo. En estas dificultades también hay errores individuales. Pervis Estupinan gustó menos que los demás. El Milan concedió ocasiones de muchas maneras diferentes, pero Estupinan perdió el duelo con Britschgi por el gol del 2-1 y no jugó un gran partido. Allegri lo defendió («También salvó un gol»), pero se notó un poco de nostalgia por Bartesaghi.
¿Y si jugara el más joven en el derbi? Otros episodios: Youssouf Fofana tuvo un lapsus en el gol de Delprato, Cutrone sorprendió a la defensa en la primera ocasión de la segunda parte (¿De Winter fuera de posición?), Delprato, antes del gol, remató de cabeza ante una defensa inmóvil. Entonces, ¿qué hacer? Allegri tiene dos semanas para pensar, más que para entrenar. Muchos internacionales se irán y volverán tres o cuatro días antes del derbi. Como siempre en estos casos, no hay tiempo para probar: hay que confiar en los conocimientos adquiridos.
El Milan tiene recuerdos positivos a los que aferrarse. No ha encajado ningún gol contra la Roma, ninguno contra la Juve y solo uno de penalti contra el Nápoles. Contra los grandes, es más fiable. Basta con volver a las viejas costumbres. Sin duda, volverá Tomori: el 23 de noviembre, él jugará.