
La historia, al menos este capítulo, ha sido brevemente feliz y con un final para nada escrito. Por otra parte era difícil imaginar un epílogo con abrazos y besos tras las palabras de Zvonimir Boban. Para gran parte de la jornada de ayer se esperaba por parte del Milan un comunicado que realizada el divorcio de los mánagers del área técnica.
Pero no llegó, quizás se escriba algo hoy, quizás tras el partido de Copa de mañana ante la Juve. Pero el camino está trazado. No habrá reunión, no habrá aclaración ni un cara a cara. La familia Singer ha decidido, pero ya lo hizo hace tiempo: confianza y plenos poderes a Iván Gazidis, con Rangnick para puntar fuertemente por los jóvenes y Gordon Singer está en total sintonía con Gazidis.
Pioli seguirá su trabajo, obviamente en Milanello las aguas son movidas, pero el partido ante la Juve es lo más importante. Intentar llevar el equipo a europa es la mejor manera del entrenador para jugar sus últimas cartas y salir bien de escena. Saldrán de la historia del Milan dos que marcaron un pieza o más o menos larga de la historia pasada, como son Boban y Maldini. También saldrá seguramente Ricky Massara.
Licencias o dimisiones que sean (pero es altamente improbable que sea esa solución), se abre otro capítulo en el tormentoso romance milanista. Tras la marcha de Berlusconi y Galliani, hubo un cambio de escena tras otro. El club a caza de estabilidad no la encontró y la busca en una guía técnica diferente de los anteriores.
La entrevista concedida por Boban en GDS fue el elemento deflagrante, pero desde hace meses se supo que todas esas almas no habrían podido ir más allá. La anterior entrevista de Gazidis representó un intento, el último, de intentar callar los rumores sobre los contactos con Ralf Rangnick: “Solo hay un Milan, trabajamos todos juntos”, frases que no surtieron el efecto deseado, si la hubo, ya no existe.
Boban está fuera de este Milan, Maldini seguramente también. Se está estudiando en la salida de estrategia, por una parte y por la otra, pero no hay nada más que decirse. Es un final un tanto extraño y por otra parte la marcha de Leonardo y luego de Gattuso, tampoco fue tan dulce.
Ciertas situaciones han recordado a los problemas entre Galliani y Bárbara Berlusconi. Personas diferentes, carreras diversas, incompatibilidad en las posiciones similares en los efectos. Boban es un tipo orgulloso y no podía aceptar ciertos mecanismos que al revés hubieran sido naturales a la propiedad a quien debe hacer las cuentas.
¿Y el Milan? Año cero, el nuevo año cero, involucrará a muchos, hay que preguntarse como podrá ser preparado ese partido en días tan agitados, pero el equipo, como muchas veces dijo Pioli, ha demostrado muchas veces saber quedarse fuera de los problemas del club.
Muchos jugadores están unidos a estas dos figuras especiales, cada una a su manera. Pero este asunto no es igual a otras marchas. La salida de escena de Zvone y Paolo era inevitable y quizás no pesará sobre el resultado de la Copa de Italia. Pero podrá pesar de otra manera, porque aparece un agujero. El Milan no ha cortado el cordón umbilical con el pasado. Lo hacen ahora. El resto es cuestión de dinero, posibles causas, abogados y cartas quemadas.
RANGNICK: EL HOMBRE DE LA DISCORDIA
Entre los muchos descubrimientos que son atribuidas a Ralf Rangnick (muchas son leyendas sin fundamentos), el de intentar introducir el VAR en un partido donde no estaba previsto es algo incontestable. En octubre de 2017, al descanso del Lipzieg-Bayern, salió de la tribuna mostrando al árbitro las imágenes con un móvil de un penalty no pitado.
Como en 2005 en San Siro con Rino Gattuso, que exultó en la cara a Poulsen del Schalke: “A veces saber ganar es más difícil que saber perder. Gattuso fue un provocador”, dijo Rangnick tras ser eliminado por el Milan en Champions. La claridad debe ser su punto fuerte, cuando en 1998 explicaba por televisión el 4-4-2.
Para hacer idea de los tiempos, la selección alemana usaba todavía el líbero, que se llamaba Lothar Matthaus. En dar lecciones era siempre un ex-jugador que en el banquillo ganó la liga de Serie C, con el ULM. El apodo de Profesor para Rangnick no fue utilizado solo en clave positiva. Era también el “sabelotodo”, según Uli Hoeness con el que solió luchar a menudo.
Para Rangnick, 61 años, no compartió solo la antipatía de una parte del ambiente. Anticipador, innovador, revolucionario para sus secuaces, encantados de conceptos ahora naturales, pero en la época inmersos en el escepticismo. “Mi ideal de fútbol es poner de frente al Milan de Sacchi al resto del mundo. Mi equipo debe ser agresivo, mantener lejos de la portería al rival, no jugar hacia atrás, tener velocidad en la posesión y ataques inmediatos”.
Un entrenador curiosamente unido al Milan desde siempre, donde su modelo Sacchi, que superaba también a Lovanovski: “Miraba todos los partidos del Milan, revisaba cada acción, aprendía. Lo que hizo ese hombre en el fútbol fue algo increíble”. En dos décadas, Rangnick consiguió siempre buscar novedad y refrescar métodos.
Velocidad, contragolpe, tiempos inmediatos para reconquista o llegar a portería (8-10 segundos) no se conquistan solo con entrenamientos técnicos: “Si quieres aumentar la velocidad del juego necesitas mentes rápidas, más que pies veloces. Si no entiendes los miedos y las ambiciones de los jugadores, debes dejar de entrenar”.
Si en el pasado Rangnick confiaba de psicólogos, maestros de yoga, entrenadores de hockey hierba y de danza para mejorar la constitución futbolística de su gente, ahora se rodea de revisores de prestaciones que controlan a los jugadores antes de los entrenamientos (tiempos de sueño, carga de energía, valores de creatina) para modular la sesión en consecuencia.
Los nutricionistas introdujeron menús veganos, el Lipzieg hasta lo propone en el estadio. Los entrenamientos preveen formaciones por percepción, para mejorar los tiempos de reacción. Se tratan la gestión nerviosa: los jugadores bajo presión deben reconocer la situación de juego y encontrar la mejor solución.
En el programa psicológico que se les da antes de cada partido, vienen descritas con fondo musical las fases peligrosas y los sistemas para evitar el pánico, cuando se está en desventaja. Luego está el curioso sistema de la ruleta de la fortuna para las multas: nada de dinero sino trabajo a realizar, como tres horas sirviendo en la tienda del club “porque quitarle tiempo en lugar de dinero es lo que más le molesta a los jugadores”.
Tras abandonar el Schalke por cansancio nervioso, ha pasado más tiempo en Red Bull que de técnico: solo 2 temporadas en el Lipzieg (2015/16 y 2018/19), el papel de mánager, por intuiciones, visiones y decisiones de gente, es lo que mejor hace, desde hace tiempo.
Con el ULM pasó de la Serie C a la A pero lo dejó antes del ascenso, porque firmó con el Stuttgart que luego lo despidió. El Hoffenheim del millonario Hopp fue de la C a la Bundesliga, pero Rangnick se fue cuando vendieron a Luiz Gustavo al Bayern. El Schalke lo despidió en 2005, poco después del 3-2 con el Milan, porque retó a la directiva haciendo un giro por el campo para tener el consenso de la hinchada.
Y cuando lo recuperó en marzo de 2011, conquistó la Copa Nacional, el único trofeo suyo de espesor, contra un equipo de Serie B (Duisburg) pero al final lo portó a Magath, como en los cuartos de Champions que Rangnick inauguró ganando 5-2 con el Inter. Diciendo: “Antes de conocer al Inter debo conocer mi equipo”. Acababa de llegar, lo dejó seis meses después. Le gustan las apuestas, como la del Milan, pero a menudo retira la puntada.
LOS 21 CONVOCADOS PARA LA JUVENTUS
PORTEROS: Begović, A. Donnarumma, Soncin
DEFENSAS: Calabria, Conti, Gabbia, Kjær, Laxalt, Musacchio, Romagnoli
MEDIOS: Bennacer, Bonaventura, Brescianini, Çalhanoğlu, Kessie, Paquetá, Saelemaekers
DELANTEROS: Leão, Maldini, Rebić, Tonin