
Tres de ellos tenían detrás comentarios como estos: “Fuertes, buenos, pero hemos hecho mercado con tres jugadores descendidos”. Krunic y Bennacer con el Empoli en 2019 y Messias con el Crotone el año pasado. El cuarto, Sandro Tonali, acabó en B con el Brescia en 2020, algo menos que el resto. El Milan ha sabido valorizarlos a todos. Ahora están a cuatro puntos de ganar el scudetto. Ellos que vivieron un año de descenso y luego dieron el gran salto.
Bennacer y Krunic, ambos fichados en 2019 tras una buena temporada con el Empoli. Dieciséis millones para el argelino (Campeón de África y mejor jugador del torneo) y 8 por el bosnio, el comodín de Andreazzoli se ha convertido en multiposición con Pioli. Krunic ha jugado de extremo, mediapunta, mediano, falso nueve: “Tenerle con nosotros es una fortuna”.
En los minutos finales del Milan-Genoa hasta llegó a jugar de lateral derecho. Este año ha disputado 33 partidos con pocos errores. En 2023 tendrá 30 años, no es un fenómeno ni resuelve partidos él solo, pero sabe estar en el campo. Promocionado y apreciado.
Bennacer en cambio, desde inicios de año fue el faro del centro del campo de Pioli. Kessié y él llevaron al Milan a Champions. A pesar de algunos partidos en los que no fue de titular, consiguió dos goles decisivos ante Bolonia y Cagliari, con su zurdazo preciso hacia la esquina. Una certeza.
“Líder”, “dominante”, “todoterreno”, “futuro de la Selección”. Ya no es una noticia. Tonali tomó al Milan para no dejarlo nunca más. Su doblete ante el Verona ahora le hace ser un goleador, 5 goles en liga, nunca ha marcado tanto en su carrera (tres en Brescia en 2018/19, en B). Hubo un tiempo donde Cellino decía a Boscaglia que lo dejara suplente porque había que esconderlo.
No tenía siquiera un contrato de profesional. Tras un titubeante primer año, 37 partidos sin particulares detalles, ahora es otro jugador. Cerca de 20 millones (con un descuento por parte del Brescia). Este año solo se ha perdido dos partidos, uno por sanción y otra por rotación (Cagliari). Para Pioli se asemeja a De Rossi. Líder indiscutible.
Nada de llamarlo fábula. Hasta él mismo lo rebate. Conocida historia la suya: repartía frigoríficos por las calles de Turín, ahora juega en la Serie A. Con respecto a los tres anteriores, es el que mayores dificultades ha tenido de adaptación. Llegó tarde en condición, Messias jugó sus primeros minutos a primeros de octubre contra el Atalanta y luego se lesionó.
Dos meses. Una vez regresado, decidió el partido con el Genoa con un doblete, marcó al Atlético en Champions y se volvió a lesionar en Roma, antes de eclipsarse un poco. Titubeante, discontinuo, grandes jugadas y largas pausas, el año pasado intentó salvar al Crotone sin éxito (9 goles, 4 asistencias).
Para rescatarlo harán falta poco más de 5 millones. Valoraciones en curso, pero la edad (31 años), el coste y el rendimiento ponen la balanza hacia el no.