
Rafael Leao inició esta mañana su cuarta temporada en el Milan: estuvo en el Milanello para el primer entrenamiento de su verano como campeón. Se prepara para una nueva hazaña, en línea con su historial en el club: en la 2019-20, su debut en el campeonato, se presentó con seis goles.
Mismo porcentaje que el año siguiente, pero con la incorporación de una tanto en Europa. Y llegamos a la temporada pasada, la de los once goles y las diez asistencias, decisiva para el Scudetto. El próximo objetivo es el cupo de 20, entre Serie A y Europa: por potencial, un objetivo absolutamente al alcance. El Milan lo desea más que nadie, aunque un jugador decisivo en Italia y protagonista en la Champions se vuelve aún más disputado en el mercado. Y mientras tanto, el contrato de Milan de Rafa no ha sido renovado.
Un detalle que no alarma a la dirección: se hará una vez que cobre vida la discusión sobre la prórroga. Quizás en las próximas semanas, cuando acabe el mercado de verano. Leao tendrá a su alrededor nuevos compañeros y un equipo cada vez más competitivo, condición que si cabe aumentará las grandes ganas por el Milan.
Maldini y Massara, t.d. y d.s. Rossoneri, no duden de su participación en el proyecto rossoneri, le ven implicado, feliz y metido de lleno en el papel. Sentir que Leao dio la prueba sobre el césped, con lágrimas de alegría el día del Scudetto, y luego también en las redes sociales, con una serie de corazones rossoneri intercambiados con sus compañeros en Instagram y también posteados bajo una foto de Renato Sanches, compatriota y el gol del Milan para el nuevo centro del campo.
La misma motivación que tiene la directiva para querer mantenerlo: las ofertas británicas nunca han llegado oficialmente a la mesa, por lo que no hubo necesidad de rechazarlas, amablemente. La única suma que excluiría necesariamente al club de una negociación es la de la cláusula de rescisión de 150 millones.
Se pueden evaluar propuestas menos ricas y luego responder con un “no, gracias. Rafael seguirá siendo del Milan”. De Inglaterra o de cualquier otro país vendrán. Para alegría de Pioli: “Leao puede hacer aún más, es joven. Tiene cualidades para ser cada vez más incisivo”.
Cada vez más dentro del equipo y dentro de la ciudad: ayer Rafa entrenó por la mañana, descansó por la tarde (mientras el equipo jugaba el primer amistoso de la temporada sobre el césped) y por la noche asistió al concierto de Anitta en Assago, sobre sesenta millones de fans en Instagram, considerada la estrella pop brasileña más famosa del mundo.
Así que mientras la relación entre Rafa y los rossoneri se consolida, es igual de evidente que el listón ha subido en los últimos meses. Era marzo cuando Maldini y Massara habían preparado una propuesta de prórroga de 4,5 millones de euros por temporada hasta 2026.
Un esfuerzo importante en comparación con el presupuesto global, pero ese proyecto también estaba ligado al ‘sí’ portugués a la ‘amnistía’ con el Sporting de Lisboa. Con ese acuerdo, de hecho, el atacante debería haber aportado 2 millones en el quinquenio a la devolución de los 16,5 millones adeudados al Sporting.
Dejando de lado los detalles de la disputa judicial real por aquella fuga de 2018 al Lilla, hay que tener en cuenta cómo los dirigentes de la vía Aldo Rossi han desarrollado la idea de reformular una propuesta ascendente al jugador. Y significativamente, con una obvia excepción a las reglas internas. Para Rafa, se puede.
De hecho, la directiva están autorizados a proponer un patrimonio neto de cinco años de 6 millones por temporada para Rafael. A decir verdad, con el Decreto de Crecimiento esta solución bruta costaría 9 millones, pero la buena voluntad de los propietarios es igualmente evidente. La demostración más clara de cómo el Milán quiere construir un futuro ambicioso a su alrededor, sin escuchar los halagos que llegan de media Europa.
Estos días se habla concretamente del interés del Chelsea, pero al margen de la cláusula, no se tiene idea de discursos inaugurales con nadie sobre este tema. En cualquier caso, esta nueva etapa debe lidiar con la predisposición del jugador, pero también con las evidentes dificultades asociadas a sus elecciones recientes. El invierno pasado Leao hizo un pacto con un abogado francés pero la relación se ha enfriado por el camino.
El resultado es que ahora han llegado señales perentorias desde Francia a todos los actores del asunto: en definitiva, Maldini y Massara están obligados a informar al profesional de sus movimientos para evitar aburridas advertencias. Asuntos legales que todos quieren cerrar rápidamente. Primero Leao. Por eso hay un aire de optimismo sobre esta práctica en via Aldo Rossi.
Es cierto que en el pasado las renovaciones se han convertido en auténticas intrigas sin solución. Esta vez, sin embargo, todos están haciendo un esfuerzo para evitar las quemaduras solares del pasado. Mucho dependerá también de la consistencia de Rafael: algunos de sus últimos regates fuera del campo le han llevado a tomar caminos accidentados.
Pero ya ha vuelto al camino principal. Nunca ha dado muestras de impaciencia, al contrario. Tiene un entusiasmo contagioso que impulsó la carrera por el campeonato la temporada pasada. Ahora hay un reto aún más ambicioso: Europa.
EL BRUJAS QUIERE CINCO MILLONES MÁS
Parecía que no iba a jugar ayer, pero CDK jugó 45 minutos en el amistoso del Brujas y el Utrecht. Y el joven mediapunta será titular el domingo en la Supercopa de Bélgica. El jugador quiere estar fuera de los partidos, pero al final prevalece la línea del entrenador del equipo belga.
Como reporta Tuttosport, no ha bastado la última oferta milanista de 28 millones de euros más bonus para convencer al club belga y dar el vía libre a la venta del joven mediapunta, primer objetivo del mercado del Diavolo. Hará falta otro esfuerzo más para ganar la resistencia del Brujas que pide al menos cinco millones de euros más.
Paolo Maldini y Frederic Massara tendrán que aumentar su oferta para convencer al club belga de vender su joya, donde el jugador quiere irse al Milan y no está interesado en irse a la Premier. Son días clave para esta negociación que el club rossonero quiere cerrar lo antes posible.