Las maniobras de mercado

Si el verano tarda en llegar, el mercado estival rossonero ya ha comenzado: a finales de mayo, equipo y club conocen los veredictos de la temporada (el Milan se clasificó para la Liga de Campeones del año que viene) y lo que le deparará el destino en los próximos meses.

El equipo se comprometerá a subir a lo más alto de la liga y de Europa, el club a equiparlo de la mejor manera posible y la propiedad a gestionar los recursos. Esta última es la tarea aparentemente más “sencilla”: todo el capital generado por el club se reinvertirá en el propio club. La ausencia de deuda facilita aún más la tarea: el Milan sostenible es un logro reciente.

En pocas palabras, la prima que la Uefa garantizará por la participación en la gran Europa puede utilizarse para construir un equipo cada vez más fuerte. La Liga de Campeones garantiza un cheque de 50 millones: mucho dinero, en efecto. Para subir la apuesta, podría contribuir el dinero obtenido de las cesiones, un trabajo en el que se ocuparán Maldini y Massara, el entrenador y el director general rossoneri.

Daichi Kamada, el primer fichaje de la campaña, no afectará al presupuesto: llegará gratis, liberado por el Eintracht de Frankfurt, tras haber marcado un total de 40 goles en 178 partidos en Alemania. En los próximos días pasará ya el reconocimiento médico, al que seguirá la firma del nuevo contrato de cinco años. En el equipo titular del futuro, Kamada es uno de los posibles once: después de Honda, el Milan tendrá un nuevo creador japonés.

Después de Sportiello, es el segundo agente libre que llega. Hay mucho tráfico en la zona: está Brahim Díaz, al que el club querría intentar retener sin gastar más de 20 millones, y está sobre todo Charles De Ketelaere, una carga engorrosa por el gasto que supuso el verano pasado.

Si la idea es desplazar a Brahim a la derecha y dejar el centro del tres cuartos a Kamada, se podría desviar parte del tráfico. De lo contrario, quedarían tres hombres en la cola por una camiseta, salvo que el club opte por alimentar el cupo de mercado con un traspaso. CDK, como (casi) todos sus compañeros, no es intransferible, pero hace falta la oferta adecuada. Difícil.

Kamada encaja en el identikit indicado por Pioli: para reforzar el equipo -como ha exigido públicamente el entrenador- necesitamos jugadores que estén listos para la acción de inmediato y sin demasiadas instrucciones que dar. También Ruben Loftus-Cheek, 27 años, 155 partidos y 23 goles en el Chelsea. La experiencia se paga: el precio estimado por el club inglés es de 25 millones. La alternativa, igualmente cara, conduce a Davide Frattesi: un perfil diferente (23 años, segunda temporada en el A, ninguna participación en copas de Europa) pero con más potencial que exprimir.

Los costes suben en ataque: por Openda, el Lens no se moverá de su demanda de 30-35 millones. Fijan el precio los goles (20 en 37 partidos de Ligue 1), la competencia (Atlético de Madrid y Borussia Dortmund) y… la Liga de Campeones. El Lens, segundo por detrás del Psg, se ha garantizado la próxima participación en el torneo europeo más exclusivo, un resultado que ha revalorizado a muchos de sus protagonistas. Su eventual llegada no excluiría una nueva intervención en el departamento, sin duda menos exigente: Arnautovic, de 34 años, puede considerarse en la balanza.

En defensa, no se esperan cambios significativos. Lo que es seguro es que el crecimiento de Thiaw, candidato a ministro de Defensa el año que viene, combinado con la experiencia de Kjaer, dejará probablemente en fuera de juego a uno de Kalulu o Tomori.

¿Proporcionará una de estas dos salidas el presupuesto extra que se reinvertirá en la entrada? La primera, tomada por cero, garantizaría en cualquier caso una importante plusvalía. Para Tomori, pagado a 30, sería necesaria una superoferta.