La fama le precede: en las redes sociales y en YouTube es media celebridad. Su hambre, de goles por supuesto, también le precede: eso también sería normal en un chico que es delantero de profesión. El caso es que el chico en cuestión aún no tiene 16 años y mañana por la noche entrará en San Siro con Pulisic y Theo Hernández, con Maignan y Tomori: Francesco Camarda estará con ellos porque Stefano Pioli lo incluirá en la lista de convocados para el Milan-Fiorentina. Camarda formará parte de ese delicado partido, que determinará gran parte del presente y el futuro de los rossoneri: empezará en el banquillo, pero no es fácil contar, no hay más delanteros centro que Jovic y Camarda, y si el Diavolo necesita fuerzas frescas, o mejor dicho, muy frescas…
Porque mañana Camarda cumplirá 15 años, 8 meses y 15 días: la Serie A no conoce debutantes más jóvenes. Las estadísticas actuales dibujan un top 5 que va de los años 30 a los 60, hasta el 12 de mayo de 2021, cuando el defensa del Bolonia Wisdom Amey debutó con 15 años, nueve meses y un día. Sinisa Mihajlovic lo lanzó al campo en el último minuto del Bolonia-Génova, un partido entre semana un miércoles por la noche: Amey fue al colegio al día siguiente y tuvo que esperar un año para jugar otro partido de Serie A.
Camarda no, el destino parece haberle deparado un futuro predestinado: cuenta la leyenda que marcó más de 500 goles en la cantera del Milan, por lo que su camino parece guiñar un ojo a los gigantes que empezaron muy jóvenes. Gianni Rivera, por citar uno, jugó su primer partido de liga con 15 años, 9 meses y 15 días. Con el Alessandria, el Milan, los triunfos y el Balón de Oro llegarían más tarde. Paolo Maldini, una leyenda que sólo ha vestido la camiseta rossonera en su carrera, debutó con 16 años, 6 meses y 25 días.
Un senador, comparado con el bebé bombardero de la Primavera. A Maldini no se le pedía que marcara goles, era un defensa. Con Camarda sería diferente: dicen que Francesco vive para el gol. Perfecto para la gente de San Siro: no espera otra cosa. De producirse, se batiría otro récord: Amedeo Amadei, del Roma, el goleador más joven de la historia de la Serie A, marcó su primer gol el 9 de mayo de 1937, con 15 años, 9 meses y 13 días.
Camarda, milanés (inicios en el Afforese) y jugador del Milan, estrella de la selección italiana sub-17, es tan joven que se necesitó una excepción para llevarlo al banquillo con el Fiorentina. El reglamento de la FIGC es claro: “Los jugadores ‘jóvenes’, que hayan cumplido 15 años, y las jugadoras que hayan cumplido 14 años, salvo lo dispuesto en el apartado 3 bis siguiente para los Campeonatos Femeninos de Serie A y Serie B, también podrán participar en las actividades competitivas organizadas por las Ligas y la División de Fútbol Femenino, siempre que cuenten con la autorización del Comité Regional – L.N.D., territorialmente competente, y de la División de Fútbol Femenino”.
En pocas palabras, para permitir que Camarda saliera al campo junto con las grandes jugadoras del primer equipo, era necesario solicitar y obtener la autorización del Comité Regional de Lombardía. El Milan, lógicamente preocupado por proteger a la joya de la presión, no formalizó ninguna “convocatoria” oficial (al fin y al cabo, Pioli nunca comunica la lista de convocados antes de los partidos).
Certifica, sin embargo, el comunicado emitido por el Comité Regional: “A la vista de la documentación presentada por los clubes interesados, se ha concedido una dispensa a los siguientes jugadores “jóvenes” inscritos: Camarda Francesco”. Dispensa especial concedida: el goleador que juega y marca con los grandes se prepara para otro ascenso sonado. Camarda es un 9 que lleva marcando goles desde que empezó a jugar al fútbol.
En su tiempo libre le gusta el kickboxing y quienes le conocen aseguran que el campo de fútbol, para él, es un espejo de la vida cotidiana: decidido y concreto en el área, tanto como fuera de ella. El riesgo de que sienta que ha llegado tras la llamada de Pioli, en definitiva, no existe. Ha frecuentado Milanello con continuidad prácticamente desde el descanso, y su rostro sonriente ha protagonizado las fotos de equipo posteriores a los partidos con Bennacer y Adli. En su perfil de Instagram destaca un selfie con Ibrahimovic, el ídolo que conoció en 2020, y el comentario de Leao tras su gol de revés al Psg en la Youth League, unas horas antes de que Rafa replicara en la Champions ante Mbappé y sus compañeros: ‘Mamamamiaaaaa’.
Los goles de Camarda en Europa, por ahora, superan a los del conjunto milanista en la Liga de Campeones: ha marcado tres en otros tantos partidos, incluidos un doblete en el estreno ante el Newcastle y los dos de los rossoneri en el campo del Psg. Por cierto: el Borussia Dortmund, uno de los clubes que han puesto sus ojos en él, llegará al Vismara el martes por la tarde.
El 10 de marzo, de hecho, Camarda cumplirá 16 años y podrá firmar su primer contrato profesional, de no más de tres años de duración: el Milan está en su destino desde que tiene uso de razón, y cuenta con llevarlo a una boda sin sobresaltos. Antes, sin embargo, está la Fiorentina: en 2022, poco después de animar el Scudetto de Ibra y sus compañeros, Camarda se cosió la Sub-15 a la camiseta, revelando que su sueño era “debutar en la Liga A con el Milan”. En aquella final, los baby rossoneri superaron a la Fiorentina por 1-0. Adivinen quién lo decidió…
JOVIC: AHORA O NUNCA
Más obligado que eso, es difícil: han sido las descalificaciones y las lesiones las que han dictado las opciones de Stefano Pioli para el ataque del Milan, que mañana perseguirá una victoria anticrisis contra el Fiorentina. El resultado parece sacado de un reality show de eliminación: sólo quedará uno, y en el centro del tridente rossonero está Luka Jovic.
No era precisamente la primera opción, ya que el entrenador pensaba en un tridente de velocidad, con Okafor como delantero centro y la pareja Chukwueze-Pulisic en sus bandas. Planes que se esfumaron cuando el ex-jugador del Salzburgo se presentó en Milanello a su regreso de los compromisos con la selección suiza. Okafor explicó al club que había sido sustituido contra Rumanía -el tercer partido que jugaba con la selección en el espacio de seis días- debido a un problema físico: el cuerpo médico le sometió a los exámenes instrumentales pertinentes y la respuesta fue un piedrazo, el enésimo para la temporada del Milan marcada por las lesiones.
Okafor sufrió una lesión en el isquiotibial derecho y será reevaluado con nuevos exámenes dentro de una semana. Lo que, para el Milan, se traduce en una ausencia muy sensible (además de una cierta decepción por no haber podido comunicar la baja de Okafor): sin Giroud, inhabilitado contra el Fiorentina, el único delantero centro posible es Jovic (con Camarda en el banquillo).
Sin Leao, baja por lesión tanto mañana como el martes en Champions con el Dortmund, las opciones son mínimas: Pioli volverá a encontrar a Giroud, pero en la izquierda tendrá que volver a proponer a Pulisic, con Chukwueze en la derecha. Romero, alternativa en la Liga, está fuera de la lista de la Uefa: será un Diavolo prácticamente sin cambios. Y los problemas no acaban ahí: las bajas de Leao y Okafor, y la inhabilitación de Giroud también contra el Frosinone, secarán el departamento también en los próximos partidos.
Todo el peso del ataque -y la presión de San Siro, dada la popularidad de Camarda en las redes sociales- acabará inevitablemente sobre los hombros de Jovic, fichado a la sirena del mercado estival como suplente de Giroud y hasta ahora decididamente decepcionante.
El serbio llegó a Milanello fuera de forma y con dificultades para encontrar su sitio, a pesar de que Pioli confió en él un par de veces como titular: un experimento que fracasó tanto en casa ante el Génova, donde el Diavolo logró la última victoria gracias a Pulisic entrando desde el banquillo, como en San Siro ante el Udinese, cuando Pioli había apostado por una doble punta (Jovic-Giroud) pero el único gol del partido lo marcó el bianconero Pereyra. Jovic volverá a intentarlo mañana contra el Fiorentina, el equipo que se deshizo de él al venderlo gratis al Milan: hasta la fecha, los viola han hecho el negocio sin cobrar un céntimo. ¿Sucederá lo mismo mañana por la noche?