Traigan la copa pequeña. El equipo de la Europa League mira a su alrededor y ve que en su patio trasero están: a) el equipo que está borrando la tiranía del Bayern de Múnich; b) el líder de la Premier League; c) el único equipo que ha ganado sus cinco últimos partidos de liga en Francia; d) un gran equipo que no pierde en la Serie A desde el 9 de diciembre. El Milan se reconoce en la última descripción, y estos días tiene muchas ganas de ser ambicioso.
En la liga vuelve a estar a -1 de la Juve: el segundo puesto está a un paso, el resto dependerá del Inter y de su improbable deseo de echar el freno de mano en primavera. En Europa, en cambio, hay una copa que ganar. Las casas de apuestas consideran al Milan tercer favorito y Pioli ya ha dejado claro que quiere intentarlo al máximo. Hay dos problemas, y el primero es que el equipo más en forma de Francia es el Rennes. Su próximo rival.
Simon Kjaer sufrió mucho contra el Kvaratskhelia y además se retiró el domingo por la noche con una pequeña molestia muscular. Los exámenes han descartado complicaciones, pero Kjaer no está al 100% y sigue siendo duda para el jueves. Pioli tendría que encontrar estos días un compañero para el impresionante Gabbia y, teniendo en cuenta que Simic ha sido excluido de la lista europea, tiene dos opciones.
La más sensacional sería lanzar de inicio a Thiaw, que ayer se entrenó con el equipo. Pronto. La solución más probable entonces es Theo de central, con Terracciano en la izquierda. Hernández ya ha demostrado que puede ser un excelente central, pero claro, tendría que repetir con Gabbia, con quien nunca ha jugado. Y Pioli perdería obviamente su empuje en la izquierda, mientras que en la derecha tiene que gestionar la ausencia de Calabria. Todo un quebradero de cabeza.
El hombre clave de Pioli se lo está pensando y seguro que prepara algo especial, pero en este libro, como en las viejas historias de detectives, al final el gran sospechoso siempre es el mayordomo: Rafa Leao. Rafa es el único que puede coger al Milan y llevarlo al siguiente nivel, como demostró el partido de San Siro con el Psg a creyentes y agnósticos.
La impresión clara es que Europa activa algo en su cabeza y Pioli tiene legítimas esperanzas de que la Copa borre la alergia al gol que ha madurado en las últimas semanas. Leao sólo ha agarrado el espejo 10 veces en 24 días, no más de dos en el nuevo año, y la cifra es sinceramente inviable para un talento como él. Por otro lado, Rafa estos días encuentra la manera de decidir con una asistencia…. y ni siquiera eso se puede descartar.
La alineación de Pioli, también por este motivo, jugará con los mejores. También lo ha dejado claro en los últimos días: “Hay tiempo necesario para preparar el Rennes”. Entre el domingo y el jueves por la noche pasan cuatro días, tiempo suficiente para poner en pie a Pulisic, Loftus-Cheek, Leao y Giroud: volverán a ser titulares. La elección que hay que hacer, en todo caso, es en el centro del campo.
Tijjani Reijnders regresará tras su inhabilitación y busca compañero. Hay tres finalistas y el televoto no cuenta: Pioli decide. Yunus Musah, que lleva un mes sin ser titular, aporta intensidad y carrera. Yacine Adli, el básico de las últimas semanas, añade regate y visión vertical. Ismael Bennacer aporta experiencia, flexibilidad y experiencia de juego en copa. La elección es amplia y no obvia, porque en sus últimos ocho partidos el Rennes ha marcado 20 goles y sólo ha encajado seis. Notable.
No es difícil, pues, comprender que el partido del jueves será mucho más equilibrado de lo que se piensa. Pioli tendrá que recomponer el mosaico de su Milan reciente. La solidez y el entendimiento Theo-Leao vistos contra el Nápoles hace dos noches. Las ganas de reaccionar a las dificultades de los últimos 20 minutos en Frosinone. El control del juego apreciado contra la Roma a mediados de enero.
Quizá el Pulisic del Milan-Sassuolo y el Giroud visto contra la Roma y el Frosinone, porque será crucial gestionar bien el balón y no conceder contragolpes al Rennes, que con Kalimuendo y Terrier, si saben correr, se divierten. La Europa League será sin duda un gran objetivo, pero Pioli, tras la vuelta, tendrá al Atalanta en casa y al Lazio fuera: el Milan, para la vuelta a Bretaña, quiere coger el avión despreocupado, con la clasificación en la maleta.