Verona 1 – 3 Milan

Fue en Verona donde el Milan redescubrió otras cosas buenas, útiles para acabar la temporada en zona segura de la Liga de Campeones y, sobre todo, para empujar al equipo por el camino de la Europa League. El gol de Theo, el desborde por la izquierda, la versatilidad de Okafor, la abundancia en el centro del campo y el golazo de Chukwueze.

Es el quinto éxito consecutivo considerando todas las competiciones, trío de victorias en la liga. Las malas noticias, como de costumbre, vinieron de la defensa: el Milan sufrió el gol de Noslin y se despidió de Kalulu después de un tiempo debido a un esguince de rodilla. El Verona se mantiene dos puntos por delante de la zona de salvación y en vísperas de Pascua tendrá un primer choque por la salvación en Cagliari.

Si el Milan suele tardar en ponerse en marcha, aquí tuvo un comienzo fulgurante: Tomori no acertó a rematar con la zurda una invitación de Theo. Luego le tocó a Okafor emocionar al Montipò: saque de esquina de Pulisic, pase de Kalulu, volea con la derecha del suizo y el balón se eleva por encima del larguero, con la ayuda del travesaño. Pulisic se acerca aún más: en la acción desde la derecha golpea el travesaño, esta vez de lleno. Ni siquiera salió en un contraataque de 4 contra 3: el último toque, desperdiciado, volvió a caer a los pies de Okafor.

Para la delantera se necesita una acción que lo combine todo en uno: velocidad, potencia, cabezonería, suerte. Theo corre por la izquierda, es bueno y se ayuda de un par de rebotes, antes de encontrar el gol. Lo que ocurre a continuación también merece atención: la exultación, más o menos la habitual, es con los brazos unidos y una expresión pícara, lástima que ocurra delante de los seguidores del Gialloblù. El público silba, Theo tarda en volver al centro del campo y Baroni le llama: Hernández responde con las manos imitando el “habla, habla…”. El resultado fue un empate en cuanto a amonestaciones: el lateral rossonero (amonestado, se perderá al Fiorentina) y el entrenador del Gialloblù.

Fue el Milan agresivo de siempre al comienzo de la segunda parte: Okafor tuvo el mérito de rematar, Pulisic el de estar listo en el despeje en corto de Montipò. Era el gol número 5.000 en la historia del AC Milan, el duodécimo de la temporada para Pulisic, pero tenía un gran valor: para Cristiano era su mejor temporada en cuanto a goles. Cuando todo parecía decidido, el Milan volvió a dejar que su rival abriera el marcador: Noslin marcó un golazo, pero Loftus-Cheek estuvo impecable en la cobertura.

Cuando Leao tuvo la oportunidad de restablecer las distancias, cometió un torpe error: Rafa se desplazó muy bien por la izquierda, pero desperdició su disparo a la media vuelta. Chukwueze, recién entrado en el Leao, hizo lo mismo: un gol de volea tras un saque de esquina supuso el 3-1, el primero de Samu en la liga. Y esta vez, también estuvo la mano, o más bien la zurda, de Maignan en el resultado: decisivo en la diagonal de Swiderski.

HELLAS VERONA-MILAN 1-3

Marcadores: 44’ Theo, 50’ Pulisic, 65’ Noslin, 79’ Chukwueze.