
La prueba del 9 es un algoritmo que todo el mundo conoce. Lo enseñan en las escuelas primarias, los aficionados lo utilizan para juzgar el mercado de su equipo, los directivos de los grandes clubes lo aplican para construir: con un gran delantero centro que marque goles, se llega lejos. Por eso, en los cálculos del Milan, el 9 del futuro no depende del nombre del próximo entrenador: el talento pone de acuerdo a todos, y en el Diavolo han puesto sus ojos en dos delanteros centro de gran talento, Joshua Zirkzee y Benjamin Sesko. Misma generación, características diferentes y precios de joyas. El Milan sabe que su mercado empezará a partir de aquí y ha decidido invertir sumas nunca antes gastadas en un delantero: los directivos están trabajando en las dos pistas, pero pronto tendrán que elegir e intentar dar el salto.
Para el Zirkzee las maniobras han empezado desde lejos, como corresponde a un jugador que puede ser arrebatado al Bolonia pagando una cláusula: la del holandés vale 40 millones y hasta mediados de julio pueden presentarse todos los clubes que lo quieran. En este marco, mucho, por no decir todo, depende de Zirkzee, como explicó ayer el consejero delegado del Bolonia, Claudio Fenucci: “Tenemos un accionista tan fuerte que nos permitirá seguir sin vender a nadie e intentaremos quedarnos con todos. El único que es árbitro de su propio destino es Zirkzee”.
El Milan lleva meses trabajando en ello: tener el sí de Joshua equivale prácticamente a cerrar el trato. No será fácil, porque Zirkzee también gusta a la Juve y a los grandes de la Premier League, con el Arsenal en primera fila. A diferencia de los bianconeri, que tendrán que elegir entre Zirkzee y Koopmeiners para llegar a fin de mes, el Milan tiene las manos libres: el grueso del presupuesto se destinará al heredero de Giroud. La competencia de los ingleses, por tanto, puede convertirse en el verdadero obstáculo a superar.
Incluso en este caso, confianza no le falta: Zirkzee creció en el Bayern, pero tuvo que mudarse a Italia para despegar y conoce perfectamente los riesgos de un posible fichaje por la Premier League. La idea de un salto a un grande de la Serie A sería una transición menos brusca, más natural. Más aún si el destino fuera el Milan: que los rossoneri apunten a la segunda estrella le situaría en el centro del proyecto, y San Siro es un estadio que no le asusta (véanse los goles y la magia con el Bolonia esta temporada, entre el Inter y el Milan). El resto podría haberlo hecho Ronald Koeman, el técnico holandés que decidió excluir a Zirkzee de la lista de convocados para la Eurocopa: sin la competición, la atención de los ingleses podría desplazarse a otros objetivos y el Milan tendría campo libre para dar el golpe.
Sesko, en cambio, irá a la Eurocopa. Para llegar listo a la cita, se ha puesto a marcar un gol tras otro con el Leipzig sin parar: siete en los últimos siete partidos de Bundesliga (por cierto, vayan a ver el último, contra el Eintracht…). Su cláusula, que varía en función de los goles y no sólo, ha subido de 50 a 65 millones: mucho, sí, pero al Milan le gusta mucho Sesko y se está pensando la operación.
También se han iniciado los contactos con su agente, pero llegar a la meta no es fácil: el Leipzig en estos días ha empezado a hablar de renovación con su joya. El objetivo es protegerle de los asaltos de los clubes ingleses de siempre. Sin embargo, frente a las suculentas ofertas de dos clubes árabes, ha sido el propio Sesko quien ha declinado la oferta: a sus 20 años, Benjamin sólo puede ser visto en Europa. Está por ver si en San Siro o en otro sitio.