
Toda una nación pasó -literalmente- por su cabeza, cambiando su destino en el Grupo C de la Eurocopa. La cabeza es la de Luka Jovic, y el destino de Serbia, en el minuto 50 de la segunda parte, pasó del riesgo bastante real de decir adiós a Alemania tras el tercer y último partido del grupo a una posibilidad real de seguir en el torneo. Luka infligió a los eslovenos una de esas decepciones que uno lleva consigo durante toda su carrera, y a sí mismo la alegría de haberse reencontrado decisivo por enésima vez.
Sí, porque la de Jovic es ahora una montaña rusa perpetua. Como esas luces de neón estropeadas de las viejas películas americanas, que se encienden intermitentemente. Se encienden y un momento después se apagan chisporroteando, para volver a encenderse. Ciertamente, el gol que salva a Serbia también le sirve para dar un importante golpe global sobre sí mismo.
Le sirve a su país, le sirve al Milan para confirmar la bondad de una elección que, salvo sorpresas de última hora, llevará al club rossonero a renovarle el contrato por una temporada más. Ciertamente, Luka en Múnich ha puesto en marcha lo que ya es la especialidad de la casa: el gol que llega desde el banquillo, porque igual que en el Milan estaba Giroud delante, en la selección el titular es Vlahovic. Y así, el número 8 de Serbia tiene que exprimir al máximo los veinte minutos, media hora como mucho, que le dan los entrenadores. A grandes rasgos, ha hecho su trabajo -aunque en un contexto de evidente discontinuidad- y lo ha hecho bien.
El que marcó contra Eslovenia fue su décimo gol de la temporada, y las estadísticas dicen que exactamente la mitad del botín llegó entrando como suplente. Los cuatro goles del rossonero como suplente los marcó contra el Atalanta, el Salernitana, el Udinese y el Frosinone. Todos a partir del minuto 80, cuando los minutos y los balones pesan como el granito. ¿Podría haber hecho más? Definitivamente sí, sobre todo teniendo en cuenta sus superlativas cualidades técnicas.
Luka tardó (mucho) más de lo debido en ponerse en forma al principio de la temporada, y entonces surgió un problema táctico evidente: es un delantero que necesita estar flanqueado por un compañero, que libere espacios y dialogue con él. Como único terminal, tal y como preveía el Milan de Pioli, Jovic tiene definitivamente dificultades. “Jovic es un jugador extraordinario, estoy muy contento con su actuación porque a pesar de haber tenido poco espacio fue realmente peligroso. Me alegro de que haya marcado, tanto por su confianza como por la del equipo”, le aplaudió su seleccionador, Stojkovic, tras el empate a 1-1 con Eslovenia.
Y él era, obviamente, la viva imagen de la felicidad en la zona mixta, aunque antepuso sabiamente el bien del grupo a todo: “Es genial marcar así, pero lo cambiaría fácilmente por la victoria…”. El de Luka es el primer gol rossonero en esta Eurocopa, precioso combustible para regresar a Milanello tras firmar su nuevo contrato y defender su papel en el equipo. Puede que no esté destinado a ser titular, pero ¿cuanto sirve Luka cuando entra en juego en la última media hora?