Defensa y mediana con pocas opciones

El balance, para no ser más que mediados de septiembre, no es precisamente bueno: siete lesiones, dos de ellas musculares, que afectan a seis jugadores diferentes. La enfermería rossonera sigue pasando factura, el problema es que en tres de estos casos se está tardando mucho: para Sportiello hablamos de finales de octubre, para Bennacer de enero y para Florenzi de febrero. Y cuando la manta se acorta, la plantilla no está -intencionadamente- sobrecargada y se empieza a jugar cada tres días, los posibles problemas están a la vuelta de la esquina.

La masacre de la temporada pasada (47 incidentes con 24 jugadores implicados) fue una de las causas más violentas de la marcha de Pioli, y durante el verano el club puso orden con Ibra, que dio el visto bueno a varias figuras profesionales consideradas responsables de la gestión pasada. Por el momento es claramente demasiado pronto para decir si los cambios han sido beneficiosos, pero ahora que empezamos a jugar tres veces por semana (y con dos partidos más de Liga de Campeones que hace un año) los números saltan a la vista.

Empecemos por decir que la plantilla actual es -según el sitio web oficial de los rossoneri- de 26, es decir, 23 jugadores en movimiento. Algo más de dos parejas por función, según la misión que Ibrahimovic se trazó en verano. ¿Plantilla corta ante tantos partidos programados? Sí y no. En el sentido de que el proyecto global contempla teóricamente, como ha aclarado públicamente el club, una especie de maxi grupo que aglutine al primer y segundo equipo. O sea, potencialmente, más de cincuenta jugadores.

Esto, sin embargo, es la teoría. La práctica es evidentemente diferente porque del Milan Futuro sólo pueden elegirse unos pocos peones más o menos preparados para el equipo A. También porque para un equipo que ha declarado ambicionar el Scudetto y llegar lo más lejos posible en la Liga de Campeones, se exige el máximo nivel posible incluso para las segundas líneas.

Si nos fijamos en la composición de la plantilla del primer equipo -por tanto, sin la ayuda del Milan Futuro-, nos vienen a la mente dos de los tres departamentos. El más precario numéricamente es la defensa, que en el centro ha perdido a Kjaer, Kalulu y Simic (es decir, uno de esos tipos con los que se podría contar en caso de necesidad).

Con la llegada de Pavlovic, hay cuatro centrales: el serbio, Tomori, Thiaw y Gabbia. Thiaw está entre los que se quedaron en boxes: nada grave, pero sin embargo la posible manta corta -ahora que empieza la Liga de Campeones y habrá jornadas de liga entre semana- es visible.

Incluso en el centro del campo no se puede estar demasiado tranquilo tras la lesión de Bennacer. Habrá oportunidades para Zeroli y Vos (que, sin embargo, no aparece en la lista de la Champions), pero estamos hablando de perfiles en plena fase de crecimiento.

Adli y Pobega se han despedido, ha llegado Fofana y con él Loftus-Cheek (que, sin embargo, se utiliza más a menudo en los tres cuartos), Reijnders y Musah. Por no hablar de que Fonseca podría inclinarse por un 4-3-3 -preconizado por muchos por razones de equilibrio táctico-, sistema que emplearía por tanto un centrocampista más que en la actualidad. ¿Puede considerarse protegido el técnico rossonero?