Zlatan habló con el equipo a mediados de agosto y hace unos días. Antes de debutar en la A, contestó a distancia a su entrenador en rueda de prensa. Al portugués no le gustó. En las dificultades de los rossoneri también influyen estos episodios.
Primer episodio. Milanello, víspera del Milan-Torino, primera jornada del campeonato. Zlatan Ibrahimovic convoca al equipo y les habla, como hacía cuando era futbolista. Él y ellos. Fonseca no está presente. Segundo episodio. Estadio de San Siro, Milán-Torino, 17 de agosto. Fonseca había hablado de un “mercado cerrado para mí” un día antes, pero Ibrahimovic, en la presentación de Fofana, dijo lo contrario: “El entrenador se encarga de entrenar, el club hace el resto. No necesitamos más fichajes. Con estos cuatro fichajes hemos duplicado las alternativas y además está el Milan Futuro. Estos cuatro fichajes ya eran objetivos incluso antes de elegir al entrenador. El mercado se cierra cuando yo digo que se cierra. Estamos en el sexto de los siete días”.
A Fonseca no le gustó y se lo hizo saber al club. Pocos días después llegó Abraham, que le gustaba, a cambio de Saelemaekers, que le gustaba. Tercer episodio. La víspera del Milan-Liverpool, tras la victoria ante el Venezia. Ibra regresa tras dos semanas fuera del equipo y vuelve a hablar con los jugadores. Les dice que, aunque haya estado fuera, sigue siendo el jefe y les pregunta cómo van las cosas con el entrenador.
Los tres momentos de la vida del Milan -uno público, los otros dos desconocidos- dejan claro que encontrar el equilibrio, entre Ibrahimovic y Fonseca, no es fácil. Ibra es abrasivo, se refiere sobre todo a sí mismo y no contempla el compromiso. Empezó esta aventura con afán de protagonismo y en las entrevistas siempre lo señala.
Es como si siguiera su propio camino, su propia forma de ser entrenador, lejos de normas y manuales. En varios clubes es el propio club el que decide el mercado, dejando un poder muy relativo al entrenador, pero nadie lo señala en público. Es normal que el entrenador no se lo tome bien.
Fonseca está en un momento muy difícil, se puede entender también por estos detalles. Igual que se entiende que el papel de Ibrahimovic esté aún por definir. “Soy el jefe”, dice, pero no es fácil llegar a un club unos meses después de haber dejado de jugar y pensar en cambiarlo con fuerza. Ibra no fue el primer jugador en el mercado y el entrenador no es una excepción.
Ciertamente en Fonseca había un gusto básico por Moncada, que de todos modos había elegido a Lopetegui para 2024/25, y la decisión sobre él la tomó Furlani, un director general muy implicado en el mercado. Es cierto que Ibrahimovic avaló la decisión, tomada conjuntamente por los tres hombres clave del Milan, pero no estuvo en primera fila.
Y en general se mueve por el club (área comercial, comunicación, mucho Milan Futuro) pero no entra en la dinámica clásica del mercado. ¿Puede funcionar? ¿Y qué dirá el domingo por la noche si el derby sale mal?
LAS PALABRAS DE IBRA ANTES DEL MILAN-LIVERPOOL
El debut en la Liga de Campeones
“Es una semana importante. El primer partido hoy con el Liverpool es un gran partido, llega en el momento adecuado para el equipo, después del último partido que fue bien. No hemos empezado como queríamos, pero con paciencia lo conseguiremos. Un desafío entre dos grandes equipos”.
Sulla sua assenza
“Cuando el león se va, los gatos se acercan. Cuando el león vuelve, los gatos desaparecen. Dicho todo esto, el nivel es demasiado bajo. Estoy concentrado en el trabajo, me ausenté unos días por motivos personales, pero siempre estoy ahí. Uno trabaja, el otro pedalea”.
Sobre su posición y puesto
“El papel es sencillo, mucha gente habla. Yo estoy al mando, soy el jefe y el resto trabajan para mí”.
Ibrahimovic lanza una pulla a Zvonimir Boban, presente en los estudios de Sky y que, en una entrevista a La Gazzetta dello Sport, se había preguntado por el papel del sueco
“Incluso Boban no ha entendido mi papel…” “Nadie lo entendió, la verdad”, replicó el croata. Lo que encontró la respuesta de Ibra: “Te lo explico ahora: yo mando, soy el jefe y todos trabajan para mí. Vosotros trabajáis en silencio”.
¿Hablaste con los “gatitos” (refiriéndose a Theo y Leao)?
“Los gatitos no están en el equipo, son los que están fuera”.
¿Pero hablaste con Theo y Leao?
“He hablado con el equipo, están bien, con las pilas cargadas y han hecho un buen partido.
¿Qué se siente al vivir tardes así y no poder jugar?
“Ahora es diferente, desde que ya no juego no tengo esa adrenalina. Claro que echo de menos jugar al fútbol, porque fueron grandes momentos, pero no es que tenga ganas de volver.”
El mercado
“El mercado era lo que queríamos. Lo que creíamos que faltaba lo hemos conseguido. El último fue Abraham para dar un refuerzo extra en ataque. Lo siento por Jovic”.
¿Fuiste a por Osimhen?
“Me quedo callado”.