Cuatro motivos para pensar en positivo

El boletín de buenas noticias comienza y termina en París, vía Leverkusen. Aquí el viaje, en cuatro etapas, que obviamente no olvida los problemas. El Milan está a cero puntos y ha encajado 20 tiros a puerta entre el Liverpool (11) y el Leverkusen (9). Demasiados. Emerson por la derecha era un problema y Leao apenas creaba peligro. La tarde alemana, sin embargo, deja motivos para sonreír de cara al Fiorentina-Milán, último partido antes del parón de octubre. No será un partido fácil, en absoluto.

Youssouf Fofana es un termómetro viviente: muestra claramente cómo se encuentra. Y el Leverkusen dice que por fin está bien, después de un mes en el que su estado distaba mucho de ser el mejor. Lógico: se entrenó en solitario durante mucho tiempo, llegó tarde al Milan, pagó el tirón con el Mónaco. Fofana es el único jugador de mentalidad defensiva en el centro del campo del Milan y Fonseca lo necesita.

No por casualidad, lo cambió pronto contra el Lecce, para tenerlo listo aquí en Alemania. Youssouf nunca será el mediapunta box-to-box que se vio el año pasado en el Mónaco, porque el Milan le pide que sea un ‘6’, un centrocampista defensivo… y eso será. Sin embargo, si está en forma, no se privará de algunas incursiones, como el disparo rechazado por Hradecky.

Fíjate, las casualidades de la vida. El Milan con el Bayer aceleró cuando entró Morata. Con Álvaro por Abraham, atacó más, fue peligroso, estuvo a punto de marcar. No te fijes en el error de cabeza de Morata (vale, tenía que marcar), fíjate en la energía que transmitió al equipo. Álvaro no está bien, está claro, pero lee las situaciones, sabe qué espacios ocupar, presiona, toma las decisiones correctas. Sin duda, el mejor delantero a disposición de Fonseca.

El Milan de los primeros 50 minutos es preocupante: durante mucho tiempo contra las cuerdas (y el Leverkusen, en casa, es mejor equipo, aunque decir eso da cierta impresión). Los últimos 40 minutos, sin embargo, dicen que el Milan puede jugar en igualdad de condiciones y que está creciendo: se está levantando. El equipo de Pioli tenía alma y con eso superó su nivel.

Esta evolución de Fonseca empezó mal -la escena en el descanso por enfriamiento habla por sí sola-, pero desde el derbi envía mensajes claros: los jugadores permanecen unidos, Morata abraza a Fonseca tras la victoria con el Inter y Gabbia dice que el equipo le seguirá “hasta la muerte”.

Por último, el primero. Mike Maignan jugó un partido fuerte, de portero de primera. En el derbi hizo lo propio con una parada a Thuram: de tres puntos, uno debería enviarse a su dirección. En Leverkusen coleccionó paradas de casi todos los jugadores del Bayer: Frimpong, Wirtz, Grimaldo, Adli, Hincapié, Boniface. Parece una colección de cromos. Conclusión fácil: si está bien, MM es el mejor portero de la liga y uno de los mejores del mundo. Si está bien…