
Mauricio Pochettino empezó con mal pie (un tema resbaladizo, sin duda): “En el Milan está jugando todos los partidos, todos los minutos, y eso es algo que nos preocupa. A veces tenemos que protegerle, llega un poco cansado”. “Él” es Christian Pulisic y estas palabras fueron pronunciadas el viernes en la concentración de la selección estadounidense, en vísperas del primer amistoso contra Panamá.
Entonces, el técnico de las barras y estrellas se rehabilitó decididamente a los ojos del mundo rossonero, dejando a su hombre más importante libre para regresar a su club con tiempo de sobra. Y eso evitando su segundo partido, el próximo martes en México. “Vuelve a Milán, Christian, tienes que descansar un poco”. Beau geste evidentemente apreciado por el club rossonero, aunque sería interesante preguntarle al interesado qué piensa al respecto: conociéndole, probablemente también habría querido jugar en México…
Todo este preámbulo sirve básicamente para decir una sola cosa: Pulisic es el hombre del momento en el camino del Diablo. Es el que no traiciona cuando otros jadean, es el profesional cuando otros sólo piensan con las tripas, es el que salta hombre cuando otros no tienen el valor de intentarlo. Es más, hombre del momento ni siquiera es una definición exacta: Cristiano sigue desenrollando un larguísimo hilo rojo que empezó la temporada pasada y nunca se ha cortado.
Un hilo en el que hay, en este preciso momento, treinta y cuatro nudos. Uno por cada gol (21) y uno por cada asistencia (13). Hablamos sólo de clubes. Y si la temporada pasada fue la del récord personal de goles (15), la actual empezó con la perspectiva (6 goles en 9 partidos) de hacerlo aún mejor. El Rey Midas de Milanello. Sin duda, el jugador más dotado técnicamente de la plantilla rossonera. Por la sencilla razón de que es completo: tiene regate, disparo, aceleración e inteligencia táctica. ¿Qué más puede necesitar un delantero?
Así que Pochettino se puso la mano en el corazón y se la devolvió a Fonseca, anteponiendo las necesidades de un Milan bastante maltrecho a un amistoso de su selección. El seleccionador estadounidense dijo que Cristiano jugó todos los minutos, y para ser puntillosos las cosas no son del todo así: los minutos son 720 de los 810 disponibles, así que es como si se hubiera perdido un partido. Pero son cifras engañosas, porque el Capitán América siempre ha sido titular, y sólo se ha negado a jugar en los últimos compases de un partido.
Por otra parte, con un hombre que ha aportado la mitad de los goles del equipo -6 goles y 2 asistencias frente a los 16 goles del Milan-, los pensamientos sobre un posible relevo se ven alejados por las dificultades de las que no puede recuperarse el Diavolo. Y los que podrían sustituirle, digamos, no están condenando su alma para seducir a Fonseca. Los objetivos de Cristiano, además, podrían ser más.
Cuestión de penaltis. Faltan tres. El primero contra el Venezia: Pulisic marcó el primero y, con gallardía, cedió -con 3-0- el segundo a Abraham, que no la tiraba desde abril. Una generosidad fuera de lugar y mal correspondida, visto lo sucedido en Florencia. La primera vez, desde el punto de penalti, la agarró Hernández; la segunda, Abraham, que también esquivó mal a Cristiano. Ve y haz el bien a tus compañeros….
Cómo acabó en el Franchi es de dominio público, y algunos incluso la tomaron un poco con Cristiano. De la serie: ¿pero no podía imponerse a sus compañeros, ya que es el primer lanzador de penaltis designado? Algunos incluso le han tachado de acosado por Theo y Tammy, en realidad Pulisic es simplemente un buen tipo que quizá no ve bien hacer reivindicaciones públicas con quienes visten su misma camiseta.
En términos “filosóficos”, desde luego no le hace falta: su rendimiento en estos momentos equivale a una condena, a una mala figura para la mayoría de sus compañeros. Los tiempos de las penurias londinenses en el Chelsea son un recuerdo borroso, Cristiano es el pivote del AC Milan y disfruta desmintiendo el dicho de ‘nemo propheta in patria’ (nadie es profeta en su tierra).
Es exactamente lo contrario: en Estados Unidos es el símbolo de la selección, el hombre de los goles, las asistencias (como la del otro día a Musah) y el merchandising. Popularidad a raudales: ESPN acaba de otorgarle el primer puesto en el USMNT Player Performance Index, la clasificación por rendimiento de los 50 mejores jugadores estadounidenses. “La diferencia entre él y el segundo (Balogun, ed.) es más o menos del mismo tamaño que la que hay entre el segundo y el octavo”, escribió el periodista de ESPN. Pulisic es profeta en todas partes.