Normalidad. A Paulo Fonseca le gusta el término, y lo utiliza como bandera para plantar en el centro de Milanello. Y así, por poner sólo dos ejemplos, se convierte en “normal que Leao pueda ir al banquillo”, del mismo modo que “no es sorprendente (es decir, es normal, ed.) que Camarda empiece de titular” por primera vez, en lugar de Abraham.
La del técnico portugués es una especie de democratización de la plantilla, inspirada en el gran clásico ‘todos útiles, ninguno imprescindible’, una directriz que para algunos entrenadores es el evangelio de la gestión. El grupo antes que los individuos, pues, y la democracia en la elección de quién salta al campo, partido tras partido, en parte por necesidad, pero también en parte por elección.
Y así, a mediados de noviembre, la plantilla rossonera se encontró con una minucia bastante peculiar. Minutos disponibles para todos, o casi todos (también porque hasta este momento la enfermería se ha cobrado un peaje aceptable, en comparación con hace un año). Por supuesto, Fonseca también es titular -le echaríamos de menos si no lo fuera-, pero las sorpresas con él están a la vuelta de la esquina.
Como Camarda en el Cagliari y Musah en el Madrid, por citar los ejemplos más recientes. Por otra parte, es una filosofía que se refleja plenamente en la ampliación del grupo de posibles capitanes. Fonseca explicó que quería llegar al menos a cinco jugadores merecedores de tal estatus, para un fajín que podría encontrar diferentes destinatarios de vez en cuando. Hay coherencia, como en las minucias: potenciar e implicar al mayor número posible de elementos.
Entrando en los detalles del tiempo de empleo -portero excluido-, puede ser útil mientras tanto comprobar los cinco primeros por minutos totales (es decir, liga más Liga de Campeones). Aquí, ninguna sorpresa -o casi ninguna- en los nombres: Pulisic (1.168 minutos) encabeza la lista, seguido de Fofana (1.139), Reijnders (1.094), Hernández (1.026) y Emerson Royal (976), que no hace arrugar los ojos pero ha aprovechado las diversas dolencias de Calabria.
El lateral brasileño sólo aventaja en nueve minutos a Leao. Mirando en cambio a los niveles inferiores de esta clasificación, están ocupados por quienes ya han hecho visitas no ocasionales a la enfermería hasta la fecha: Bennacer (60), Jovic (78), Calabria (221). Por lo demás, en los quince partidos de la temporada, todos los demás han sumado al menos 350 minutos. No son pocos, teniendo en cuenta que algunos jugadores son a todos los efectos segundas líneas, independientemente de la “democratización” de Fonseca.
Terracciano, por ejemplo, llegó a 359 minutos, Musah a 396, Abraham a 482, e incluso los que eran considerados los laterales exteriores altos, con Fonseca se han convertido en protagonistas: 549 minutos para Chukwueze, 446 para Okafor. En teoría, una vez encontrada una pareja clave, el entrenador debería seguir todo lo posible con los mismos hombres, pero esta pareja aún no se ha encontrado.
La fase defensiva es muy mala, los errores departamentales se alternan con las amnesias individuales, y así detrás de Tomori (905 minutos) está -no tan cerca- Pavlovic (722) y más atrás Thiaw (547) y Gabbia (539), este último en el pozo desde hace tiempo. Todos ellos, sin embargo, sin escasez de minutos.