Gerry Cardinale pretende aferrarse al Milan, no abandonar la dirección del club, y está trabajando para refinanciar la deuda que contrajo con Elliott cuando compró el club. Las negociaciones entre el número uno de los RedBird y el fondo propiedad de la familia Singer llevan meses en marcha, mucho antes de la fecha límite de agosto de 2025.
El objetivo es llegar a un acuerdo no cercano al gong porque, si bien Elliott ya hizo su elección cuando vendió las acciones rossoneri en el verano de 2022, lo cierto es que el empresario neoyorquino no cambió de opinión sobre el valor de la inversión que realizó cuando aceptó los 1.200 millones de tasación por el 100% de las acciones.
A pesar de que sigue buscando su primer trofeo y de que el inicio de su tercera temporada no ha sido nada satisfactorio en cuanto a puntos conseguidos en la liga, Cardinale está convencido de que el Milan se pondrá pronto en marcha y logrará los resultados deseados sobre el terreno de juego. Después de sus éxitos en tantos ámbitos, también quiere hacerlo bien en el futbolístico. Lo ha demostrado cerrando el mercado de las dos últimas temporadas con unas pérdidas totales de unos cien millones. Y está dispuesto a seguir por este camino si continúa su “reinado”.
Para comprar el Milan, RedBird invirtió 650 millones y alcanzó los 1.200 millones gracias a un vendor loan de 550 millones, es decir, un préstamo que el vendedor concede a favor del comprador y que permite reducir su exposición financiera al sistema bancario. En la práctica, se trata de un pago aplazado y no a tanto alzado, un instrumento jurídico y financiero cada vez más utilizado cuando se compra una empresa, no sólo un club de fútbol o deportivo.
Sobre todo si se trata de sumas tan elevadas como las pagadas por el Milan. Ahora bien, a esos 550 millones hay que añadir los intereses devengados para una suma total, a devolver de una sola vez (el término técnico es “pago bullet”) en algo menos de nueve meses, que ronda los 700 millones (693 para ser exactos).
Y esa misma suma es la que RedBird quiere refinanciar con Elliott. En su totalidad o en gran parte, una ruta viable si los nuevos inversores demuestran interés en unirse a Cardinale y garantizar la equidad, es decir, el dinero que se entregará inmediatamente a la familia Singer.
Cardinale trabaja en una solución que le permita continuar el proyecto que inició en 2022 y no tiene intención de dejarlo escapar. Porque había previsto que la operación vinculada al club rossonero no daría los resultados deseados en tres años. Antes de fundar RedBird, el empresario estadounidense trabajó durante mucho tiempo para Goldman Sachs, uno de los bancos de inversión más importantes del mundo, y llegó a ser su socio y máximo dirigente, gestionando más de 100.000 millones de dólares en capital privado.
Un hombre con su experiencia sabía que estaría en la encrucijada en el verano de 2025 y está convencido de que tiene las cartas adecuadas para llegar a un acuerdo con Elliott, para sacar adelante su proyecto. Probablemente hasta 2028 o durante otros tres años. El nuevo calendario de la refinanciación aún se está negociando y está claramente vinculado al tipo de interés.
No se puede descartar la posibilidad de que entre en juego otro fondo. En resumen, aún queda trabajo por hacer, pero la dirección tomada es clara: Cardinale no piensa en una desvinculación y quiere seguir invirtiendo en el Milan. Llevarlo a ganar otros trofeos y celebrarlo ya no como un mero aficionado, como ocurrió en mayo de 2022 con motivo del Scudetto.
Lo que le impulsa no es sólo el deseo de enriquecer el palmarés de Via Aldo Rossi, sino también la convicción de que el club rossonero, gracias a los dos últimos balances cerrados en negro gracias a unos ingresos récord en su historia (457 millones en el último ejercicio), tiene un gran potencial. Por el valor de la marca, muy fuerte en América y China, pero también porque se está negociando con el Inter la construcción de un nuevo San Siro junto al actual.
Ni que decir tiene que una instalación en propiedad aumentaría los ingresos por temporada, pero sobre todo el valor del club. Una razón más para que Cardinale se relance y no se baje de la tabla en un momento en que la nueva fórmula de la Liga de Campeones ha aumentado los ingresos. Por eso, el objetivo mínimo fijado por la dirección es la clasificación para la Copa de Europa más prestigiosa de la próxima temporada.
Las negociaciones entre RedBird y Elliott deben concluir antes del próximo mes de agosto, cuando vencen los plazos del actual préstamo de vendedor. Si Cardinale incumple, la familia Singer ejecutaría la prenda y recuperaría el control del Milan. Una eventualidad que la actual propiedad está convencida de que no se materializará.