¿Camarda titular ante el Verona?

El día de las grandes celebraciones del pasado rossonero, el Milan tenía sobre el césped contra el Génova la alineación más joven de su liga: 24 años y 258 días de media. Lo había hecho mejor hace año y medio contra el Cremonese, con un equipo aún más “joven”: 24 años y 165 días. Así que si el pasado glorioso parece un recuerdo lejano, el objetivo es escribir nuevas páginas en el futuro con talentos de cosecha propia. Uno en particular: Francesco Camarda.

No fue titular contra el Génova, por lo que no pudo rebajar la media de edad del once sobre el terreno de juego. Sin embargo, una vez que entró en juego, a los 15 minutos de la segunda parte, contribuyó a elevar el volumen de los cánticos de la curva (todos para él). Con Francesco crecieron también las expectativas, las esperanzas de que el Milan venciera por fin la resistencia del Génova. No sucedió: ¿y si ese fuera el motivo, a saber, la tardía entrada del pequeño Camarda? Abraham había salido en el descanso con un problema físico y Morata estaba claramente en una mala noche.

Camarda hace todo lo que le pide el entrenador: presiona a los porteros y a los defensas rivales. Está en su naturaleza: es muy joven pero nada mimado, tiene hambre y ganas de surgir, lucha cada balón y tiene calidad para ser peligroso en el área. Con el Estrella Roja en la Liga de Campeones fue decisivo en el doblete final de Abraham: su cabezazo rebotó en el larguero y acabó en los pies de Tammy. Ahora sólo le falta su primer gol con los grandes: además de la presión al rival y la determinación con la que intenta abrir brecha, también necesita compañeros dispuestos a servirle en el momento oportuno.

Contra el Génova, envió un balón que parecía destinado al fondo de la red: Camarda lo puso en juego, pero para entonces ya no estaba dentro del área, listo para explotar su increíble olfato de gol. Un don natural que no tiene edad. El carné de identidad sólo sirve para contar viejos y nuevos récords: Francesco fue el debutante más precoz de toda la historia de la Serie A, un registro que se remonta al 25 de noviembre de 2023, cuando entró en San Siro con 15 años, 8 meses y 15 días.

Salió a falta de siete minutos, más la recuperación, en el Milan-Fiorentina (1-0). Fue titular en el Cagliari-Milán del pasado noviembre por primera vez con 16 años y 244 días. En los rossoneri, en la era de los tres puntos, sólo Gigio Donnarumma, en la portería desde el principio con 16 años y 242 días, lo ha hecho mejor. En la Serie A hay ilustres goleadores de 16 años: Camarda podría estar por delante de Roberto Mancini y Renato Buso, en la portería con 16 años y 10 meses. En la Liga de Campeones, en cambio, si marcase en uno de los próximos partidos, se convertiría en el goleador más joven de la historia. Un título honorífico que actualmente ostenta Ansu Fati, que marcó contra el Inter de Milán en San Siro con la camiseta del Barcelona el 10 de diciembre de 2019 a la edad de 17 años y 40 días.

Primicias y atenciones que Camarda ha demostrado saber manejar, también gracias a la protección del club, de su familia y de sus agentes: a empujones, en busca de nuevos récords. Un poco como ha aprendido a hacer en el campo: cuando relevó al otro bebé, Liberali, el domingo pasado, Camarda parecía un veterano. Se mueve con soltura, sin miedo ni preocupación. Para el gol necesita más tiempo, en el sentido de un partido entero y ya no sólo retazos, ya sea el final de un partido o la primera hora de juego que tuvo a su disposición en el partido fuera de casa en Cagliari.

Fonseca se lo piensa de verdad: esta vez no por necesidad, sino por decisión técnica. Sus centrales están disponibles, tanto Morata como el recuperado Abraham. Camarda, sin embargo, viaja más rápido y ligero: no tiene las responsabilidades de Álvaro ni las dificultades de Tammy. Puede jugar despreocupado y fuerte con el apoyo del público. Y el impulso de dos ex especiales: Pippo Inzaghi le abrazó antes del Milan-Génova.

Van Basten le auguró en la Gazzetta un futuro de estrella. Mantiene la cabeza gacha, a menos que necesite golpear por encima de sus adversarios, y los pies en el suelo, a menos que necesite desmarcarse en acrobacias. Y a partir de ahí emprende el vuelo hacia el rumbo trazado. En verano, el club creó el equipo B, el Milan Futuro: lucha en la Serie C, pero es una cantera de nuevos talentos. Camarda es una excepción: se le necesita ahora, en el presente.

JIMENEZ VOLVERÁ A SER TITULAR

Camarda tiene varios hermanitos rossoneri que también tendrán algo que decir en la próxima cita liguera. Alex Jiménez es en realidad un hermano mayor: 19 años, jugó (y bien) su primera titularidad en la liga A con el Genoa. Un pequeño Theo Hernández, el de los mejores días: defendió, intervino con acierto y luego presionó, ganó duelos en velocidad y uno contra uno. Una actuación convincente: Theo tendrá que ponerse las pilas si quiere recuperar su puesto y superar a su joven suplente. En Verona es poco probable que Fonseca vuelva a las andadas, en su lugar seguirá mirando al futuro con el pequeño Jiménez.

En la última jornada del campeonato, otros jóvenes también se sentaron en el banquillo: de Torriani a Bartesaghi, pasando por Silvano Vos. Los dos primeros ya han debutado con los grandes, el holandés no, y se le considera uno de los más preparados del equipo sub-23. Por tanto, se dan todas las condiciones para que sea el próximo debutante. Otro hermano mayor de Camarda: Vos es de 2005 y ya ha jugado con los grandes en el Ajax, 13 partidos de liga y tres en la Europa League.

Se le considera un centrocampista dúctil, con gran talento y potencial. Fonseca quiere ser el entrenador que primero intente implantarlas con coherencia en un club de primera. Mientras tanto, el nuevo Leao, más líder y menos egocéntrico, también cuida de su joven compañero: en una historia de Instagram, el portugués posó con él, llamándole “hermano”. Y con Musah fuera también para el Verona, a la espera de la recuperación de Bennacer, y con Fofana que está a una tarjeta de ser sancionado, Silvano empieza a calentar motores.