
Las palabras de Conceiçao al equipo, la presencia de Ibrahimovic y Moncada en Milanello, el intenso trabajo en el primer entrenamiento de una semana decisiva porque incluye dos partidos contra rivales directos como Bolonia y Lazio: el Milan no tiene intención de levantar la bandera blanca en la carrera por la próxima Liga de Campeones. Y para lograr el resultado mínimo fijado a principios de temporada, el club ha optado por ponerse del lado de su entrenador, que goza del pleno apoyo tanto de la propiedad como de Ibrahimovic, Furlani y Moncada.
La presencia ayer de Zlatan y el dt en el centro técnico rossonero no debería considerarse un acontecimiento, porque es una constante desde hace unos meses. Sin embargo, la visita cobró un significado especial en un momento clave de la 2024-25: la directiva quería dejar claro que está cerca del entrenador, que no piensa buscarle sustituto y que espera una pronta redención de los jugadores. Porque el año puede deparar otras satisfacciones tras la Supercopa de Italia ya alzada al cielo.
La entrada en la Liga de Campeones 2025/26 ya no depende de Maignan y sus compañeros, pero Ibra y Moncada tienen fe y están convencidos de que Conceiçao tiene la experiencia, el carisma y las cualidades para enderezar la situación. Los presupuestos y las decisiones para el futuro se posponen hasta junio: ahora la consigna está toda del lado de Sergio y con el equipo para la remontada.
A diferencia de lo ocurrido tras la eliminación de la Liga de Campeones la semana pasada, ayer la directiva optó por no hablar en el vestuario. Esa “tarea” quedó en manos de Conceiçao, que hizo hincapié en la necesidad de eliminar los errores derivados de la falta de concentración que costaron varios puntos, pero al mismo tiempo destacó los progresos realizados en cuanto a ocasiones creadas. Ibrahimovic y Moncada hablaron con algunas de las individualidades principalmente para estimularlas sobre la importancia del partido contra el Bolonia.
La persecución del cuarto puesto, con el Juventus +8, se complica, pero, incluyendo el partido del jueves en el Dall’Ara, aún quedan 39 puntos en juego para el Milan. Además, nadie excluye que una gesta de los equipos italianos aún en liza en las copas europeas, combinada con un… desplome de los equipos españoles, podría permitir también al quinto de la Serie A acceder a la próxima Liga de Campeones. La consigna, por tanto, es no lamentarse.
De ahí la aportación de luchar hasta el final tanto para conseguir la mejor posición posible en el campeonato como para ganar la Coppa Italia. En Via Aldo Rossi, por tanto, la línea elegida es mirar el vaso medio lleno y espolear a los jugadores con vistas al futuro. Así se estimuló a Maignan tras los errores cometidos en Rotterdam y Turín. El técnico portugués también habló individualmente con él, que tiene una gran confianza en su capitán (le dio el brazalete) y que, está convencido, obtendrá una superrespuesta de Magic Mike en los próximos partidos.
Conceiçao se quedó ayer hasta tarde en Milanello. Habló con el equipo y la directiva, pero también mantuvo reuniones con sus colaboradores para analizar los datos físicos. Que están creciendo, pero que pueden mejorar aún más a partir de la semana que viene, cuando el equipo no tendrá más compromisos en la Copa de Europa.
Así que el trabajo en Milanello será más intenso y se llenará el depósito de cara al final de temporada. Ayer mismo, sin embargo, Sergio no hizo rebajas y pidió intensidad. Siente el apoyo del club y cree firmemente en lo que dijo tras la derrota de Turín, que el Diavolo luchará hasta el final por la cuarta plaza.

LEAO PODRÍA SER SUPLENTE AHORA
¿Es el Milan de las cuatro estrellas ya un recuerdo? Sergio Conceiçao se hace esa pregunta tras los últimos resultados negativos con Pulisic, Joao Félix, Leao y Giménez en el campo desde el principio. La eliminación en la Liga de Campeones a manos del Feyenoord y la derrota ante el Torino han complicado mucho la temporada de los rossoneri. Y en estos tres desafíos los ‘4 Fantásticos’ apenas produjeron un gol en 168 minutos juntos, el único a balón parado de Giménez a los holandeses en el partido de vuelta en San Siro.
Demasiado poco, aunque la producción ofensiva, en términos de ocasiones creadas, haya aumentado. Conceiçao sigue creyendo en la remontada para alcanzar el objetivo mínimo de la temporada, el cuarto (o quinto, si la clasificación de la Uefa ayuda) puesto que vale un billete para la Europa que cuenta. Difícil, pero no imposible, siempre que den la vuelta a la tortilla ya el jueves en la revancha de Bolonia contra los rossoblù. ¿La clave para lograrlo? Para el seleccionador es el equilibrio, a costa de renunciar a uno de los cuatro mosqueteros rossoneri. Y el sospechoso número uno es Rafa Leao.
En Turín, el delantero portugués se quedó en el vestuario en el descanso tras 45 minutos abúlicos, y ni siquiera regresó al banquillo para ver a sus compañeros en la segunda parte. ¿Qué exigencias de Conceiçao no fueron atendidas por Rafa? Las de siempre: Leao no persigue ni vuelve cuando pierde el balón y ayuda demasiado poco al equipo en fase defensiva.
Son más o menos las mismas acusaciones de siempre contra el número 10 rossonero. Pero si en una alineación más prudente un futbolista “indolente” puede ser tolerado o al menos cubierto por sus compañeros, en un Milan con cuatro puntas no, sobre todo si Leao es entonces incapaz de tener un impacto ofensivo como prometería su innegable talento. Así, en Bolonia podríamos ver un equipo más equilibrado, pero sin las incursiones de Rafa por la banda izquierda.
No es la primera vez en la 2024/25. De Fonseca a Conceiçao, Leao ha empezado desde el banquillo en nueve ocasiones, entrando en ocho (el único partido en el que permaneció los 90 minutos fue la victoria por 1-0 contra el Udinese en San Siro, con el Milan con diez hombres desde el descanso por la expulsión de Reijnders).
Y en al menos cinco de esos partidos dejó su impronta con un gol o una asistencia. Desde el primero contra el Lazio en el Estadio Olímpico (marcó el gol del 2-2 final, en la noche del famoso enfriamiento de la discordia en tándem con Theo Hernández) hasta el último contra el Verona en San Siro (el pase de la victoria para el 1-0 de Giménez). Entre medias también goles contra el Empoli y el Slovan de Bratislava, además de la decisiva asistencia a Abraham en la final de la Supercopa en Riad contra el Inter de Milán.
Leao es un problema para las defensas rivales, ya que con su velocidad es aún más difícil contrarrestar a jugadores cansados o quizá ya amonestados. Evidentemente, también está la otra cara de la moneda: no es fácil conseguir que una estrella como Rafa, que además es el jugador mejor pagado de la plantilla, acepte el banquillo, sobre todo en un momento problemático como el actual del Milan.