
Sergio Conceiçao llevaba trabajando en la defensa de tres desde antes del parón de selecciones. Ya había pensado en utilizarla en el Nápoles, porque sabe que las características de algunos de sus jugadores se adaptan mejor a la línea de tres defensas. Si hubiera llegado al AC Milan el verano pasado, quizá habríamos visto antes el 3-4-3, porque el técnico de Coimbra ya lo ha desplegado en el Oporto, como alternativa al 4-4-2 y al 4-3-3.
En resumen, a diferencia de lo que afirman sus detractores, lo cierto es que no se ha apresurado a estudiar los mecanismos y movimientos necesarios para ponerla en práctica. “Sólo” ha tenido que transmitirlos a un grupo que ha utilizado la defensa de tres en algunas ocasiones con Pioli en el banquillo. No han hecho falta sesiones de vídeo, sino entrenamientos en el campo para memorizar salidas y ‘escaladas’.
De aquí a final de temporada, quizá la historia y los resultados sean diferentes porque, aunque faltan confirmaciones contra dos rivales de mayor enjundia que los bianconeri (Atalanta el domingo, Inter en la Coppa Italia el miércoles 23), el Diavolo mostró en Udine una solidez desconocida desde hace tiempo. La necesaria para alimentar las esperanzas de clasificarse para las próximas copas de Europa y levantar el segundo trofeo de la temporada, la Copa Italia.
Con el 3-4-3 en el Bluenergy Stadium, Conceiçao dio más compacidad al equipo, porque los tres atrás permitían a Theo Hernández y Leao pensar más en la fase ofensiva que en la de no posesión. Ambos tenían las espaldas cubiertas y, con este conocimiento, la cabeza más despejada. Volvieron a brillar juntos, como pocas veces en la temporada, pero muchas veces en el pasado.
Pioli lo había conseguido colocando en el 4-2-3-1 un lateral exterior ofensivo más cubriente por la derecha para equilibrar el empuje por la banda contraria. Conceiçao encontró la fórmula adecuada en Udine con la línea de tres, que se convirtió en cinco en la fase de no posesión gracias al sacrificio de Theo y Jiménez. Tras el minuto 90, en el vestuario, Sergio felicitó al grupo por cómo interpretó el desafío.
Los jugadores, por su parte, no ocultaron su satisfacción por el resultado y el rendimiento: “Con el 3-4-3 hay un hombre más para defender y arriba estamos más libres para atacar”, resumió Leao. No en vano, el portugués protagonizó una de las mejores actuaciones de su carrera en la 2024/25, y Theo volvió a brillar al firmar el 3-0.
El Milan no se construyó en verano para jugar con una defensa de tres hombres, pero quizá ésta sea adecuada para dar equilibrio, ya que los defensas de campo (Hernández, Walker y Jiménez) son mejores atacando que cerrando, pero también porque los dos centrocampistas centrales luchan por cubrirse: Fofana no es “sólo” un centrocampista de carrera, Reijnders tiene propensiones ofensivas. En resumen, el nuevo sistema táctico ha enmascarado algunas de las carencias individuales.
De acuerdo, el Udinese estaba descargado, o quizás era el Milan el que estaba mucho mejor gracias al trabajo atlético realizado tras su salida de las copas. No en vano, Maignan y sus compañeros siempre han terminado los partidos con un buen sabor de boca. Y en Udine, gracias a la línea de tres hombres en la retaguardia, también evitaron otra salida en falso.
CUANDO VOLVERÁ A ENTRENARSE MAIGNAN
Mike Maignan ha recibido el alta del hospital de Udine y ha salido hacia Milán a las 9 de la mañana de hoy, como estaba previsto. Por tanto, el gran temor de la noche queda oficialmente anulado, Mike está bien y listo para volver a la vida normal. Normal, pero con algunas salvedades: deberá permanecer en reposo absoluto hasta el martes, y después volverá gradualmente a entrenarse en el campo. El Milan, al fin y al cabo, no jugará hasta el partido de Pascua contra el Atalanta: allí estará contra los nerazzurri y… los otros nerazzurri, en el derbi de vuelta de la Coppa Italia con el Inter, el miércoles 23.
Maignan en el minuto 7 de la segunda parte del Udinese-Milan tuvo un terrible encontronazo en la salida con su compañero Alex Jimenez. Después de 3 larguísimos minutos, salió. Momentos de gran susto y miedo, en el estadio y en la televisión, porque el golpe -en vivo y en directo- fue impresionante. Tanto que, al principio, también hubo miedo por Jiménez. Los compañeros pidieron ayuda a gritos y Abraham se arrodilló para rezar. Los médicos del Milan en el vestuario se aseguraron de que Maignan estaba bien (“¿cómo estás?”, “¿quién eres?”, “¿dónde estás?”) y Mike siempre estuvo consciente, presente para sí mismo, consciente de lo que había pasado. Nunca perdió el conocimiento.
Las pruebas dieron inmediatamente negativo. Mike fue trasladado al hospital Santa Maria della Misericordia de Udine, donde pasó la noche. Con él estaba Mazzoni, el médico del AC Milan. Al final de esta historia, por tanto, queda un pensamiento para la extrañísima velada de Maignan, abucheado primero y aplaudido después por el público de Udine, con el que mantiene tensas relaciones desde el caso de racismo del año pasado. ‘Esta victoria es para él’, dijo Leao tras el partido. Y Conceiçao: ‘Me emocioné durante el partido. Nunca había visto algo así en 40 años de fútbol. Los aficionados del Udinese abuchearon al jugador y aplaudieron al hombre. Un gesto fantástico”.
UN SEGUNDO TIEMPO SIN CAPITÁN
Udinese-Milan, minuto 9 de la segunda parte: Mike Maignan abandona el terreno de juego en camilla, tapándose la cara con las manos. Hay un detalle en el que pocos se habrán fijado: en su brazo izquierdo, aún lleva el brazalete de capitán. No importa, hay uno de repuesto en el banquillo, listo para cualquier eventualidad. En la lista el suplente es Theo Hernández que, sin embargo, en la emoción del momento (el choque entre Maignan y Jiménez fue muy duro y la preocupación por la salud de su compañero al más alto nivel) se olvidan del brazalete
¿Resultado? El Milan jugó casi toda la segunda parte sin un capitán reconocible a simple vista. Theo, por cierto, también fue sustituido en el minuto 83. En ese momento es normal que el brazalete pase a un tercer jugador, que no figura en la lista: ¿Tomori? ¿Gabbia? No Leao, que fue capitán durante la temporada, pero en esta ocasión abandona el campo junto con Hernández. De hecho, nadie llevará el brazalete hasta el pitido final.
Un descuido que también se le escapó al árbitro Sacchi y a su equipo, evidentemente. Pero, ¿qué dicen las reglas del juego del fútbol al respecto? El artículo 4.2 (“Equipamiento obligatorio”) es claro: el capitán debe llevar el brazalete. Este concepto también se reitera en el noif de la FIGC en el artículo 72 (“Reglas de juego de los jugadores”): el capitán debe llevar el brazalete como signo distintivo.
La razón es sencilla: le hace reconocible no sólo para el árbitro, sino también para los compañeros de equipo, los adversarios y el público. En el Udinese-Milán no ocurrió, pero es difícil detectar intencionalidad en el olvido rossonero. Habría sido Sacchi quien debería haber detectado la ausencia de un jugador con el brazalete. Motivo por el cual el Milan no se arriesgó a ninguna sanción. Pero en los anales aún quedará una nota curiosa: aquella vez que un capitán (Theo) marcó sin llevar el brazalete…