
El partido carece de grandes goles y el ritmo es el que es, debido también al chaparrón. Fue cuestión de minutos, o más bien sólo de uno: Vitinha entró y marcó a los sesenta segundos, el Milan empató y remontó en el tiempo de otra vuelta del reloj (31′ y 32′ de la segunda parte).
El Genoa se salvó y el Milan quedó ya lejos de la zona europea: para los rossoneri fue un entrenamiento con vistas a la final de la Copa Italia, única vía que podría volver a abrirles las puertas de las copas internacionales. Conceiçao experimentó con las mejores soluciones de cara al partido de dentro o fuera contra el Bolonia: pretendía recuperar el físico de Loftus-Cheek, que aquí fue titular por sorpresa. Le cede su puesto inicialmente Rafa Leao, que no necesita ensayos ni experimentos.
El más estimulado de los rossoneri en la primera parte resultó ser Maignan: inmediatamente listo en el intento de Norton-Cuffy desde la derecha, que se coló entre Reijnders y Theo Hernández. Y luego estuvo excelente en dos ocasiones: primero en el desvío a bocajarro de Pulisic, que cayó en un instante, y luego en la conclusión del ex del Messias.
El 10 del Génova fue el más activo: entre otras cosas, obligó a Pavlovic a amonestarle. Para Conceiçao hubo problemas peores: tras largos segundos de diálogo con el banquillo, Fofana se rindió. Con un golpe en la planta del pie izquierdo, se quedó fuera en el minuto 28: en su lugar entró Leao y el Milan rediseñó con Loftus-Cheek (antes un delantero exterior alto) retrocediendo al centro del campo. El final del periodo fue rossonero: primero Theo en acción personal logró alejar su disparo y luego el propio Pulisic, que esta vez exaltó los reflejos de Leali.

Al comienzo de la segunda parte fue el Génova el que tuvo más ganas de salir. El Milan sólo necesitaba mantener el ritmo adecuado bajo la lluvia para no cansarse: así que primero fue Frendrup quien lo intentó extendiendo demasiado la conclusión, y luego fue Vitinha, que acababa de entrar, quien encontró la ventaja. La defensa de tres de los rossoneri, que había recuperado la estabilidad, se vio desprevenida en esta ocasión: maniobró la acción rojiazul -que comenzó con un contragolpe fallido del Milan, en el que Reijnders echó en falta el apoyo a Jovic al poder contar con más compañeros libres- y la volea llegó del número 9 que había entrado por Messias.
Un centro de Martin y el derechazo del portugués, en un minuto, se coló por la escuadra izquierda de Maignan. El Génova se adelantó a los dieciséis minutos. Los movimientos de Conceiçao mediada la segunda parte fueron Giménez y Félix por los inconclusos Jovic y Jiménez. Reijnders también llegó a la conclusión, impreciso como casi nunca le sucede. Más sustituciones fueron decisivas a la media hora de juego, esta vez para el Milan: Giménez, lanzado verticalmente por Félix, pidió y recibió el balón, sirvió al centro para Leao, que empató con el desvío de Norton-Cuffy a los 31 minutos.
Un minuto y doblete del Milan: el otro recién llegado rossonero, Joao Félix, quiere ser decisivo, y de alguna manera lo es. Se dispone a chutar en diagonal a invitación de Leao, pero Frendrup se le anticipa y marca. Todo el equipo fue a abrazar al número 79 portugués. Su compatriota Rafa participó en las acciones de los dos goles, pero luego vio una tarjeta amarilla por una falta sobre Vitinha. Amonestado, se perderá el primer partido contra el Bolonia (el de liga), el próximo viernes. El que cuenta llegará cinco días después, en el Olímpico de Roma. La Copa Italia está en juego.