Esto es un infierno (como diría Rambo). Un equipo roto, un club dividido en facciones llenas de fuego. Una propiedad a un océano de distancia, la misma que separa los componentes del club. Un infierno en el cual el Diavolo no puede sentirse en casa: un contrasentido testimoniado por las lágrimas de Donnarumma.
Gigio llora mientras sale del campo, debido a la humillación de los cinco goles del Atalanta. Fuera funciona o mejor dicho no va como en el campo: cada reparto va en su propia dirección. La directiva puesta en la tribuna en el nuevo estadio del Atalanta (Boban, Maldini, Gazidis y Massara, junto con el Presidente Scaroni) es una foto de grupo que tras el partido se rompió en mil pedazos.
Fue Boban quien se hizo cargo de las declaraciones públicas. A Massara una entrevista antes del partido (“¿El mercado? Estudiaremos una estrategia y estaremos listos”), mientras Maldini se quedó en silencio tanto antes como después. Zvone puso la cara y la voz, con gran pesimismo.
Duras inversiones
Para Boban no es el entrenador donde el Milan debe de nuevo intervenir, ahora hacen falta refuerzos para mejorar el nivel técnico y la personalidad que de finalmente vigor al grupo. Ayer en Bérgamo se invirtieron los roles: el Milan tenía dos jugadores de 18 años (Gigio y Leao), uno de 20 (Bennacer) y uno de 21 (Kessié).
El Atalanta no tenía jugadores nacidos tras 1995 y con la experiencia se ha hecho apreciar también en Europa. Motivo por el cual hace falta algún fichaje de gran calado y experiencia, con el consecuente gasto. Boban sabe que los vínculos económicos que el club debe respetar, pero al mismo tiempo conoce la necesidad de importantes gastos para que el equipo mejore.
Insuficiente mercado
Gastos que hoy el club no puede sostener, porque la UEFA vigila y porque al mismo tiempo, Elliott invirtió 160 millones para financiar la campaña de fichajes y tanto otro dinero para renovar el staff técnico. La propiedad mantiene las cuentas y el signo menos es sinónimo de insuficiencia: el último mercado portó a Duarte, Rebic, Bennacer, Krunic y Leao. Ninguno capaz de valorizarse: Theo es el único que parece haber devuelto esa confianza.
Luego la decisión de puntar sobre Giampaolo (despedido a mitad de octubre), donde sigue cobrando. Insuficiente es el voto que la propiedad merece tras ese mercado. Las palabras de Boban (“veremos lo que nos permiten hacer”) suenan en las orejas americanas de Singer.
El a.d. Gazidis, que como parte máxima debe hacer que todo funcione, no está ausente de responsabilidad. Hay otro equipo, el de la parte directiva, que acaba duramente bajo examen. Una valoración todavía más amplia espera Elliott: ¿vender o no vender un club capaz de depreciarse aun más con respecto a la gestión china?
Los rumores se multiplican mientras el grupo Louis Vuitton desmiente, en espera del partido del estadio. Pero ser reservados, es la marca principal de ciertas negociaciones…
Las culpas de Pioli
El intento de disminuir de manera equitativa las culpas resta sin éxito. Stefano Pioli se toma las suyas, donde no solo su posición le impone hacer ciertas declaraciones, es la realidad de los hechos: 12 puntos en 10 partidos de gestión, el Milan por primera vez desde 1997 que recibe cuatro goles en la segunda parte en la Serie A. Una caída totalmente vertical.
Los refuerzos
Ibra es el nombre que pone de acuerdo a todos: entrenador, directiva y propiedad, para Zlatan es la excepción a la regla. No un joven a crecer, un delantero de 38 años que tiene todavía golpes de genialidad y fama. En dos o tres días la cuestión debe ser resuelta, en un lado o hacia el otro.
Hace falta una inyección de garra, energía, resolución. Para Todibo hará falta algunos días más: el acuerdo con el Barcelona es total. Falta el acuerdo con el jugador, pero se hará. Mientras que Leonardo quiere fichar a Paquetá, Boban y Maldini no han recibido llamada alguna, pero todo hace pensar que el teléfono sonará bien pronto.
LA JUVENTUD NO PUEDE SER SUFICIENTE
Que un equipo de provincia, sobre todo el Atalanta de los milagros, gane al de la metrópolis con un 5-0 sin que el rival se deje ver, es realmente sorprendente. El Milan ya no existe, ese club capaz de ganar 7 Champions y haga encantar al público de todo el mundo.
Ya no queda nada de esa gloria, los excesivos optimismos deben tener alguna razón. Pero hay que recordar que la historia que ha llevado a este desastre, porque del pasado siempre se puede aprender para construir un futuro diferente y mucho más feliz.
El 21 de julio de 2018, hace poco más de un año de gestión del misterioso hombre de negocios Yonghong Li, el club rossonero pasó a manos del Fondo Elliott. Garantía de solidez, decían los ambientes financieros, un proyecto serio, finalmente el Milan está en manos seguras.
Hasta se hablaba de la pasión y la unión de la familia Singer a los colores rossoneros. Se nombraba como a.d. a Iván Gazidis que tenía un curriculum de gran espesor y gozaba de gran fama internacional, se volvía a soñar a lo grande. Todos sabían que el camino seria largo, pero al menos existían las bases para hacerlo.
Dentro del proyecto, un hombre como Paolo Maldini junto con Zvonimir Boban. Gente que lleva el Milan tatuado en la piel. A finales de 2019, estamos asistiendo a la caída total del club, vemos un Milan que le cuesta ser equipo, hay jugadores que, solo hace diez años, ni siquiera habrían entrado en Milanello y, si los dejaran, limpiarían las botas a Pirlo, Seedorf, Kakà y Shevchenko.
Que el nivel técnico haya bajado es algo fisiológico, el discurso vale para todos los clubes, no se puede pretender llenar el presente con los campeones del pasado, pero algo mejor que lo que hay es lícito esperarlo. La idea de Elliott era construir un grupo joven y hacerlo crecer, pero para conseguirlo deben existir al menos un par de elementos con experiencia.
¿Pero donde están? El humo va unido al FPF, por tanto no se pueden hacer locuras. Pero tres jóvenes no tan buenos (y en el Milan hay más de uno) cuestan más que un veterano que todavía puede dar una importante contribución. Se trata de tomar decisiones revisadas, sin agarrarse al importante nombre, pero buscando el elemento útil.
La familia Singer sigue en silencio. Esta es la hora de hacer saber al público rossoenro que el Milan es un asunto serio, no bastan declaraciones más o menos sinceras para salir del túnel. Hacen falta ideas y dinero. Porque si no es así, veremos más veces tan mal resultado como el de ayer en Bérgamo.
MALA ACTUACIÓN POST-PARTIDO DE LOS JUGADORES
Ciertos hinchas han comentado como tras el partido algunos jugadores rossoneros han acabado en la mira de las críticas en las redes sociales: no se han tomado nada bien el like de Kessié a un post de Gomez y el vídeo de Calabria festejando un cumpleaños.
El comportamiento que ha generado mayor rumor ha sido el de Leao, el cual fue grabado en un vídeo donde su amigo baila en la discoteca mientras él está fumando y bebiendo.