La vitamina B del Milan será añadida el martes por la noche a la hora de la cena: ayuda a rejuvenecer las funciones del centro del campo, en verticalizar el juego y defiende el organismo de los posibles ataques nerazzurros.
Pioli lo sabe y ha prescrito una abundante dosis para su Diavolo en vista del derby de mañana: la receta recita Bennacer en el centro, alrededor todos los demás. Como en los viejos tiempos e incluso mejor, porque ahora como nunca Ismael vestirá el papel del hombre clave, el imprescindible del cual el Milan tendrá que contar para construir juego en medio del campo: sin Tonali (fuera por sanción) y con un Kessié más apagado que nunca, el renacimiento rossonero pasará por los pies del argelino.
El cara a cara con el Inter llega en el mejor momento. Porque el Milan ha vivido sin duda fases más brillantes a lo largo de la temporada, pero Bennacer nunca ha estado en estas condiciones como en los últimos tiempos. Ante el Udinese no jugó porque estaba sancionado, si no le hubiera quitado el sitio a Kessié, como sucedió ante Samp y Salernitana.
Ganarse un sitio entre el marfileño y el Tonali de este año parecía una misión casi imposible, en cambio Bennacer ha reescrito las jerarquías y ahora punta a echar raíces en el centro del campo milanista, en Copa de Italia como en el sprint scudetto (fuera del campo, sucederá con la renovación del contrato, donde club y sus agentes trabajan desde hace tiempo).
Del resto, volver a confirmarse en el centro del Milan es lo que Ismael hace sistemáticamente desde que puso los pies en Milanello: Biglia, Tonali, Bakayoko, Kessié, la competencia nunca le ha faltado pero el ex-Empoli siempre ha encontrado la llave para hacerse indispensable a los ojos del entrenador.
Un poco por la continuidad de rendimiento que es capaz de garantinzar, algo porque nadie en la plantilla tiene la misma calidad que el argelino, que regista e incontrista, mediano y volante. Un camaleón capaz como pocos de leer e interpretar las fases tácticas de un partido: el derby ofrecerá bastantes, Ismael puede ser la contraseña para desbloquearlo, con el pacto que haya alrededor el apoyo justo.
También porque por la otra parte, Inzaghi pondrá un trío de miedo, que subirá el ritmo desde el primer momento y puntará por los pases: el dinamismo de Bennacer podrá ayudar al Milan en las dos fases, pero sin el apoyo de Tonali, Ismael deberá sobre todo crear.
De ahí que Pioli esté pensando en un Diavolo más robusto, con Krunic delante del dueto de centrocampistas centrales, algo como en el derby ganado en liga: en aquel entonces, también para colocar a Brozovic, entre líneas se movió Kessié pero el movimiento no generó los efectos esperados.
Mañana el marfileño volverá a su sitio al lado de Bennacer: el dúo está rodado y se entienden a la perfección. La vitamina B puede hacer el resto.