Cuando el mercado se hace en Francia

La mayoría de las veces, la mirada se vuelve hacia allí. Hacia el oeste, pero sin ir al extranjero. Para interceptar el oeste del mercado rossonero, basta con cruzar la frontera alpina y detenerse en Francia. Una tierra que en los últimos años ha exhibido piezas que el Milan ha manejado a menudo. A veces se las ha traído a casa, a veces no, pero el radar de Geoffrey Moncada siempre está encendido (y hasta hace poco estaba también el de Massara, especialmente vinculado a los asuntos transalpinos).

Lo cual tiene su lógica, sobre todo por dos razones. La primera, trivial, es que Moncada es francés. La segunda, por su cargo, es decir, jefe de ojeadores (aunque, desde hace algún tiempo, en la web del club se le ha oficializado -bastante por debajo del radar- en el papel de director técnico que perteneció primero a Leonardo y luego a Maldini).

Juntando ambos factores, esa apuesta por el mercado francés tiene evidentemente sentido. Por encima de todo, está el nombre del nuevo entrenador, Fonseca, que acaba de despedirse del Lille. Y luego, sin ningún orden en particular, han aparecido varias veces los perfiles de Jonathan David y Tiago Santos (siempre del Lille, un club muy recurrente en la dinámica rossonera), así como el de Youssouf Fofana (Mónaco). En la base de todo, sin embargo, no sólo hay una cuestión geográfica y de orígenes personales, sino también la capacidad de la Ligue 1 para probar a jugadores jóvenes (la edad es uno de los factores comunes en las distintas operaciones) con menos presión y valorizarlos.

Para comprender mejor las razones del creciente interés más allá de los Alpes, viene muy bien un concepto expresado por el propio Geoffrey Moncada en enero de 2023. Entrevistado por L’Equipe, el técnico rossonero resumió los puntos fuertes del mercado francés y de la Ligue 1, trampolín para los debutantes: «Es monstruoso, en todos los clubes y para todas las generaciones hay jugadores interesantes. Los jóvenes franceses no tienen miedo, porque si cometen errores no importa. No es así en España, Alemania o Italia.

Si un italiano comete un error, la gente dirá que no está preparado y acabará en el banquillo durante un tiempo. Eso no ocurre allí. Esa es la primera clave para entenderlo. Es en estos términos en los que el Milan ha construido la columna vertebral del equipo en los últimos años: de Maignan a Leao, pasando por Kalulu y Adli. Y es siempre en estos términos en los que el club razona sobre otras inversiones para el verano.

Las palabras de Moncada resumen en cierto modo el modus operandi del Milan reciente, que a menudo se ha centrado en jóvenes destetados del fútbol francés para construir la columna vertebral de un equipo que primero alcanzó el Scudetto y luego volvió a estar entre los cuatro mejores de Europa. El punto de partida es Maignan, un seguro entre los palos en el año del decimonoveno título nacional y que llegó al Milan en 2021, tras ganar la Ligue 1 con el Lille.

Pese a una última temporada por debajo de lo esperado, ahora es el titular de la Francia de Deschamps y se mantiene entre los mejores jugadores del mundo en esa función. El otro nombre es Leao, ya que Rafa también fue repescado del Lille dos años antes, en julio de 2019. No es francés como Mike, pero fue en Francia donde pudo mostrar sus cualidades al principio.

El Diavolo lo observó durante mucho tiempo y luego lo llevó a San Siro por una combinación de talento y márgenes de crecimiento, acertando con la inversión. Pagados 35 millones (con la venta simultánea a los franceses de Tiago Djalo, ahora en la Juve), Rafa arrastró al Diavolo al Scudetto como Mvp de la Serie A. Hace un año renovó, se puso el número 10 al hombro y hoy es el símbolo y el jugador mejor pagado de la plantilla.

Para el Scudetto de 2019 había sido crucial la contribución en defensa del comodín Kalulu, quizá el ejemplo más emblemático de la coherente relación con Francia. Pierre abrazó a los rossoneri casi en silencio una tarde de verano de 2020. Tomado como parámetro cero de las categorías inferiores del Lyon (se le concedió una prima de alrededor de un millón), había llegado sin haber debutado como profesional, convirtiéndose en un pilar de la defensa del Scudetto tras unos meses de aprendizaje.

Después, un declive en las dos temporadas siguientes, en parte debido a las lesiones. Otro caso de estudio es el de Yacine Adli: el Diavolo le estudió durante mucho tiempo antes de cerrar su fichaje por el Burdeos en agosto de 2021, para dejarle madurar durante un año en Francia. En la Ligue 1, Yacine se fogueó, brillando en el plano técnico y táctico, pero luego sufrió en su aproximación a la Serie A. Tras una temporada de adaptación, fue una de las sorpresas positivas de la pasada campaña.

La lista de mercado de los rossoneri está hoy abarrotada y tiene varios asuntos por resolver. Entre los pensamientos de Via Aldo Rossi, sin embargo, está Francia, con la Ligue 1 posiblemente proporcionando algunos de los próximos refuerzos. Como los franceses Brassier y Fofana, ambos de la promoción de 1999. El primero, defensa en el Brest, está en la lista de posibles refuerzos para la defensa. El segundo, centrocampista del Mónaco, podría devolver el equilibrio al centro del campo.

Luego quedan en un segundo plano opciones como Tiago Santos y Jonathan David, frescos y en la rampa de lanzamiento, que han crecido de diferentes maneras gracias a los minutos acumulados en la Ligue 1. Por último, pero no menos importante, está el nombre elegido para el banquillo: Fonseca es un entrenador portugués con pasado internacional. Trabajó en su país, pero también en Ucrania e Italia, antes de sumergirse de lleno en la realidad del fútbol francés. Con resultados importantes desde el punto de vista del desarrollo de jóvenes jugadores. Que es lo que busca el Milan.