
Está el AC Milan entre los posibles destinos de Jonathan David, el delantero del Lille que quedará libre el 30 de junio, pero que podrá “prometerse” a otro club en enero firmando un nuevo contrato. Los dirigentes franceses han intentado e intentarán por todos los medios convencerle de que se quede, pero de momento no lo han conseguido y, aunque el interesado no descartó categóricamente hace un mes quedarse en el Lille, la sensación es que hará las maletas en 2025.
Mientras tanto, el entorno del jugador (no sólo su fiscal, sino también un par de agentes Fifa que le proponen en las grandes ligas del Viejo Continente) busca activamente un destino que le permita dar un salto de calidad. Dados los números de las últimas temporadas, se trata de una gran oportunidad.
También para el Diavolo, que actualmente cuenta con Morata como básico en ataque, Abraham sobre el que habrá que tomar una decisión a final de temporada ya que está cedido en seco por la Roma (¿compra o adiós?) y Jovic, que se ha quedado fuera de la lista de Champions y podría decir adiós en enero o como mucho en verano.
David es uno de los perfiles conocidos en Via Aldo Rossi porque se le ha seguido de cerca en los últimos meses. Tanto en el verano de 2023, cuando el Diavolo intentó hacerse con su cesión tras el fracaso de la operación Taremi (y antes de que Jovic aterrizara en Milanello), como la pasada primavera: Ibrahimovic, Furlani y Moncada volvieron a pensar en él antes de desviar sus atenciones hacia Zirkzee y después hacia Morata. Clase 2000, nació en Brooklyn pero juega en Canadá.
Explotó con el Gent, en la temporada Covid, pero se confirmó a gran nivel sobre todo tras su traspaso al Lille en agosto de 2020 por 27 millones. Con los franceses suma 92 goles en 196 partidos oficiales: en la Ligue 1 siempre se ha ido a los dos dígitos con un máximo de 24 tantos en la 2022-23. Este 2024-25 también ha empezado fuerte, ya que lleva ocho goles en 13 partidos, incluida la joya que eliminó al Real Madrid en la Liga de Campeones.
Puede jugar tanto de primer como de segundo delantero, aunque es más técnico (y rápido) que físico (178 centímetros). En las oficinas rossoneras hay muchos informes sobre él, todos positivos, también porque se le considera un gran trabajador y, fuera del campo, un muy buen tipo. Problemas de integración en el vestuario, en definitiva, no habría.
El técnico portugués le conoce muy bien ya que, en el Lille, le entrenó durante dos temporadas, probablemente las mejores de la carrera del estadounidense: 2022-23 con 26 goles en 40 partidos y 2023-24 con 26 goles en 47 partidos. Le haría jugar en punta en el 4-2-3-1, con Cabella o Yazici por detrás. En el AC Milan, está Morata, que, pese a ser delantero centro, juega de delantero suplente en el 4-2-3-1 de la nueva configuración estrenada en el derbi.
¿Podrían complementarse ambos? La respuesta a la pregunta deben darla Fonseca y la dirección rossonera, pero mientras tanto David está en la lista de posibles objetivos. También en este caso hay que evaluar la cuantía de las comisiones, que serán elevadas pero no a los niveles del acuerdo con Zirkzee, y del salario. Ciertamente, en comparación con el holandés, la ventaja es que no tiene que pagar la etiqueta de precio.
¿La competencia? Sin duda, formidable. En Barcelona están convencidos de que Laporta no le dejará escapar, pero el Atlético de Madrid también le busca; el Inter de Milán ha pedido información y, antes de la llegada de Lukaku, hasta el Nápoles le había hecho un guiño. Por último, está la Premier League, que ejerce cierta fascinación sobre Jonathan. En resumen, el camino está lleno de escollos.
La posible operación David está ligada a la elección que hará el Milan sobre Abraham: con la Roma habrá que discutir también sobre Saelemaekers, que ha hecho el camino inverso al inglés, hasta ahora autor de un gol de penalti. Para hacer definitivo el intercambio, ahora a préstamo, es necesario llegar a un acuerdo sobre la tasación de la ficha de Tammy, que los giallorossi habían fijado en 25 millones.
Ahora, sin embargo, también hay que considerar la variable Jonathan David. Tal oportunidad podría empujar al Diablo a hacer otra elección, también en términos de características, y decir adiós a Abraham.