
Hay tardes en las que los aficionados del Milan se quejan de la ausencia total de Leao, cuando incluso hay dos de Rafa: uno en el equipo rossonero y otro en la selección portuguesa. Con el Milan sigue decepcionando: sólo un gol en liga en siete apariciones y ningún impulso especial en la Liga de Campeones. Con Portugal fue otra historia: una asistencia y una actuación convincente en el penúltimo partido contra Polonia, media hora como suplente contra Escocia.
En el Milan a Rafa le cuesta encenderse, y si lo hace lo hace de forma intermitente; con la selección brilla con luz propia pese a la cercanía de la estrella Cristiano Ronaldo. Con el Milan marcó contra el Lazio tras empezar desde el banquillo, y luego contabilizó cuatro asistencias y un brazalete de capitán contra el Lecce. La valoración media de la Gazzetta, 5,6, dice que aún no es suficiente para la suficiencia: Leao, como líder técnico del equipo, debería tener valoraciones mucho mejores.
Su aportación en el campo es demasiado modesta, tanto en goles y asistencias como en participación en el juego y generosidad. En la selección Rafa es más incisivo, incluso con menos tiempo a su disposición, y da la idea de estar más dispuesto a sacrificarse por el grupo.
Es difícil entender qué lleva a Rafa a mostrar una cara en lugar de la otra. En el campo, la disposición táctica es la misma: en Milán es el exterior izquierdo del tridente que apoya al delantero. En Portugal, igual: contra Polonia, su último partido como titular, estuvo en la línea de tres con Bruno Fernandes y Neto por detrás de CR7. Rafa participa en el juego del seleccionador Martínez, como le gustaría a Fonseca que hiciera en el Milan. En la selección lo hace, en los rossoneri a veces sí y a veces no.
¿Que la diferencia está en el banquillo? A juzgar por las palabras de Leao, pronunciadas tras el empate sin goles contra Escocia, parece que sí: “Martínez me pidió profundidad y uno contra uno, y que lo hiciera lo mejor posible. Básicamente, que haga mi juego para crear ocasiones. En la selección me siento al más alto nivel. Cuando estoy aquí siento el apoyo de todos. Incluso el entrenador confía mucho en mí y eso es fundamental para mi juego”. Con el énfasis – “aquí tengo la confianza de todos”– parece querer distinguir entre lo que ocurre en Milán y lo que ocurre en Portugal.
Rafa no dio más detalles, ni el Milan le pidió ninguna explicación en particular: de vuelta ayer a la ciudad, el 10 rossonero reanudará hoy los entrenamientos. El club no se mostró sorprendido por las palabras de Leao (Fonseca tampoco, y no se sintió atacado), sino que recuerda que la confianza que tienen en su jugador es, como mínimo, tan grande como la del portugués.
Su compatriota Fonseca sólo le apartó del Milan en una ocasión, en el partido fuera de casa contra el Lazio: Leao estaba recién salido del desastre de Parma, culpable del doblete rival y con el freno de mano echado a la izquierda. Lejos de la vía rápida, él y Theo fueron los principales responsables del lento comienzo.
También en el campo del Lazio, Rafa había marcado su único gol de la temporada, pero también mostró su distancia con el entrenador al quedarse en el otro lado del campo durante la pausa para refrescarse. Un caso que se resolvió más tarde. Tanto es así que tanto el jugador como el entrenador recuperaron las buenas sensaciones dentro y fuera del campo.
En el campo gracias al nuevo equilibrio táctico que asegura Morata como trequartista (con Leao y Pulisic por fuera y Abraham como delantero centro), fuera cuando en vísperas de Leverkusen habían dicho que estaban en la misma onda. Leao: “Desde el primer día que llegó el entrenador me llamó a su despacho, no me habló de goles y asistencias. Me dijo que quería un jugador cambiado, más centrado en el trabajo defensivo. Al venir aquí, me enseñó un par de vídeos del último partido, de mis acciones sin balón. Me dice cómo tengo que moverme: me está ayudando mucho y me volverá a ayudar”.
En los últimos partidos, a excepción del de Florencia, Leao había estado más presente en el juego y más implicado en la fase defensiva. Después de jugar media hora con Escocia, Rafa se quedó ayer fuera para permitirle recuperarse (otra precaución que Fonseca y la plantilla tuvieron con él) y sólo hoy volverá al grupo, dos días antes del partido contra el Udinese. Sin Calabria ni Theo, Leao volverá a ejercer de capitán rossonero. Otro gesto con el que entrenador y club reafirmarían su gran confianza.