Ganar es bueno. No sólo para la clasificación, sino también para el estado de ánimo. Y la gran prueba en casa contra el Real Madrid en la Liga de Campeones ha ‘gaseado’ a todo el entorno milanista. Empezando por Paulo Fonseca y Rafael Leao. Los dos portugueses -entrenador y delantero- nunca se han peleado de verdad, pero entre discutibles pausas para refrescarse, banquillos ruidosos y malentendidos varios, es inevitable que la relación no siempre haya sido idílica. La victoria por 3-1 sobre los campeones de Europa, con Leao como protagonista destacado en el regreso del 1′, puede ser el nuevo punto de partida.
No sólo en la historia entre Fonseca y Rafa, sino más en general para todo el Milan. Los propios jugadores rossoneri lo han hablado entre ellos. El pensamiento común es uno y único, surgido también tras las palabras de Zlatan Ibrahimovic tras la victoria en el Bernabéu (“Esto es el Milan, ahora vamos a dar continuidad en los próximos partidos”): ganar mañana en Cagliari, para aspirar con decisión al Scudetto.
Una especie de pacto colectivo para cambiar de ritmo e iniciar de inmediato la remontada en el campeonato, a pesar de que el líder Nápoles (con un partido menos) está ahora a ocho puntos y hay otros cinco equipos entre medias, entre ellos el vigente campeón, el Inter. Pero en Madrid, el Milan ha tomado conciencia de su fuerza y no quiere ponerse límites.
Confianza El optimismo en Milanello también se basa en los números, que ven a un equipo en alza. Si se quiere dividir esta primera parte de la temporada en tres bloques -el primero hasta el parón de septiembre por las selecciones, el segundo hasta el parón de octubre y el tercero que se detendrá tras el partido fuera de casa en Cerdeña-, el Milan siempre ha ido hacia arriba. Primer bloque: dos empates y una derrota, media de puntos de 0,66.
Segundo bloque: tres victorias y tres derrotas, media de puntos de 1,5. Tercer bloque: cuatro victorias y una derrota hasta la fecha, media de puntos de 2,4. Último esfuerzo en Cagliari, para luego acelerar decisivamente desde finales de noviembre hasta Año Nuevo, en el cuarto bloque que puede marcar también un salto decisivo en la Liga de Campeones, con la oportunidad de hacer pleno ante Slovan Bratislava y Estrella Roja, rivales que sobre el papel son asequibles.
Está claro que para soñar a lo grande hace falta un equipo… Real. Y, como el propio Fonseca admitió, repetir ciertas actuaciones en la Serie A, por razones tácticas, es a veces complicado. Hay menos espacios y rivales más cerrados y agresivos que el Madrid del martes por la noche. El Milan, sin embargo, quiere creer, porque tiene todas las cualidades para hacerlo. Sobre todo si Leao -etiquetado por Morata como “el más fuerte de todos nosotros” poco antes de saltar al campo en el Bernabéu- confirmara con continuidad los niveles admirados contra los blancos.
Lo sabe el propio Rafa, motivado por el entrenador incluso en el post-partido: ‘Leao es bueno, pero puede hacer aún más, ser aún más decisivo en los últimos metros. No es una crítica, sino un testimonio de estima. Fonseca sabe que Rafa tiene los medios para determinar en cualquier momento, contra cualquiera. Sólo depende de su cabeza. Conceptos que el técnico rossonero también repitió en persona al ex delantero del Lille el martes por la noche, en las celebraciones por el éxito en la Liga de Campeones, tras felicitarle debidamente por su gran actuación.
Amor Ayer, Leao habló al margen de la presentación del docufilm de la Lega di Serie A “Campeones del Made in Italy”, rodado al final de la temporada pasada y presentado hoy en el evento “Sport Movies & Tv 2024”, una serie de cinco días que entrelaza deporte, cultura y arte organizada por la FICTS – Federation Internationale Cinema Television Sportifs.
“Italia es el lugar perfecto para mí, y Milán una ciudad preciosa. Aquí me siento como en casa, gracias a la buena comida, el clima y las compras, y además durante la semana de la moda viene gente de todo el mundo. Personalmente, cambiar de país hace años me ha ayudado a pensar de otra manera, porque ahora soy un hombre y ya no un niño. Todavía puedo mejorar, aprendiendo mucho y permaneciendo en mi zona de confort Sí, Italia y yo somos una pareja perfecta”.
Palabras que huelen a amor y no presagian ningún deseo de marcharse a otra parte, a pesar de las cláusulas de rescisión en el contrato y de los insistentes rumores futbolísticos procedentes sobre todo de España. Pero el portugués también necesita volver a sentirse importante sobre el terreno de juego en un Milan ganador. Merecedor no sólo de la titularidad, sino también de ser la estrella indiscutible del equipo. Exactamente igual que hizo en Madrid, en el mejor partido de la temporada rossonera hasta la fecha.