Ruben Loftus-Cheek super-saiyan que nadie ha olvidado. Fue hace un año, el 7 de noviembre: RLC jugaba uno de los tres partidos de su vida contra el Psg. Parecía medir dos metros, tan poderoso como Gullit, con un aura de dominio sobre el juego.
Los milaneses, que llegaron preocupados por Mbappé, descubrieron que Rubén y Rafa Leao, cuando están en su día, pueden dar jaque mate a Europa. Por eso hoy Loftus-Cheek da pena. Le ves entrar a falta de media hora, jugando de punta, sin ganas ni fuerza para romper el mundo… o incluso sólo un centro del campo con Deiola y Makoumbou.
Números, que dicen algo. Loftus-Cheek hace un año, tras 12 partidos, tenía un 6,12 de valoración media. Había marcado un gol en Cagliari -fíjate…- y para Pioli ni siquiera era un argumento: era titular, como trequartista atípico. En este campeonato está luchando a 5,80 y, desde mediados de septiembre hasta la fecha, sólo ha jugado un partido de titular.
Trivialmente, también es una cuestión de goles. RLC en 2023-24 marcó 10 veces entre liga y copa, pero esta temporada está estancado en cero y no da la impresión de que pueda remontar. Recibe un tercio de los disparos, ha reducido los pases clave y los toques por partido: participa menos.
Hay más. Aquel día de noviembre de 2023, tras la victoria sobre el Psg, Pioli declaró: “Fue una sorpresa. Pensé que no tendría más de 60 minutos, pero estuvo bien y jugó un partido excepcional”. Esa fue la clave de todo. Pioli siempre le mandaba al campo, incluso contra los campeones, incluso cuando pensaba que le quedaba una hora como máximo. Si hubiera que resumir la crisis de Loftus-Cheek en una palabra, sería: confianza. Todo el mundo en el fútbol lo sabe: RLC necesita estar bien, física y mentalmente. Eso no ha ocurrido a menudo.
En la temporada 2018/19, con Sarri en el Chelsea, y cinco años después, con Pioli en el Milan, tuvo un entrenador que le adoraba y muchos minutos disponibles en su rol preferido: centrocampista avanzado. El inicio de 2024 fue su mejor época. Loftus fue uno de los mejores jugadores de Europa en enero y hasta marzo impresionó. Enero: gol al Empoli, gol al Udine, doblete al Bolonia. Febrero: gol contra el Rennes en la Europa League. Marzo: Gol al Slavia de Praga en la ida y también en la vuelta, gol en Florencia.
Este otoño, no, ya no marca, paró un par de semanas por una dolencia en los flexores, y, como en los malos tiempos, ahora corre en círculos, en el campo (mediapunta, central, medio exterior) y en su cabeza. Y Rubs, si no en confianza, es un jugador normal.
Fonseca le sacó de titular el día del derby, para jugar con Morata de trequartista y Abraham de delantero. Desde ese día no ha vuelto realmente y Loftus-Cheek parece ahora perdido sobre el terreno de juego. Lo peor: un jugador con su complexión física parece jugar de puntillas, demasiado blando. Así que ha desaparecido de las tablas de rendimiento y ni siquiera aparece en la de salida de balón, su punto fuerte.
Con una paradoja: el mejor centrocampista puro de la liga es uno de sus compañeros de equipo, Tijjani Reijnders. Entonces, ¿qué queda del presente de Ruben Loftus-Cheek? Lo que queda es una frase de Fonseca, dicha en Monza para hablar del banquillo de Leao: “Rafa es un futbolista que, por decisión del entrenador, empezó en el banquillo, como con Loftus-Cheek, como con Musah”. Hay una nueva definición de decadencia: pasar de ser uno de los mejores centrocampistas de la liga a un término comparativo a la baja.
OTRO MISTERIO: LUKA JOVIC
El curioso caso del doctor Luka y míster Jovic. El delantero serbio no ha sido convocado para los partidos del Milan desde hace más de un mes, oficialmente a causa de una molesta pubalgia. En el mismo periodo de tiempo, sin embargo, Jovic acude regularmente a las convocatorias de su selección. En octubre, tras perderse -inmediatamente antes del parón- el partido fuera de casa en Florencia por una sobrecarga muscular, Luka jugó dos veces con Serbia: 45 minutos contra Suiza el día 12 del mes pasado y otros 45 contra España tres días después.
A su regreso a Milanello, sin embargo, el ex-Fiorentina desapareció del radar, perdiéndose por lesión los partidos contra Udinese, Nápoles, Monza y Cagliari. Pero ahora, sorpresa, Luka vuelve a la convocatoria del seleccionador Dragan Stojkovic para los encuentros de la Nations League contra Suiza y Dinamarca. Y aquí es normal hacerse la pregunta: ¿el delantero serbio está realmente lesionado o es que está literalmente apartado?
Jovic terminó la temporada 2023/24 con nueve goles en 30 partidos, con una media de un gol cada 138′. Una racha respetable, que le valió la permanencia en el Milan, pero también el dorsal número 9, dejado vacante por Giroud. La marcha del francés, sin embargo, obligó a los rossoneri a buscar un delantero centro en el mercado, y así se hizo oficial la llegada de Morata en julio.
Luego, justo antes del final del mercado, el Milan decidió aprovechar también la oportunidad de Abraham. Para Jovic, los espacios se estrecharon inevitablemente, tanto que se quedó fuera de la lista de Champions. El serbio apenas ha sumado tres apariciones, sólo una desde el 1′ (en el primer partido con el Toro, cuando Abraham aún no había llegado a Milán) y es normal que no esté satisfecho. Aunque, todo hay que decirlo, en los últimos días de agosto había rechazado otros destinos (Turquía). ¿Cambiará de opinión en enero?