Divock Origi ha desaparecido del radar. Cero partidos e imágenes oficiales, incluso en las redes sociales. Último rastro de él, en julio, cuando Zlatan Ibrahimovic… rebajó su edad: “Origi y Ballo-Touré están convocados, pero en el Milan Futuro. No forman parte del proyecto del primer equipo”. Descenso en el campo en la categoría sub-23. Sí, pero las cosas han cambiado desde entonces. A Ballo-Touré se le vio con el Milan Futuro, incluso en el partido: le fue mal -expulsión en la primera salida-, pero se notó. Origi no. Ni una palabra.
¿Dónde está Divock Origi? No en Milán. Alguien le vio en Florencia, otros en Roma, y sí, de hecho pasó tiempo en ambas ciudades. El Milan ha optado por no dejar que Origi se entrene con Fonseca y aceptar que se mantenga en forma por su cuenta, con un entrenador, sin ninguna posibilidad de contribuir a la liga o a la Liga de Campeones.
Un proyecto al fin y al cabo. Sin embargo, Divock, por razones fiscales, tiene que permanecer en Italia buena parte del año -la mitad más uno de los días-, porque sólo así puede beneficiarse de las ventajas del decreto de crecimiento. Así que siempre volvemos ahí, a la verdadera rareza de esta historia: el contrato.
Origi fue uno de los dos fichajes clave del Milan campeón en el verano de 2022. Llegó con parámetro cero procedente del Liverpool, con el que había ganado una Champions con gol en la final, marcando un gol icónico en semifinales, en el 4-0 al Barcelona que remontaba el 3-0 de Cataluña: el desvío de un saque de esquina sacado por sorpresa por Alexander-Arnold. Firmó un contrato de 4 millones netos por temporada hasta junio de 2026, más de 300.000 euros al mes. Desde entonces le ha ido francamente mal.
Una primera temporada con Pioli como reserva, con dos goles inútiles en la liga y nada en la Liga de Campeones. Después, el cambio de directiva, de Maldini y Massara a la dirección Furlani-Moncada, que optaron por enviarlo cedido al Nottingham Forest para ahorrarse el dinero de los salarios. Origi nunca fue titular en la Premier League hasta diciembre y sólo marcó un gol en la FA Cup. Su último partido, en abril. Hubo un momento, en el verano de 2024, en el que parecía posible un traspaso a Turquía, luego no salió nada y… aquí estamos.
Hasta enero seguiremos así, navegando de vista. Origi siempre ha trabajado con un entrenador personal, incluso en los años en los que formaba parte al 100% de la plantilla de un club profesional, y seguirá haciéndolo. En este momento, más que del Milan, depende de él, de su deseo de competir. Si acepta reducir su salario para volver a empezar, tal vez desde Inglaterra, tal vez desde Bélgica, encontrará un equipo preparado para el gran riesgo.
Al fin y al cabo, Divock tiene 29 años y un talento incuestionable, ha jugado al más alto nivel. Si quiere seguir ganando 4 millones al año, tendrá que hacerlo sin jugar. Entonces seguirá viviendo, en Milán, Roma, Florencia, quién sabe dónde, pensando en lo que fue marcarle al Barcelona en la Liga de Campeones. Junio de 2026 es un futuro lejano.