Theo Hernández con la cabeza gacha. Theo Hernández sorprendido por Bellanova. Theo Hernández superado por De Ketelaere en el gol. Los episodios se repitieron, dentro del mismo partido y semana tras semana. Theo ya no parece él mismo, parece al final de la línea, decaído física y mentalmente, como cansado después de un viaje de cinco años que comenzó en 2019 y quizás en los últimos meses antes del adiós. El momento es sin duda el peor desde que Theo está en el club rossonero, dentro y fuera del campo, con el Milan a 12 puntos del primer puesto y la polémica por el vídeo de la supuesta agresión a una chica publicado por Fabrizio Corona.
La temporada empezó mal, continuó un poco mejor, ahora vuelve a estar en crisis. Theo estuvo mal en el Parma, castigado por Fonseca con el banquillo en el Lazio-Milán por su inaceptable actitud. En la Roma hubo caso de enfriamiento, aclarado pero desde luego no como capitán.
En Florencia, el penalti pitado, aunque le hubiera tocado a Pulisic, y luego fallado. Y en el mismo partido, la expulsión por protestas exageradas. Y de nuevo, muy mal en Cagliari, con los dos goles de Zappa sobre su conciencia, criticado en Francia en el partido contra Israel, ausente por lesión contra el Sassuolo y de nuevo insuficiente en Bérgamo.
Theo hizo un par de jugadas contra el Atalanta. Sobre todo, el balón vertical en el origen del gol de Morata. A la antigua usanza, como el compañero de fatigas de Leao. El resto del partido, sin embargo, fue negativo, difícil, con un lenguaje corporal no propio de un campeón. El 19 blanco dio pocos problemas al Atalanta y perdió el duelo con Bellanova. En boca de gol, fue cazado por detrás por De Ketelaere, como ya había ocurrido en Cagliari.
Por eso me vienen a la cabeza las palabras de Deschamps durante el último parón de selecciones: “Siempre ha habido cansancio físico, pero lo que es muy difícil de medir es el cansancio psicológico”. Ahí está, la clave para DD: la cabeza. Fonseca replicó a distancia, explicando que para él el problema está en otra parte: “Sinceramente, no creo que sea cansancio mental. Es una cuestión de adaptación, pero no quiero comentar lo que dijo Deschamps”.
Y de nuevo, hace quince días: “Theo es un gran futbolista. Para mí el mejor lateral izquierdo del mundo, no tengo ninguna duda. Hemos hablado estos días, está aprendiendo cosas importantes. Esta semana parecía más concentrado y motivado que nunca: una señal importante para verle a su mejor nivel”. Ese nivel, sin embargo, aún está muy lejos.
La cuestión clave ahora es el futuro: la renovación y el mercado. El contrato de Hernández con el Milan expira en junio de 2026 y estamos en una encrucijada: renovar o vender, para no arriesgarnos a perder al jugador a cambio de nada en año y medio. El problema se planteará en un 99% en verano, salvo que el Milan renueve antes.
Se han producido algunas reuniones pero no se ha encontrado el acuerdo y desde luego no es el mejor momento para encontrarlo. Theo ha perdido a lo largo de los años a sus referentes en el vestuario: además de Maldini, del que se habla mucho, también Brahim Díaz y Castillejo, sus mejores amigos en el equipo. Esa relación, con otros, no se ha reconstruido. Así que ahora, más que nunca, la posibilidad de que Theo se marche es razonable. Queda por ver a quién llamará el Milan, y con qué propuesta.
PREOCUPA LA LESIÓN DE PULISIC
Christian Pulisic se perderá el partido del miércoles contra el Estrella Roja en la Liga de Campeones, y ésa es la primera certeza del sábado después del Atalanta. El temor, sin embargo, es que vaya a más, que el Milan se vea obligado a jugar sin uno de sus mejores futbolistas durante la mitad de diciembre. La resonancia magnética, prevista para el lunes, será decisiva.
Lo que pasó: CP salió en el minuto 38 del Atalanta-Milán después de tocarse largamente la pantorrilla derecha -el spray del personal médico fue inútil- y el Milan probablemente le hizo los primeros exámenes ya por la noche. La pantorrilla, sin embargo, es un músculo insidioso, quizá el más insidioso del fútbol.
Y las primeras horas tras la lesión han sido preocupantes: la resonancia magnética ayudará a conocer en detalle la afectación de los músculos (¿sóleo? ¿gemelo?) y el tipo de lesión (muscular, tendinosa), pero es probable que haya algo más que una induración.
Una lesión de primer grado (distensión) suele conllevar ausencias de 2-3 semanas. El riesgo es que Pulisic se vea obligado a perderse al menos uno de los dos partidos siguientes a la Liga de Campeones, Milan-Génova el domingo 15 y Verona-Milán el viernes 20.