
Ya ha ocurrido esporádicamente en el Milan. Y ya había ocurrido continuamente en Brujas. Volverá a ocurrir en el Rossoneri. Charles De Ketelaere y esa camiseta de delantero centro. Falso nueve, sobre todo, pero hasta cierto punto. Trabajo en curso. La hipótesis volvió a surgir durante la concentración de Dubai, cuando Pioli no se anduvo con rodeos: “¿Charles primer delantero? Posible ya en los próximos partidos, pensando en los tipos de rivales que nos encontraremos. Nos encontraremos muchas defensas alineadas con cinco, no dar referencias puede ser la solución y él tiene esas cualidades”.
El interesado también lo había subrayado en verano, nada más llegar: “Soy un mediapunta ofensivo, también puedo jugar de 9 o de falso 9”. La historia reciente también habla por él. Doce de los 18 goles que marcó la temporada pasada en Brujas -el mejor año de su carrera- llegaron jugando como delantero. No tuvo mayores problemas con el sistema de juego, ya fuera un módulo de un solo punta o junto a otro delantero en movimiento (como Noa Lang, otro que había despertado el interés de Via Aldo Rossi).
Después se puede abrir el debate sobre la calidad y la dificultad media de la liga belga, por supuesto, pero el hecho es que CDK ya se ha destetado allí, y se ha destetado bien. Pioli ha intentado, varias veces, colocarlo ahí delante. Siempre en el centro del campo, quizá como sustituto de Giroud o cuando el francés no estaba. Sólo que, hasta ahora, para Charles el año ha sido nefasto y no ha habido ningún punto de inflexión.
El rubio de Brujas no ha dejado huella ni en los tres cuartos ni como terminal ofensivo. El discurso vuelve a plantearse ahora con desmesura, tanto a corto como a medio plazo, porque en el centro del ataque Pioli lidia con varios problemas. En Salerno, por ejemplo, cuando se reanude el campeonato el 4 de enero, Giroud estará de vuelta de sus merecidas vacaciones post-Mundial y sólo tendrá un pequeño puñado de entrenamientos en las piernas.
Tanto si empieza desde el principio como si no, seguro que no jugará 90 minutos. Origi es una incógnita. Rebic aún no se ha encendido del todo. Y en enero, el Milan saltará al campo en cuatro competiciones, un total de siete veces. Por lo tanto, es necesario poner en marcha planes B e incluso C, en los que De Ketelaere encaja a la perfección por la sencilla razón de que la segunda mitad de la temporada tendrá que ser la de la redención.

Experiencia previa como nueve y falso nueve, pues, para los 90 del rossonero. Basta con echar un vistazo a las zonas del campo en las que tocó el balón la temporada pasada entre liga y Champions. Una especie de todoterreno, capaz también de llenar bien el área. Las cifras dicen que CDK fue el jugador del Brujas que contabilizó más toques (79), más tiros al espejo (32) y más ocasiones creadas (71) en la liga belga 2021-22 y el tercer jugador del torneo con más toques en el área contraria. Suntuosas estadísticas que chocan con los míseros dos tiros al espejo de los rossoneri.
Hay quienes afirman -muy probablemente con razón- que bastaría un acontecimiento favorable, un gol o una asistencia como la propicia contra el Bolonia a principios de temporada, para que Charles encendiera la luz y desatara sus cualidades. Si efectivamente en Salerno Pioli lo utilizara -aunque sólo fuera en carrera- en el centro del ataque, sería la mejor oportunidad para empezar el nuevo año de la mejor manera posible.
MERCADO: EL PLAN B DEL MILAN
En Via Aldo Rossi, la aceleración del diálogo con los nuevos representantes de Ismail Bennacer sólo puede poner de buen humor a Maldini y Massara, pero el verdadero punto de fricción está en el frente Rafael Leao. El club presiona para desatar de inmediato el nudo de la renovación, pero de momento no ha surgido ninguna señal convincente. Una especie de vacío neumático (a pesar de la buena voluntad del portugués), acompañado de persistentes rumores de interés de la Premier League.
De ahí que el campeón de Italia se esfuerce por encontrar un sustituto adecuado en el futuro. Por parte del Chelsea patrocinan el desembarco de Hakimi Ziyech, fuera de los planes de los Blues pese a su excelente Mundial con Marruecos. Pero incluso la cúpula directiva del Milan se inclina por una solución menos avezada.
Desde este punto de vista, la candidatura del español Marco Asensio, en busca de redención tras haber caído muy bajo en las jerarquías del Real Madrid, es ahora cíclica: él también puede cambiar de camiseta en verano a coste cero, pero pide un sueldo de más de 7 millones.
En cualquier caso, el Milan quiere embellecer su limitado número de jugadores italianos. Y esto explica por qué, bajo cuerda, siempre tiene en el punto de mira a ese Nicolò Zaniolo que, a su vez, no se sienta a negociar una renovación con la Roma. Hasta ahora, los altos mandos de Trigoria han resistido, valorando su talento en unos 60 millones de euros.
El paso de los meses, sin embargo, puede condicionar los valores en el campo y eso lo saben muy bien en el Milan. En resumen, el interés nacido la pasada primavera por el joven de 23 años de Massa vuelve con fuerza. Y desde el punto de vista técnico, parece ser la principal solución para desempeñar un papel decisivo en la suerte de los rossoneri.
En los últimos meses también se ha hablado del suizo Noah Okafor, fichado por el Salzburgo y reciente rival del equipo de Pioli en octavos de final de la Liga de Campeones. Pero la tienda del mundo Redbull es muy cara y el delantero de origen nigeriano está ligado a los austriacos desde hace mucho tiempo. Por lo tanto, el asalto parece complicado.