¿Quién para el slot que queda libre?

Sin el Brexit, el problema no se plantearía. Al menos, no surgiría tan pronto. Pero el Milan, que ahora está a un paso de hacerse con los servicios de Ruben Loftus-Cheek -que, como inglés, es a todos los efectos un perfil extracomunitario-, tendrá que considerar con mucho cuidado sus próximos movimientos en el mercado entrante.

Si bien es cierto que los rossoneri no sólo tienen en nómina a jugadores extracomunitarios, el Diavolo dispone de dos plazas y, según las normas, una de ellas es de libre disposición. En pocas palabras: Loftus-Cheek llegaría sin restricciones de ningún tipo. La segunda plaza de extracomunitario, en cambio, está condicionada al traspaso -incluso en calidad de cedido- de un jugador extracomunitario que ya forme parte de la plantilla en el extranjero.

Los favoritos son: Tomori, Krunic, Messias, Vásquez y Lazetic: a grandes rasgos, por tanto, los dos últimos nombres serían los más populares para liberar la segunda llegada. Y aquí surge, precisamente, la pregunta? ¿Por quién apostar?

Los nombres de moda con pasaporte extracomunitario son tres: Kamada, Guler y Chukwueze. Jugadores diferentes, filosofías diferentes, costes diferentes. Empecemos por el centrocampista japonés, también porque es el enlace “más antiguo” que tiene el Diavolo. Un perfil que está en su punto de mira desde hace meses porque Daichi, de 26 años, tiene contrato en vigor con el Eintracht, por lo que no supone ningún coste para el club.

El acuerdo entre el jugador y el club rossonero es total, incluso se había hablado de reconocimiento médico en los días inmediatamente posteriores al final del campeonato, pero entonces los retrasos burocráticos relacionados con sus agentes se impusieron y el acuerdo quedó parcialmente aparcado. Precisamente porque la cuestión de las plazas extracomunitarias debe evaluarse con mucho cuidado.

Kamada sería un perfil útil porque puede jugar tanto en tres cuartos -en el centro y en la izquierda- como en la media punta. Entre otras cosas, parece que el jugador japonés ha intentado solicitar el pasaporte alemán, pero los plazos no se lo permitieron (aparte de no cumplir el 100% de las condiciones para conseguirlo).

Si nos quedamos en los tres cuartos, Arda Guler es sin duda el perfil más intrigante. Dieciocho años, nacionalidad turca, gran talento en potencia. Juega en el Fenerbahçe, que querría retenerlo al menos una temporada más para intentar ganar el campeonato y, ahora mismo, sólo está “protegido” por una cláusula de 17,5 millones de euros, de la que, de hecho, el Fener está intentando deshacerse.

Puede jugar en el centro de la línea de tres cuartos, aunque donde mejor se desenvuelve es en la derecha. Que es exactamente lo que necesita el Milan. Problema: media Europa le corteja, incluidos Real, Barça y Dortmund. Segundo problema: al parecer, el padre-agente pide 15 millones de comisión por el autógrafo de su hijo.

En términos generales, muy lejos de la forma de concebir los negocios de RedBird. Con actitudes decididamente más inclinadas hacia la derecha está Samuel Chukwueze, de 24 años, del Villarreal. Expira en 2024, pero dada la calidad del jugador el club amarillo pretende monetizarlo al máximo. Digamos que unos 30 millones, mucho para un jugador al que sólo le queda un año de contrato.

Pero ahí, en esa banda, Samuel es -sería- el objetivo número uno, siendo Pulisic en todo caso una alternativa bien recibida. En el caso del estadounidense, sin embargo, el pasaporte croata juega a favor de todo, por lo que el problema no se plantearía.