Emerson Royal es un tipo decidido: cuando se propone algo, hace todo lo posible por conseguirlo. Cuentan que en el Tottenham, para convencer a Conte de que apostara por él, se gastó un millón de euros en mejorar su rendimiento, entre una cámara hiperbárica para elevar el nivel sobre el terreno de juego y la contratación de un neurocientífico para afrontar mejor los partidos.
En este caso, Emerson tiene ahora en mente al Milan: ahora que está a punto de abandonar Londres para buscar un renacimiento en otro lugar, con el club rossonero puesto se vería muy bien. El Milan, por su parte, vería igualmente bien a Emerson en la banda derecha, donde pretenden flanquear a Calabria con una alternativa adecuada. El punto de partida es éste, y ya es una excelente premisa para construir la negociación venidera: para las evoluciones habrá que estar atentos a lo que suceda en el eje Milán-Londres.
En Casa Milán, mientras tanto, algo se mueve. O mejor dicho, se ha vuelto a mover, porque a las primeras conversaciones han seguido nuevos contactos entre los directivos rossoneri y los representantes del brasileño. Con comentarios más que positivos: titular con Conte, Emerson Royal se encontró como jugador reserva con Postecoglou, que lo utilizó poco y en todas partes, y ahora ha decidido que ha llegado el momento de cambiar de aires, a pesar de que el contrato con el Tottenham prevé otros dos años en la Premier League.
El atractivo del Milan, la oportunidad de reivindicarse en la banda que un día perteneció a su ídolo Cafú y el proyecto que los rossoneri ofrecen al brasileño han hecho el resto: esa cita aplazada en el pasado -Emerson ya estuvo en el punto de mira del Milan en su época del Barcelona, pero también en la libreta del Inter para el puesto post-Hakimi- podría hacerse realidad esta vez. Y el salario no sería un problema.
De lo que se trata, en todo caso, es de encontrar una solución financiera que contente a todos, incluido el Tottenham, por supuesto. Los Spurs consideran a Emerson Royal un jugador importante y no tienen intención de venderlo, pero la petición actual se ha rebajado en unos diez millones con respecto al precio de salida.
En la actualidad, el lateral criado en las favelas de São Paulo podría marcharse por unos 20 millones. La misma cantidad que el Milan había invertido por Theo Hernández en 2019, la misma que gastaron los rossoneri en casi todos los refuerzos del último mercado, desde Loftus-Cheek a Pulisic. Ellos también, como Royal, venían de pasar temporadas principalmente en el banquillo: se han convertido en piezas básicas del último Diavolo.
El plan B sigue siendo Tiago Santos, el portugués de 21 años que se ha consolidado en el Lille a las órdenes de Paulo Fonseca. Tiago y Royal, sin embargo, son perfiles diferentes. En cuanto a características técnicas (Emerson es más propenso a presionar), pero también, y sobre todo, en cuanto a currículo: a sus 25 años, el brasileño acumula tres temporadas en la Premier League y una decena de apariciones en la selección (también perdidas por los numerosos banquillazos de la última temporada en Inglaterra).
Además de las diferencias técnicas, está el contexto: en verano, el Lille dirá adiós con toda probabilidad tanto a Leny Yoro, central de 18 años cortejado por media Europa, como a Jonathan David. En resumen, los franceses no tienen especial necesidad de privarse de un talento que sólo lleva una temporada en la plantilla. A menos que Tiago Santos sea tan tenaz como su colega de banda afincado en Londres: si él también pusiera sus miras en el Milan como Royal, sería toda una carrera…