¿Milán tricolor? Reducida al mínimo. El 22 de mayo de 2022, los rossoneri ganaron su decimonoveno Scudetto, celebrado tras imponerse por 3-0 al Sassuolo. Zlatan Ibrahimovic seguía jugando al fútbol, Stefano Pioli aún no tenía un tatuaje en el brazo y vivía su mejor momento en el banquillo del Diavolo.
Para todos los aficionados milanistas, fue realmente “on fire”. Aquella tarde de hace dos años, los rossoneri saltaron al campo con Maignan en la portería; Calabria, Kalulu, Tomori y Hernández en defensa; Tonali, Krunic y Kessié en el centro del campo; Saelemaekers, Giroud y Leao en ataque.
Y nadie imaginaba ver un día a Paulo Fonseca como heredero de Pioli. Cinco de aquellos once ya no están. Otros dos (Calabria y Saelemaekers) no tienen garantizada la titularidad estos días. Quedan Maignan, Tomori, Theo y Leao, los pilares sobre los que el Milan basará sus ambiciones para la temporada 2024/25.
El primero en decir adiós fue Franck Kessié, el motor del centro del campo. Al expirar su contrato, decidió intentar su aventura en el Barcelona. No le fue bien, tanto que hoy el marfileño está en Arabia Saudí, pero el Milan también le echaba de menos. Que hoy los aficionados rossoneri esperan suplir con Youssouf Fofana. “Pero ese soy yo, no vengo a sustituir a nadie”, aclaró inmediatamente el francés.
El verano pasado le tocó a Sandro Tonali hacer las maletas: la oferta del Newcastle era demasiado rica para decir que no, aunque el corazón rossonero del centrocampista de Brescia sangró un poco antes del sí definitivo. Luego llegó el turno de Rade Krunic, el equilibrista de Pioli, desde enero en el Fenerbahçe. Estos meses, por no decir días, han visto las despedidas de Olivier Giroud, que emigró a Los Ángeles para poner fin a su carrera, y de Pierre Kalulu, ayer mismo oficializado por el Juventus.
Y quién sabe, quizá Ismael Bennacer, que no fue titular el año del Scudetto, pero casi. No es que haya muchos supervivientes entre los “reservas”. Fode Ballo-Touré también está destinado a abandonar el Milan, a pesar de que su fichaje por el Saint Etienne se ha frustrado: a todos los efectos, está fuera de la plantilla. Mientras que Alessandro Florenzi sufrió una grave lesión en Estados Unidos y no se le volverá a ver hasta 2025. Por otra parte, Matteo Gabbia, que regresó en enero tras su cesión al Villarreal, resiste.
Como ya se ha dicho, Calabria y Saelemaekers siguen ahí, pero su titularidad está muy en entredicho. El capitán, también lidiando con una situación contractual peculiar (expira en 2025, no hay acuerdo por el momento para la renovación) tendrá competencia de Emerson Royal, una de las caras nuevas traídas por el mercado de 2024, mientras que el belga, de vuelta de su año cedido en el Bolonia, incluso parecía que se iba, antes de que lograra convencer a Paulo Fonseca de su versatilidad durante la pretemporada.
En definitiva, como se ha dicho, sólo Maignan, Tomori, Hernández y Leao parten con los galones de titulares. Al menos sobre el papel, porque luego es siempre el campo el que mantiene o trastoca las jerarquías.
FURLANI: “IMPOSIBLE QUE LEAO VAYA AL BARCELONA”
En el FC Barcelona sueñan con Rafa Leao, a pesar de los problemas para fichar a su último fichaje, Dani Olmo, que no pudo jugar en su debut en la Liga española. Desde hace un par de días en Cataluña pujan por el portugués, para quien existiría la voluntad del técnico blaugrana Hansi Flick de contar con él en la plantilla. El aliado es Jorge Mendes.
El bombazo llegó hace dos días desde el Chiringuito y fueron los periodistas del diario ibérico los que acudieron a Milanello, tratando de extraer alguna información más. Y a la salida del polideportivo se encontraron con el director general, Giorgio Furlani, que se detuvo para responderles. Adoptando una postura clara. Reproducimos íntegramente el intercambio:
¿Es posible que Rafa Leao juegue en el Barcelona esta temporada?
“No”.
¿No es posible?
“Cero posibilidades”.
¿Se quedará Rafa Leao en el Milan esta temporada?
Definitivamente, al cien por cien.
Si Rafa Leao pidiera irse, ¿habría alguna posibilidad?
“No lo ha pedido. ¿Satisfecho? ¿Todo claro?”.