Las sensaciones eran definitivamente negativas, y las pruebas diagnósticas realizadas en Italia, tras los primeros exámenes con el cuerpo médico de la selección argelina, no han cambiado el escenario: el AC Milan perderá a Bennacer durante al menos tres meses. Y utilizamos la palabra “al menos” porque estamos bailando entre tres y cuatro. En otras palabras, Fonseca podría no volver a verlo hasta enero.
El comunicado del club rossonero explica que “se ha confirmado una grave lesión del músculo gemelo medial del gemelo derecho. Dentro de una semana se llevará a cabo una nueva evaluación por parte de un especialista para definir el mejor tratamiento para una recuperación funcional completa”.
Los médicos, en la nota oficial, no avanzaron deliberadamente en su calendario porque la nueva evaluación prevista para dentro de una semana es para determinar si Ismael tendrá que ser operado u optará por una terapia conservadora.
Desde el principio quedó claro que el problema parecía ser de envergadura, que le quitaba un peón importante a Fonseca y que suponía otro duro golpe para el jugador: el centrocampista ya había sido operado el año pasado (fue a mediados de mayo) de una lesión en la rodilla derecha que le había obligado a estar seis meses y medio de baja y que, en la práctica, había comprometido la mayor parte de la temporada.
SÁBADO MILAN-VENEZIA PARA ROMPER LA MALA RACHA
El inicio de temporada del Milan es digno de las mejores películas de terror. Todo lo que podía no haber girado, no ha girado. Los rossoneri siguen secos en cuanto a “victorias” y después de tres partidos ya son la peor defensa de todo el campeonato, con seis goles encajados al igual que Atalanta y Lecce. En general en cuanto a rendimiento, actitud y elecciones todos han parecido desentonar, desde el nuevo entrenador Fonseca hasta cada uno de los jugadores. A partir del sábado (20:45 PM), cuando el Venezia llegue a San Siro, urge un cambio decisivo.
Esta mañana, el Corriere dello Sport ha rebobinado la cinta de las épocas rossoneras y ha destacado los que han sido los peores arranques de la historia en la era de los tres puntos. El Milan de esta temporada podría igualar el de 1997/1998, cuando tras cuatro partidos los rossoneri seguían estancados en dos puntos: un empate es suficiente para evitar el desaire con la historia, no así con el público y el entorno. Sin una victoria se seguirá hablando de un mal resultado.