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Paolo Scaroni: “Unidad y entusiasmo”

Las elecciones no tendrán lugar debido a la ausencia de candidatos alternativos. El Milan comienza hoy la nueva temporada y Stefano Pioli es el alcalde de Milanello: la temporada irá como irá – predicción fácil: sorprenderá como siempre, es fútbol – pero sobre esto, no hay duda. Pioli en el centro deportivo será entrenador y referencia, según el plan de la empresa.

Tomará decisiones dentro y fuera del campo, estará cada vez más involucrado en el mercado, tendrá responsabilidad y presión. Un gran desafío. Aquí, más que en ningún otro sitio, se notará la ruptura con el pasado. Paolo Maldini solía ir todos los días a Milanello, intervenir, hablar con los jugadores y, en los últimos meses, su relación con el entrenador se había complicado. Ahora, hay un cambio.

El Milan presentará esta tarde su nueva alineación. En una pequeña parte sobre el terreno de juego: Ruben Loftus-Cheek, Sportiello y Romero estarán, Christian Pulisic no, a la espera de los exámenes médicos previstos para mediados de semana.

Las principales novedades, sin embargo, están por llegar. Sobre todo externas: el presidente Paolo Scaroni estará en Milanello, con él el consejero delegado Giorgio Furlani y Geoffrey Moncada, el hombre de las ideas para el mercado.

El nuevo Milan. “Empezar de nuevo con un nuevo reto es siempre una emoción”, declaró Scaroni a La Gazzetta. “Veo un gran entusiasmo por parte de todos, con unidad de propósitos y objetivos comunes. También estaré allí para desear un gran ‘buena suerte’ al entrenador Pioli y a los jugadores que ya han regresado”.

Entusiasmo es una de las palabras clave. Junio fue el mes de la conmoción para el Milan. Ibra se marchó. Un día después, pisándole los talones, el despido de Maldini y Massara. Dos semanas después, Tonali al Newcastle. Tres golpes al alma tradicional y no era casualidad que ayer los milanistas en las redes sociales siguieran hablando del post que Ibra dedicó a la curva, el vídeo de Tonali y su novia comparando las instalaciones del Newcastle con Milanello.

El pasado no es una tirita que se quita en un segundo. El nuevo Milan, sin embargo, gusta y cosecha aprobación. Los 41.500 abonos puestos a disposición por el club ya están agotados, con mes y medio de antelación respecto a la temporada pasada, y hoy la curva desfilará en Milanello como es tradición. Después de los más de 71.000 presentes en San Siro en 2022-23, el mayor número desde 1993, una gran confirmación.

Scaroni también habla de ello: “Estoy feliz de que nuestros aficionados puedan volver a abrazar a su equipo, y estoy impresionado por la gran respuesta a la campaña de abonos, la mejor de los últimos años. Realmente tenemos una afición maravillosa”.

Y de nuevo: “Sigamos por la senda del crecimiento, todos juntos”. Es la segunda referencia en pocas líneas a la unidad, el verdadero hilo rossonero del cambio: tras los años de Maldini y sus plenos poderes -un solo hombre-empresa, desde el mercado futbolístico a la imagen-, el mantra es compartir, decidir juntos, repartir responsabilidades.

Pioli hablará probablemente de ello en la rueda de prensa, a las 14:30. Más tarde, a las 17.00, primer entrenamiento de la temporada con un partido clásico. El Milan permanecerá en Milanello hasta el 21 de julio, y después volará a Estados Unidos para la gira, con tres partidos en 10 días contra el Real Madrid, la Juve y el Barcelona.

Digámoslo así: nada de empezar despacio. “Será un periodo de preparación intenso”, dice Scaroni. “Es una gira muy importante, tanto porque somos el equipo italiano más popular en Estados Unidos como porque nos encontraremos con equipos de talla mundial”.

El Milan empezará allí, entre Los Ángeles y Las Vegas. El 19 de julio, la selección llegará a Milanello -por tanto, la mejor- y en estos 10 días también se espera a Pulisic (cogido), Reijnders (cerca) y posiblemente otra compra de peso, porque Pioli espera ir de gira con el 80-90% del equipo. Si quieren el primer reto, aquí lo tienen: construir un equipo de competición, competitivo en Italia y Europa, en quince días, con un duro calendario en el horizonte. Llámalo la revolución americana.


Mañana concentración en Milanello

Entre una despedida sorpresa y una nueva llegada, el Milan se encuentra en vísperas de la primera jornada de la temporada 2023/24. Mañana en Milanello tendrá lugar la reunión, completada con la conferencia inaugural de Stefano Pioli, en la que el técnico rossonero tendrá un papel cada vez más protagonista (con honores y cargas) dentro de su equipo milanista.

Será él, junto al área de datos, la deportiva encabezada por Moncada y la económica por Furlani quienes den forma al nuevo ciclo rossonero; la intención de la propiedad estadounidense, que ha optado por desprenderse de Maldini y Massara, es avanzar hacia un modelo a la inglesa: ninguna figura principal que actúe como centralizadora, sino un grupo de trabajo que tomará las decisiones de mutuo acuerdo. ¿Será la elección correcta? Sólo lo sabremos con el tiempo. Lo importante es que haya claridad y unidad de objetivos.

A la luz de esta reorganización corporativa, Franco Baresi, leyenda rossonera y vicepresidente honorario del club, estará más implicado en la dinámica y las actividades rossoneras (aquí está nuestro avance exclusivo de ayer). Baresi, que lleva más de 40 años en el club rossonero, podrá compartir su experiencia y credibilidad en beneficio de la directiva y de la parte deportiva, además de ser una garantía para todos los aficionados milanistas.

Pero vayamos por orden y expliquemos cuál será el programa estival de los rossoneri, que incluye Milanello, giras y varios partidos amistosos.

Concentración: 10 de julio en Milanello (VA)

Fechas de entrenamientos (sin retiro):

  • Del 10 de julio al 19 de julio en Milanello.
  • 17-18 de julio: regreso de la selección
  • 21 de julio salida hacia Los Ángeles
  • Del 22 de julio al 30 de julio en Los Ángeles, luego Las Vegas hasta el 2 de agosto.
  • A partir del 3 de agosto, Milanello

Partidos amistosos:

  • Real Madrid, el 23 de julio, en Los Ángeles
  • Juventus, el 27 de julio, en Los Ángeles
  • Barcelona, el 1 de agosto, en Las Vegas
  • Monza, el 8 de agosto, en Monza. Trofeo Silvio Berlusconi

A estos amistosos, ya anunciados y programados oficialmente, podría añadirse otro en Milanello, antes de partir hacia Estados Unidos, contra un equipo de categoría inferior, como ha ocurrido a menudo en los últimos años.

A la espera de que Pioli dé su opinión precisa el lunes por la tarde (rueda de prensa a las 14:30), imaginamos que los objetivos mínimos para el año que viene son: una trayectoria constante y convincente en la Serie A, aspirando a los cuatro primeros puestos sin preocupaciones, una Liga de Campeones a la que hacer honor (estar en el tercer escalón no llevará a un sorteo fácil), al menos superando la fase de grupos, y por último una Coppa Italia que intentar ganar, ya que en los últimos años siempre se ha desairado con demasiada facilidad.

Para ello Pioli necesitará una gran plantilla, no sólo numéricamente sino también en cuanto a valor. Si el año pasado como simples números uno no podía quejarse, el ritmo técnico y la contribución de las “segundas líneas” a menudo decepcionaron, obligando al entrenador a confiar en un pequeño grupo de jugadores. La intención es no cometer el mismo error, dando al entrenador rossonero una plantilla de valor absoluto y con las características más afines a él.

De momento, tras vender a Sandro Tonali al Newcastle por unos 80 millones de euros, primas incluidas, los encargados de reclutar nuevos jugadores tratan de llenar los huecos dejados por los que se van: Tatarusanu fuera y Sportiello dentro, Díaz fuera y Pulisic dentro (la semana que viene estará en Italia), Tonali fuera y Loftus-Cheek dentro, Bennacer fuera durante medio año y se está trabajando seria y concretamente por Reijnders, del AZ.

Evidentemente, los nuevos no son clones ni duplicados de los anteriores, sino perfiles intercambiables que darán a Pioli soluciones diferentes. Cuando termine la fase de sustituciones, esperemos que antes de la marcha a Estados Unidos, pasaremos a la de refuerzos: otro centrocampista, un exterior derecho de valor absoluto y un delantero que pueda sustituir a Giroud sin que se arrepienta.

Por no hablar de las salidas. Hay varios ‘despidos’ en el mercado; de Adli a Rebic, de Origi a Messias, pasando también por Ballo-Touré. Por último, habrá que decidir el futuro de De Ketelaere, junto con el jugador: tras una temporada objetivamente insuficiente, será necesario un plan preciso para valorizar un talento valorado en más de 30 millones de euros.

Un pequeño apunte sobre las estrategias de mercado, ya que la antítesis de la frialdad de los ordenadores y los “algoritmos” a la calidez y la experiencia del hombre es muy fácil de vender a los aficionados.

Nada de esto. Desde la llegada de Elliott al Milan, se ha creado un equipo de mercado que ha hecho uso de todas las herramientas a su disposición, combinándolas para llegar a una síntesis que ha traído a Milanello varios talentos que luego han explotado, otros ‘secundarios’ que han demostrado ser útiles y, por último, varios elementos experimentados que parecían haberlo dado ya todo, pero que en cambio han encontrado una segunda juventud.

En resumen, queda mucho trabajo por hacer para preparar de la mejor manera posible la nueva temporada. Mientras tanto, Pioli y algunos de los muchachos volverán mañana a los terrenos de juego de Milanello (el entrenamiento comienza a las 17.00 horas); sin embargo, no estarán allí muchos de los integrantes de la selección, a los que se ha concedido un tiempo extra de descanso tras sus compromisos de final de temporada con sus propias selecciones.

Se trata, entre otros, de Maignan, Theo, Kjaer, Kalulu, Thiaw, Leao, De Ketelaere, Saelemaekers y Giroud. También será la ocasión propicia para evaluar los perfiles Primavera que se consideren más preparados, decidiendo finalmente a quién se lleva de gira o no.

He aquí la lista de los presentes:

  • Porteros: Sportiello, Mirante, Vasquez, Jungdal
  • Defensas: Calabria, Florenzi; Caldara, Gabbia, Tomori
  • Centrocampistas: Adli, Bennacer (se recuperará de su lesión en Milanello), Krunic, Loftus-Cheek, Pobega
  • Delanteros: Messias, Origi, Rebic, Romero.

También estará Daniel Maldini, a la espera de conocer los detalles de su traspaso al Empoli en calidad de cedido con derecho a compra y recompra.

El verano rossonero entra en su recta final, ya se han colocado las primeras piezas: entre la reunión, los amistosos y el mercado, serán unos meses de julio y agosto verdaderamente incandescentes.


El puzzle para la banda derecha

La trama es laboriosa. Tiene cien matices y otras tantas puertas correderas potenciales. Es complicado hacerse una idea clara porque hay muchas variables en juego: dos zonas del campo por fortificar, por ennoblecer, y reflexiones precisas sobre la mejor manera de asignar la segunda y última caja de jugadores extracomunitarios. Evaluaciones en curso, en Casa Milan, y no son sencillas.

Las dos posiciones que deben -obligatoriamente- ponerse a tiro son la de delantero centro y la de delantero exterior derecho. La temporada pasada se vio cómo los parches ya no pueden bastar. Porque a Giroud ya no se le puede pedir un trabajo duro, porque las alternativas en el centro del ataque no eran ni remotamente creíbles (y están en el mercado), porque en la banda Saelemaekers y Messias dieron el alma pero hay que elevar el coeficiente de calidad.

Las dos zonas del campo no sólo se comunican en la práctica durante los partidos, sino también ahora que el club está rediseñando el equipo. Y la vuelta a escena de la candidatura – fuerte – de Taremi para la camiseta de delantero centro abre el razonamiento. En efecto, el delantero del Oporto es iraní, es decir, extracomunitario.

Se convirtió en el nombre de moda en el momento en que quedó claro que Morata, sin los beneficios del decreto de crecimiento, corre el riesgo de ser una parroquia sobrevalorada. Segundo problema: Chukwueze, exterior derecho del Villarreal, primer objetivo del Diavolo en esa demarcación, también es extracomunitario. Por si no lo había adivinado, ambos puestos son absolutamente prioritarios. Entonces, ¿qué hacer? ¿A quién favorecer? ¿Al delantero o al exterior?

Luz verde al debate, aunque independientemente del nombre sobre el que recaiga la elección, habría una zona importante del campo que se queda con una manta corta. Una primera consideración podría ser la llegada de Pulisic, que puede desplegarse por la derecha sin problemas. El Milan, sin embargo, lo compró principalmente para situarlo en el centro de los tres cuartos. La segunda reflexión se deriva de las dificultades para hacerse con Chukwueze.

A pesar de que el contrato del nigeriano con los españoles expira dentro de un año, el club amarillo sabe que maneja un elemento de claro interés y tira alto. Alrededor de 35 millones: de momento, la distancia con la oferta del Milan ronda los 10. Suficientemente amplia como para presagiar una negociación larga, y que no necesariamente acabe con fumata blanca. De hecho, también hay que tener en cuenta el factor tiempo: “apostar” por el éxito de la operación Chukwueze, armarse de paciencia para convencer al Villarreal, podría significar ver desaparecer otros objetivos.

Una solución -no necesariamente la mejor, pero una solución al fin y al cabo- podría ser traer a Taremi, utilizar a Pulisic de forma bipartita y poner en marcha el Plan B para la banda derecha. En este caso hay dos favoritos: Isaksen, el danés de 22 años del Midtjylland, y Adama Traoré, de 27 años, que acaba de ser cedido por el Wolverhampton. A tenor de todas estas consideraciones, parece obvio que si el Milan logra cerrar con Chukwueze, el nuevo delantero centro deberá tener pasaporte comunitario.


La opción Taremi para el Milan

Número 9 por vocación. Físico. Lanzador de penaltis. Titular en la selección nacional. Un gol histórico de revés en la Liga de Campeones. Une los puntos e identifica la figura: se parece a Olivier Giroud, pero es Mehdi Taremi, un serio candidato a completar el ataque del Milan. Taremi tiene una vida especial, casi única en el fútbol de alto nivel, y unas características que podrían ser muy útiles para el Milan de Pioli. Antes de hablar de él, hablemos del razonamiento del futuro del equipo.

El Milan busca un número 9 para el próximo campeonato, digamos un copropietario, y esto está claro desde hace tiempo. Taremi siempre ha gustado porque lucha, tiene presencia y personalidad, sobre todo marca goles: 57 goles con el Oporto en las dos últimas temporadas. Puede que sea Portugal y no la Premier League, pero pesan. De momento, tres candidatos de todos: Taremi, Álvaro Morata y Gianluca Scamacca.

Morata fue la primera idea del Milan. Les gusta porque es diferente de Giroud, es inteligente, siempre ha jugado a un alto nivel. Por supuesto, necesita confianza, pero el talento está ahí para que todos lo vean, sólo hay que encender la televisión o comprar una entrada para el estadio. La cuestión es que a día de hoy la operación-Morata es muy cara, demasiado.

El Atlético de Madrid pide 20,5 millones, Álvaro razona sobre una cifra entre 5 y 6 millones por temporada. Así que, a buscar alternativas. Scamacca siempre está en la lista: es joven, es uno de los delanteros centro más interesantes de la nueva generación, con el West Ham se puede hablar de una cesión. Taremi, sin embargo, ha ganado terreno en los últimos días como nadie.

Taremi, por 20 millones de euros, por desgracia para el Milan, juega en el Oporto, un club de lo más tenso. Sólo le queda un año de contrato, pero el Oporto no quiere menos de 20 millones por él. Demasiado importante para el equipo. El Milan, sin embargo, se lo está pensando, incluso en estas condiciones. ¿Y Taremi? Taremi tiene las ideas claras: cuenta su carrera, no el dinero. Ha tenido ofertas árabes importantes (Al Hilal…) pero las ha rechazado porque quiere seguir jugando en Europa y recuperar los años que pasó lejos de Europa.

Taremi llegó a Portugal en 2019, tras años entre Irán y Qatar. En su currículum figuran los nobles Persépolis y Al Gharafa. En la 2019/20 jugó en el Río Ave y luego subió de categoría: Oporto. El Milan sería el siguiente paso ideal, pero mucho dependerá de los próximos días, también porque hay interés también de la Premier. Con un obstáculo a tener siempre en cuenta: el estatus de extracomunitario para Italia. De decantarse por Taremi, el Milan tendría que renunciar a Chukwueze, la primera opción como delantero derecho, por el que el Villarreal sigue pidiendo 30 millones.

Hablando de los próximos días, la semana que comienza mañana será decisiva para Tijjani Reijnders, con quien el Milan tiene un acuerdo desde hace tiempo por un contrato de 1,7 millones por temporada. El centrocampista holandés estaba cerca del Milan hace 24 horas: a Pioli le gusta mucho, Tijjani para los rossoneri ni siquiera se ha abierto al Barcelona, y el Milan ha hecho una oferta inicial de 19 millones más cuatro bonus.

Muchos, incluso los directamente implicados, daban por hecho un cierre en torno a los 20-22 millones. El Az, sin embargo, levantó ayer un muro: quiere 25 millones y no tiene prisa por cerrar. Otro cliente difícil, como Oporto y Villarreal. Llegados a este punto, la pelota está en el tejado del Milan: ¿subirán la oferta o irán al paredón?

La parte fácil de la respuesta es ésta: muy pronto Milán, Az y agentes volverán a hablar. La parte difícil es entender quién dará un paso atrás. Es probable que al final se encuentre una solución, quizá gastando un par de millones más de lo previsto, pero conviene ser prudentes. Reijnders, que ayer se quedó fuera del primer amistoso de Az de la temporada, está animado.


Moneyball puede esperar

Han llegado Loftus-Cheek, Pulisic y los de parámetro cero Romero y Sportiello, Reijnders y Chukwueze y pronto podría sumarse alguno de Morata, Taremi o Scamacca: pero, ¿no se suponía que el Milan iba a hacer un mercado “Moneyball” todo a base de algoritmos y estadísticas?

Puede que la oleada a lo Billy Beane aún no se haya materializado. Por ahora, que se diga sin ánimo de ofender ni de sarcasmo, el Milan está en el mercado a la vieja y sempiterna manera de Adriano Galliani o Beppe Marotta, sobre todo buscando gangas entre perfiles conocidos.

El emparejamiento Loftus-Cheek/Pulisic recuerda a la relación entre Todd Boehly, propietario del Chelsea, y Gerry Cardinale, nuevo mecenas del Milan: más que secuencias algorítmicas, la hermandad de estadounidenses en busca de inversiones y negocios en la vieja Europa ha tenido su repercusión.

El método Moneyball. Es el título original de una película de éxito, en italiano ‘L’arte di vincere’ (El arte de ganar), estrenada en 2011, protagonizada por Brad Pitt en el papel de Billy Beane, ahora de 61 años, antiguo jugador de béisbol, luego mánager de los Oakland Athletics, donde introdujo un método matemático-algebraico para elegir jugadores.

No más reflexiones ni intuiciones ni apuestas, sino datos, una innumerable cantidad de cifras: ese era y es el método Billy Beane, hoy asesor de mercado del Milan de Cardinale. En el fútbol italiano prevalece, o al menos ha prevalecido hasta ahora, el llamado “occhiometro”.

Ojeadores, entrenadores y directivos estudian a un jugador, lo ‘olfatean’ y deciden si se lo llevan o no en función de su propia experiencia, de las sensaciones que les dicta su propia visión del balón y, no menos importante, dentro del perímetro presupuestario. Algoritmo frente a ‘olfato’, pero nada impide utilizar uno y otro, cruzar ‘big data’ y percepciones.

No se puede decir que Loftus-Cheek venga de hacer una gran temporada, en el Chelsea 2022/23 no marcó un gol en 33 partidos oficiales, como mucho se le atribuyen dos asistencias. Cierto es que hablamos de un centrocampista de ruptura y el gol no es un parámetro primordial. Sin embargo, en el caso de Pulisic, un delantero, el gol cuenta y el estadounidense en el Chelsea la temporada pasada marcó un gol, con dos asistencias aparte.

Tanto Loftus-Cheek como Pulisic se vieron frenados por las lesiones, un atenuante no genérico, pero dudamos que el Milan los fichara por recomendación de Billy Beane, a menos que el hombre de los algoritmos bendijera los fichajes con informes globales, sobre el conjunto de sus carreras.

Quizá Reijnders sea el tipo de jugador que más se presta al método Moneyball, pero conviene aclarar un punto: ¿esperamos que el ordenador ojee a jugadores semidesconocidos, desconocidos para el gran público, o puede aplicarse a los que se han hecho un nombre? Quizá aquí se esconda el malentendido. Tal vez Billy Beane tiene tantos números y tanto poder que cada solución de mercado de la gestión Cardinale-Furlani pasa por su escrutinio y aprobación.

No lo sabemos y volvemos a la postura inicial: Galliani y Marotta habrían apostado por perfiles similares, si no exactamente idénticos. Hace un año, Paolo Maldini, con Vranckx y Thiaw, parecía más en plan Billy Beane. Sin embargo, el mercado aún no ha terminado, el hombre de la película tiene tiempo suficiente para sorprendernos con compras no tan ‘llamativas’ y muy ‘Moneyball’.

PARA EL ATAQUE SUENA TAREMI

La misión tiene la misma prioridad que las que han dado a Stefano Pioli dos refuerzos en diez días, Loftus-Cheek en el centro del campo y Pulisic en ataque, pero se espera que el plazo sea más largo: el Milan debe dotarse de un delantero centro que flanquee a Giroud y habrá razonamientos al respecto. Por costes, perfiles y oportunidades.

En la corta lista del director general Furlani y de la mano derecha Moncada, hay un 9 navegado como Álvaro Morata, un joven con hambre de revancha como Gianluca Scamacca y luego está Mehdi Taremi, el bombardero del Oporto que nunca ha salido del radar rossonero y que ha vuelto a la palestra en las últimas horas. El partido se juega en torno a este trío: Furlani, Moncada y el resto del equipo de mercado rossonero consideran que son tres 9 dignos del Diavolo, Pioli está de acuerdo.

Mientras Álvaro Morata pasa sus vacaciones en los Faraglioni de Capri con su mujer Alice, continúan los rumores sobre las negociaciones para su desembarco en el Milan. En Via Aldo Rossi llegaban ayer noticias negativas sobre el Decreto Crescita: el español no cumplía los requisitos para acogerse a la rebaja fiscal, según han dictaminado los profesionales que han estudiado su expediente en los últimos días, lo que obliga a las partes a revisar el plan económico.

Morata ha dado su disposición a bajar a 5 millones netos anuales durante los próximos cuatro años, pero a la luz de esta noticia el coste para el club se eleva a 10 millones por temporada. Y luego hay que aclarar la postura del Atlético: desde Madrid presionan para que Álvaro se vaya a Arabia, garantizando los 20 millones de cláusula.

¿La carta del Milan? Morata puja por los rossoneri, también en virtud de un pacto alcanzado con los colchoneros en el momento de la reciente renovación: el club había dicho que estaba dispuesto a reconocer su salida por 12 millones si la oferta llegaba en metálico. La negociación puede entrar en pleno apogeo, pero sólo bajo ciertas condiciones.

Taremi tiene la misma edad que Morata -el español cumplirá 31 años en octubre, el iraní dentro de diez días-, pero interpreta el papel de delantero centro de forma más parecida a Giroud: su peso también se nota en el juego aéreo y las acrobacias, y por eso mismo sería el terminal ideal en el 4-2-3-1 rossonero. Los goles, pues.

Taremi garantiza 20-25 por temporada, y en la última se ha superado a sí mismo: 31 goles en 51 partidos (incluidos 5 en 7 partidos de Champions) es mucho, el doble de los que marcó Morata en el Madrid. El Oporto hizo saber hace tiempo que su ficha vale 20 millones, pero el Milan sabe que Taremi expira dentro de un año: hay margen para mejores condiciones.

La cuestión, en todo caso, es el pasaporte iraní de Taremi: su compra cerraría la puerta a la llegada de Chukwueze, procedente del Villarreal, porque el Milan sólo tiene una plaza disponible para extracomunitarios. Las dos operaciones se entrelazarán inevitablemente, con Gustav Isaksen listo para entrar en escena: entre las alternativas a Chukwueze está el danés de 22 años del Midtjylland.

En segundo plano, la pista de Scamacca, que también gusta al Roma, sigue viva. Los rossoneri han propuesto al West Ham un intercambio con Origi, que por ahora no calienta motores. También porque el belga está decidido a quedarse, aunque en el Portello tienen otros planes en mente para él.


Llega por fin Christian Pulisic

“Te quiero a ti”, decía el tío Gerry en el póster de las barras y estrellas rossoneras. Y Christian Pulisic -de origen croata, pero estadounidense de Hersey, Pensilvania- le correspondió de inmediato: “Yo también te quiero”.

Sólo el Milan cerró la puerta al resto de equipos que intentaron ficharlo, y así fue: desde ayer, el delantero estadounidense es jugador rossonero. No oficialmente -todavía faltan los últimos detalles burocráticos-, pero virtualmente sí: el Diavolo se lo compró al Chelsea por 20 millones de euros más una prima.

Stefano Pioli se prepara para darle la bienvenida a Milanello, preferiblemente en la concentración del lunes, si los nuevos fichajes lo permiten: Pulisic aún tiene que aterrizar en Italia, pasar el reconocimiento médico y firmar el nuevo contrato. A estas alturas, sin embargo, no hay prisa: lo que importa es que el técnico rossonero ha conseguido el refuerzo que pedía, el joven veterano (más de 50 partidos en copas de Europa, un Mundial jugado como protagonista) que puede inventar como número diez, en la banda derecha o izquierda, o incluso moverse como delantero centro atípico.

“Es un gran nombre en Europa, nos ayudaría. Es ese tipo de jugador con grandes habilidades, con gran talento”, había dicho en tiempos insospechados Olivier Giroud, que ganó con él una Liga de Campeones en el Chelsea. La pareja podría reunirse pronto: Pulisic formará parte de la expedición del Milan que jugará con el Real Madrid, la Juve y el Barcelona en la segunda mitad de la gira de julio por Estados Unidos.

Entrará en acción, en definitiva, cuando el nuevo equipo milanista empiece a coger ritmo de cara a la nueva temporada. El momento perfecto: capitán de Estados Unidos ya a los 20 años, el ex niño prodigio del Dortmund es el futbolista más conocido de Estados Unidos, el testimonio ideal para el Milan de RedBird, que quiere conquistar (también) América.

La voluntad de negociación de Christian prevaleció a la larga sobre todas las dificultades financieras. Sí, porque el Chelsea aguantó para defender el precio de uno de sus despidos más preciados. Y no podía ser de otra manera, porque a sus 24 años, Pulisic lo tiene todo para sacudir su carrera, también con vistas al próximo Mundial de América, en casa.

El acelerón decisivo se produjo a primera hora de la tarde de ayer, cuando el consejero delegado de los rossoneri, Giorgio Furlani, decidió subir la apuesta a 20 millones de euros (aunque con pagos plurianuales) más otro millón en primas. En ese momento, la directiva de Stamford Bridge renunció a su vez al umbral de “salvaguarda” de 25 millones, defendido durante mucho tiempo cuando Via Aldo Rossi insistió en cerrar el acuerdo con 16 millones.

Así las cosas, la dirección rossonera pretendía seguir los términos del acuerdo alcanzado por Loftus-Cheek, de nuevo con el club londinense. Evidentemente, sin embargo, los Blues partían de supuestos diferentes en las dos negociaciones. Y fueron precisamente estas diferencias las que alargaron los plazos para el acuerdo sobre Pulisic.

Sin embargo, las excelentes relaciones entre las propiedades de los dos clubes permitieron superar todos los obstáculos, sin descuidar la voluntad del jugador, que está dispuesto a firmar un contrato de cuatro años por unos 4 millones netos por temporada, aceptando una rebaja sustancial con respecto a sus objetivos en Inglaterra. Además, también disfrutará de los beneficios del Decreto Crescita que permite al Milan pagar los impuestos a la mitad.

Así que su elección parece significativa, teniendo en cuenta que su contrato con el Chelsea expiraba en 2024, con la oportunidad de un salario rico gracias a un traspaso de bajo coste. En este sentido, cabe mencionar que en 2019 el Borussia Dortmund lo había vendido al Chelsea por la friolera de 64 millones de euros. Desde entonces, ha alternado corrientes en Londres, pero evidentemente su deseo de volver a los focos es grande y el Milan le ofrece esta importante oportunidad.

Fikayo Tomori siguió un camino similar en el pasado, en aquel caso llegando a Milanello por 29 millones. Esta comparación explica bien cómo el fichaje de Pulisic llega en condiciones favorables para los rossoneri. Hablando del Chelsea, Pulisic es el quinto refuerzo llegado por los Blues entre la era Elliott y la era RedBird: los que le precedieron -los primeros Bakayoko, Tomori, Giroud- conquistaron enseguida San Siro; a Christian y Ruben Loftus-Cheek, otro neo-rojiblanco procedente de Londres, la tarea de continuar la “tradición”.

Pulisic es la cuarta compra de este mercado, tras Sportiello, Loftus-Cheek y Romero. Pero ojo, porque aquí no acaba la historia: el Milan está dispuesto a acelerar por Tijjani Reijnders, un holandés de 24 años del Az Alkmaar al que Pioli ha identificado como un peón indispensable para subir el nivel en el centro del campo.

El diálogo del director general Furlani con el club holandés ha entrado en pleno apogeo y las negociaciones siguen su curso: la luz verde podría llegar este mismo fin de semana o, a más tardar, la semana que viene.


OFICIAL: Luka Romero al Milan

AC Milan acaba de anunciar el fichaje de Luka Romero Bezzana. El centrocampista argentino ha firmado un acuerdo con el club rossonero hasta 30 de junio de 2027.

Nacido en Victoria de Durango (México) el 18 de noviembre de 2004, Luka empezó su carrera en la cantera del RCD Mallorca e hizo su debut profesional con el club en junio de 2020, antes de sumar nueve apariciones y marcar un gol con el primer equipo.

Se marchó a Italia para jugar con el Lazio en 2021 donde ha disputado 21 partidos, con un gol marcado. En el Milan llevará la camiseta número 18. Reconocimientos médicos, puesta a punto deportiva, firma de contrato (hasta 2027).

La llegada de Luka Romero, tras Sportiello y Loftus-Cheek, ha sido la habitual. Si acaso, hay que entender cómo será la que le espera a partir del próximo lunes, día de la concentración en Milanello. ¿Arreglo interno o externo?

Mientras tanto, despejemos el campo de malentendidos: Romero llegó no sólo porque es parámetro cero y porque es argentino con pasaporte comunitario. Sino porque directiva y entrenador lo consideran un perfil con gran potencial, en una zona del campo -el césped a la derecha del ataque- que necesita un soplo de aire fresco.

Obviamente, Pioli lo estudiará bien en la primera parte de la concentración, llevándoselo de gira, de la que el técnico volverá con las ideas más claras. No sólo sobre Luka, sino también en función de cómo evolucione el mercado ofensivo en general. De hecho, el destino de Romero en la temporada 2023/24 no depende sólo de él.

Como se ha dicho, el papel es delicado y mucho depende de los nombres que vayan a intervenir. Empecemos por las (potenciales) salidas. El primero de la lista es Messias, considerado menos funcional que Saelemaekers. El Milan ya ha intentado, hasta ahora sin efecto, incluirle en algunas negociaciones. En cuanto al belga, en cambio, hay una teoría bastante interesante que le vería también como candidato a cubrir la banda izquierda.

El suplente de Leao, en definitiva. Aquí, sin embargo, se desencadenan otras situaciones en cascada, en un dominó no precisamente agradable: la intención del club es, de hecho, “despejar” ese carril despidiéndose tanto de Rebic como de Origi, pero entre el dicho y el hecho…

Están, por ejemplo, los abultados salarios de ambos, la valoración por debajo de lo esperado que les han dado los posibles compradores y, al parecer, el deseo de Origi de redimirse de su mal año quedándose en el club rossonero.

ACUERDO TOTAL CON PULISIC

Son horas muy calientes en lo que a la negociación por Pulisic se refiere. De hecho, Milan y Chelsea han estado en contacto constante esta mañana para cerrar definitivamente el acuerdo por 20 millones de euros más bonus.

En estas horas se espera el visto bueno definitivo y final, para cerrarlo todo antes de que comience la concentración veraniega del Chelsea y poner cuanto antes al jugador estadounidense a disposición de Stefano Pioli.

Las negociaciones que llevarán a Christian Pulisic a Milanello están en su fase final. Una vez resueltas las últimas primas, el estadounidense se trasladará a los rossoneri para iniciar un nuevo capítulo en su todavía joven carrera.

Según escribe esta mañana el Corriere della Sera, el objetivo de Stefano Pioli y del Milan en general es traer a Pulisic a Milán ya en la concentración del 10 de julio, dentro de tres días. Será una carrera contrarreloj, pero merecerá la pena.


Morata quiere irse al Milan

Querido por Italia, querido por el Milan. Álvaro Morata en estos días ha mandado mensajes claros y contundentes a los rossoneri. Directos e indirectos. En primer lugar, su agente Juanma López se ha puesto en contacto con la cúpula directiva de vía Aldo Rossi, firme en el mandato de su cliente, que recientemente ha decidido abandonar Madrid con el total apoyo de Alice Campello, la esposa veneciana que conoció en Milán, y de toda la familia.

Esta investidura lo ha hecho todo más fácil. Tanto que las partes esbozaron el plan de viabilidad de la operación. Paralelamente, Morata recibió una llamada de esas que no pasan desapercibidas: José Mourinho, de hecho, le pidió que se uniera a él en la Roma. Con Paulo Dybala -uno de los mejores amigos de Álvaro y padrino de la pequeña Bella, la última de los cuatro hijos de Álvaro- actuando de imán.

La respuesta fue educada, pero con un no rotundo que cerró la puerta al Special One. No hay que darle más vueltas: a Morata, acostumbrado a los focos de la Champions -la juega ininterrumpidamente desde 2010, salvo un paso por la Europa League con el Chelsea en 2018-, le atrae la idea de volver a ser protagonista en el mismo torneo en un club que ya le tentó varias veces en el pasado.

También sabe que Pioli le recibiría con los brazos abiertos. En Via Aldo Rossi valoran la disponibilidad de Álvaro, mientras que la propia Roma cuenta con el sí de Gianluca Scamacca, que también está en el punto de mira de los rossoneri como alternativa al español. Sin embargo, para que la operación Morata salga adelante es imprescindible cuadrar las cuentas, un aspecto en el que la propiedad milanista está muy interesada.

Y también en este perfil Álvaro da grandes muestras de apertura, ya que está dispuesto a renunciar a los 6,5 millones de euros netos que le garantiza el contrato que acaba de renovar con el Atlético. Si el Milan le garantiza un contrato de cuatro años, también podría estar bien con un sueldo de 5 millones netos. Y si las investigaciones de los expertos fiscales confirman que tiene derecho al Decreto de Crecimiento, entonces la carga para las arcas del Milan puede suavizarse, teniendo en cuenta que pagaría la mitad de impuestos.

Todos estos argumentos se han puesto sobre la mesa, pero falta rematar la faena con la negociación con la empresa española. Miguel Ángel Gil, consejero delegado del Atlético, y el entrenador Andrea Berta han incluido una cláusula de 20 millones en el acuerdo para la renovación de Morata, pero el Milan no tiene intención de pagarla. De hecho, se vislumbra una vía intermedia, con una rebaja que permitiría el traspaso por 12 millones.

Pero, ¿aceptará el Atlético conceder estas cifras? Esta es la parte más delicada de un asunto de mercado que está a punto de llegar a su punto álgido. No es ningún misterio que la directiva milanista ha examinado con interés la candidatura de Morata en el aspecto técnico, aunque el carné de identidad no ayude a Álvaro: ya tiene 30 años. De ahí que en esta coyuntura se siga hablando de Scamacca, de 24 años en el carné de identidad, que podría llegar cedido por el West Ham. Pero las ganas locas de Morata en estos momentos marcan la diferencia, un valor añadido a tener en cuenta.

Sobre todo en la casa rossonera, porque la pelota ha pasado ahora a Giorgio Furlani, consejero delegado del Milan, y a Geoffrey Moncada, su mano derecha en el mercado. Morata quiere volver a Italia y está a la espera de que el Milan dé el siguiente paso, el decisivo, también porque la presión de Arabia se dispara: Al Ettifaq está dispuesto a cubrirle de oro, con más de 30 millones por temporada en su nómina.

No es casualidad que ayer Enrique Cerezo, presidente del Atlético, intentara enfriar la pista milanesa: “No creo que vaya a Italia”. Álvaro no es de la misma opinión, al contrario: se está tomando su tiempo porque espera al Diavolo y de momento la idea de jugar en el Milan le convence más que los millones árabes. Pero hay que aprovechar rápido el momento fugaz: la espera de Morata será eterna.

Por otro lado, la espera de Christian Pulisic y Tijjani Reijnders, los refuerzos que la ‘comisión’ de mercado rossonera ha identificado junto a Pioli para el centro del campo y el ataque, no debería durar demasiado: ambos están cada vez más cerca del Milan. Chelsea y Az Alkmaar piden la misma cantidad, 25 millones, y las ofertas de los rossoneri también son más o menos equivalentes, estamos en torno a los 18-20 millones.

Las conversaciones con los Blues por Pulisic avanzan a buen ritmo y el acuerdo podría cerrarse entre el fin de semana y principios de la próxima semana. Las conversaciones con el Az por Reijnders se han acelerado en las últimas horas: ayer fue el propio Furlani quien mantuvo conversaciones con los directivos holandeses. Las distancias se acortan y el optimismo crece.

Empecemos por las certezas: el Milan busca un 9 y Álvaro Morata es el hombre adecuado. Es delantero centro de oficio y lleva haciéndolo con éxito desde niño. En su novela de formación hay un capítulo fundamental, escrito en Turín con la camiseta de la Juventus: es en el bianconero, donde llega en el verano de 2014 con Allegri en el banquillo, donde Morata se hace grande. Es decir, apto para jugar como primer delantero en un club top. Morata empezó como reserva de su compatriota Llorente, luego se hizo un hueco a fuerza de goles -nunca muchos- y movimientos, tácticamente perfectos para Tévez y sus otros compañeros, contribuyendo a los Scudettos ganados. Con los años, Morata ha acelerado el motor de cara a portería, ha sumado experiencia y trofeos de todo tipo, pero su capacidad para ser apreciado por quienes le entrenan sigue siendo la misma: Álvaro es un 9 moderno que varía y remata, se desmarca y a veces retrocede como director ofensivo.

En el Milan, donde Giroud lleva un par de temporadas cargando sobre sus hombros el departamento central del ataque, necesitan otro delantero centro, una alternativa al francés. Mejor no sólo en términos de rotación, sino también desde el punto de vista táctico: dicho así, Morata es el hombre adecuado para Pioli.

Como delantero sabe moverse, sobre todo en los campos de la Serie A: cuando volvió a la Juve, entre 2020 y 2022, nunca dejó de aportar, acabando con 11 y 9 goles en las dos temporadas jugadas con Pirlo y luego Allegri en el banquillo. Morata conoce perfectamente nuestra liga, sabe atacar y por eso le gusta al Milan: su integración no llevaría mucho tiempo, ya está preparado para la Serie A.

Y obviamente para la Liga de Campeones: la juega con regularidad desde 2010, ha levantado dos con la camiseta del Real Madrid y su experiencia internacional se enriquece con su historia en la selección española, de la que recientemente ha llegado a ser capitán. Su fichaje iría en la línea de la filosofía rossonera con los delanteros centro en los últimos años: entre Elliott y la directiva franjirroja, el Diavolo exprimió los goles de la gente experimentada.

Mientras Leao maduraba y aprendía el arte de disparar con frialdad, Ibrahimovic empujaba al equipo hacia entre 2020 y 2021, desde la plenitud de su edad: regresó a los rossoneri con 38 años, volvió a ganar un Scudetto con 40 y se fue con 41.

Giroud también había llegado a Milanello como suplente (de Ibra, precisamente) pero por el camino se ha convertido en titular indiscutible para Pioli: sus goles no son los de los máximos goleadores pero pesan casi todos, véase el doblete en el derbi por el Scudetto o el gol a Maradona. Morata puede replicar modelos anteriores y reafirmar la ley no escrita que rige el ataque del Diavolo: los rossoneri mayores de 30 años son una garantía en el área.

Sin embargo, no sólo es un delantero centro muy fiable, porque su técnica y dinamismo le permiten variaciones bastante interesantes sobre el tema. En su segunda vida como jugador de la Juventus, por ejemplo, Allegri lo utilizó escorado a la izquierda, en una posición atípica que también podría desempeñar en el Milan si fuera necesario. Mover a Rebic de la izquierda al falso 9 había sido un éxito táctico para Pioli, con Morata podría ocurrir lo contrario. Pulisic lo permite, claro: el estadounidense también puede hacer daño por la izquierda.

Otra opción, en caso de emergencia, el doble 9: Pioli ya lo hizo en el pasado con Ibra y Giroud, para aumentar kilos y centímetros en el área y desatascar situaciones complicadas. Podría volver a hacerlo con Morata, y para Álvaro sería un déjà-vu: en 2018 él y Giroud compartieron el ataque del Chelsea de Sarri, que los alternó. Por momentos, ambos formaron pareja: un puñado de partidos y ningún gol. Sabes qué pasaría si la historia cambiara en el conjunto rossonero?

LUKA ROMERO HABLA PARA MILAN TV

Luka Romero, nuevo fichaje rossonero, hizo sus primeras declaraciones como jugador del AC Milan a los canales oficiales del club. Estas son sus palabras a Milan TV:

Sobre su llegada al Milan: “Este club es un sueño para mí, es un club con mucha historia y espero hacerlo bien”.

Jugar en San Siro: “San Siro es un gran estadio. Nunca he jugado allí, aunque siempre he querido hacerlo. Es un sueño estar aquí”.

Objetivos y aspiraciones: “Lo más importante para un futbolista es jugar. Vengo aquí a aprender de los mejores jugadores, entreno con ellos todos los días y estoy seguro de que aprenderé algo”.

¿Qué se lleva de la Copa Mundial Sub-20? “Ahora que estoy aquí pienso en entrenar duro. Si lo haces bien en los partidos internacionales luego vienen las exigencias, en el sub-20 nos fue bien. Obviamente no queríamos quedar eliminados antes pero así es el fútbol, ahora estoy aquí y estoy contento.”

¿Ha hablado con Romagnoli del Milan? “Hablé con él antes de venir, me dijo que es un club con mucha historia y que encajaré muy bien.”

Sobre sus sueños de niño: “De niño sueñas con jugar la Liga de Campeones, es el sueño de todos”.

Sobre su papel: “El papel que me gusta mucho jugar es detrás del punta, donde jugó Brahim el año pasado. Pero también puedo jugar en la banda izquierda o en la derecha”.

Sobre sus ídolos: “Siempre me han gustado mucho Ronaldinho y Kaká”.

¿Qué tipo de chico eres? “Soy una persona muy tímida y muy tranquila. Me gusta estar con mi familia y jugar al tenis”.

Un mensaje a la afición: “Hola, soy Luka y quiero daros las gracias por todo. Siempre forza Milan”.


Nace el Trofeo Silvio Berlusconi

Una iniciativa conjunta, que tendrá lugar anualmente y “quiere honrar y mantener viva la memoria del Presidente, que escribió páginas imborrables en la historia de ambos clubes”. Los dos clubes se turnarán en la organización del partido, que comenzará en el U-Power Stadium

De Luigi a Silvio. En nombre del Milan y, por supuesto, de Monza. Nace el Trofeo Silvio Berlusconi, la primera iniciativa en el mundo del fútbol dedicada a la memoria del antiguo propietario del club rossonero y de Brianza.

Una decisión tomada muy rápidamente, ya que se trata de un acontecimiento organizado normalmente en los meses de verano. La primera edición del trofeo está prevista para el 8 de agosto en el U-Power Stadium de Monza, con saque inicial a las 21:00 horas.

Los dos clubes lo han dado a conocer en un comunicado conjunto publicado al mismo tiempo en sus páginas web. “En nombre de Silvio Berlusconi, el Milan y el Monza anuncian la decisión de instituir el Trofeo Silvio Berlusconi, un partido amistoso que los dos clubes queridos por el Presidente disputarán cada año”, reza la nota.

“En las temporadas siguientes, se alternarán los estadios de los dos clubes en los que se disputará el partido. Esta iniciativa pretende honrar y mantener viva la memoria del Presidente Silvio Berlusconi, que escribió páginas indelebles en la historia de ambos clubes”, prosigue el comunicado.

Una iniciativa, por tanto, que prescinde del destino societario respecto a Monza, aún poco claro por el momento. Este trofeo sustituye por tanto al trofeo Luigi Berlusconi, que Silvio había creado en memoria de su padre y que cuenta con 25 ediciones.

Iniciado en 1991, la última edición se celebró en 2021. Ahora entran en escena el Milan y el Monza (antes, el gran rival de los rossoneri había sido la Juve, con algunas participaciones del Inter y una aparición del Real, el Bayern y el San Lorenzo.


Pocos argentinos triunfaron en el Milan

Esta es la historia de un amor que nunca floreció, a pesar de los acercamientos, los intentos de convivencia, incluso los insistentes juicios. Nada que hacer. Milan y el argentino no consiguen hacer despegar su romance. Es como si hubiera una especie de maldición que impidiera materializar ese vínculo, algo extraño y misterioso, imposible de investigar, pero real porque hay experiencias, hechos que lo atestiguan.

Cuando un jugador argentino viste la camiseta rossonera, salvo en casos muy contados, se puede estar seguro de que se está ante un fracaso. Ahora que el joven Luka Romero, talentoso delantero de banda, aterriza en Milanello, sólo queda desearle un revés y una patada definitiva a este asunto tan absurdo que corre el riesgo de traspasar los límites de la normalidad y rozar lo paradójico.

Una mirada atenta a la historia rossonera no revela casos de argentinos felices. El Milan ha sido sueco (recuerden el trío Gre-No-Li), ha sido holandés (Gullit-Van Basten-Rijkaard), ha sido brasileño (tras los años dorados de Altafini, llegó la era de Dida, Leonardo, Cafú, Kaká, Pato, Ronaldinho y compañía). En Buenos Aires y alrededores, sin embargo, nunca encontró la felicidad.

Si acaso, fue el Inter el que encontró el tesoro en la Pampa: aparte del presente con Lautaro Martínez, piénsese en Javier Zanetti, el capitán de capitanes, en Cambiasso, Milito y Samuel, todos héroes del Triplete que celebraban la gloria recién conquistada reuniéndose en las casas de los demás, cocinando carne a la parrilla, bailando tango y entonces era como estar en Buenos Aires.

En el Milan es como si los argentinos hubieran encontrado la puerta no cerrada, sino atrancada. Aquí no se entra. Un fenómeno como Antonio Valentín Angelillo lo intentó al final de su carrera. La temporada 1965-66, Nils Liedholm le llamó a filas: 11 partidos, un solo gol. Para alguien que, con la camiseta del Inter, antes de ser víctima del ostracismo de Helenio Herrera, había marcado 33 goles en una temporada, resultaba ciertamente extraño.

Otro goleador de raza como Gonzalo Higuaín en el conjunto rossonero duró el espacio de un otoño. Llegó de la Juve en una onerosa cesión, disputó 22 partidos, marcó la miseria de ocho goles y en enero hizo las maletas y se marchó al Chelsea. El Pipita, en el Nápoles, era alguien que había marcado 36 goles en 35 partidos de liga, no un cualquiera.

Sin embargo, los colores del Diavolo nunca se le pegaron a la piel. Los que tuvieron más éxito fueron Andrés Guglielminpietro, que marcó el gol del Scudetto en Perugia en 1999, y Hernán Crespo, que incluso marcó un doblete en la final de la Liga de Campeones en Estambul.

Pero incluso allí la maldición, terrible, acechaba en los pliegues de una felicidad efímera: el Milan, aquel desafío que ganaba 3-0 al final de la primera parte, lo perdió ante el Liverpool en los penaltis y Crespo sintió el mayor dolor de su carrera. No hay paz ni siquiera cuando parece haber un rayo de luz.

Dejando a un lado los pasajes anodinos de los distintos Chamot y Ayala, Coloccini y Musacchio, Biglia y Maxi López, merece la pena detenerse en el que en su momento, a finales de los ochenta, fue considerado un talento tan absoluto que el presidente Berlusconi se enamoró de él: Claudio Borghi.

Con Argentinos Juniors había encandilado en la Copa Intercontinental, incluso se había subido al escenario pese a tener enfrente a un genio del fútbol como Michel Platini, y sin embargo, cuando llegó a los rossoneri, a instancias del jefe, no sólo no despuntó sino que ni siquiera tuvo la oportunidad de intentarlo. Arrigo Sacchi le rechazó.

Quería a Rijkaard para completar el Milan holandés y así Borghi acabó en el olvido, quizá víctima de un diseño táctico que no era su traje natural, o quizá también a él le mató la maldición del Argentini milanés. Hay un caso bastante curioso en la historia del Diavolo, el de Néstor Combin. Delantero centro argentino de nacimiento, pero con pasaporte francés, alcanzó el techo del mundo con el Milan: ocurrió en 1969.

Marcó un gol en el 3-0 de la ida contra Estudiantes y en el partido de vuelta, en la Bombonera de Buenos Aires, recibió insultos, patadas y puñetazos, hasta el punto de que tuvo que salir sangrando en camilla, porque los hinchas argentinos le consideraban un traidor por no haber hecho el servicio militar en su tierra natal y haberse trasladado a Francia.

Después del partido fue incluso detenido y encarcelado en una prisión de Buenos Aires: sólo la intervención de los directivos del Milan y del embajador italiano permitió su liberación. Combin salió de la cárcel con la cara hinchada, la cabeza dolorida y las piernas que apenas podían sostenerle.

En esta imagen está la metáfora de un argentino vestido con la camiseta rossonera: incluso en un día glorioso, cuando se ha alcanzado el techo del mundo y se puede disfrutar de las propias proezas, hay lugar para el miedo y el dolor.

La esperanza es que la llegada de Luka Romero al club rossonero sirva para invertir una tendencia que se ha convertido en costumbre con el paso de los años (a diferencia de lo que ocurrió con el Inter…), donde esta mañana ha realizado las visitas médicas y firmará su nuevo contrato con el Milan hasta el 30 de junio de 2027.

D’OTTAVIO ES EL NUEVO DIRECTOR DEPORTIVO

Tras el adiós de Maldini y Massara, desde Via Aldo Rossi lo habían tenido muy claro: ni un nuevo director técnico ni un nuevo director deportivo llegarían de fuera (por la coincidencia de aquellos días, más de uno había pensado en Tare, salida del Lazio y viejo objetivo rossonero). Y así fue.

El Milan se reorganizó internamente, confiando las directrices del mercado primero al director general Furlani, y luego a su mano derecha Moncada, jefe de ojeadores. El puesto de director general, sin embargo, seguía sin cubrirse, al menos en términos burocráticos. Y ahora se ha esclarecido el nombre: se trata de Antonio D’Ottavio, jefe de ojeadores del sector juvenil.

Nacido en 1982, D’Ottavio llegó al Milan en 2017 tras su experiencia, también en el scouting, en Torino, Sunderland e Inter. Un hombre de la confianza de Moncada, por tanto, con el que seguirá trabajando, ampliando a su vez su perímetro de acción como hizo Moncada.

Eso sí, con un subrayado importante: D’Ottavio pasará a formar parte del equipo rossonero que opere en el mercado, pero siempre dentro del modelo colegial -llamémoslo anglosajón- sobre el que se ha montado la nueva gestión directiva. En otras palabras: no será la figura del clásico director deportivo que se mueve de forma más o menos autónoma para llevar las negociaciones y manejar el presupuesto.

El hecho de que la elección haya recaído en una figura ya presente en el club -evidentemente apreciada-, es una confirmación del nuevo modelo rossonero. D’Ottavio había llegado al Milan bajo la dirección china de Li Yonghong y se había confirmado entonces a pesar de los sucesivos cambios de propiedad. Había recibido su diploma federativo como d.s. en abril de 2022.

LOS DETALLES SOBRE TIJJANI REIJNDERS

El centro del campo del Milan se ha revolucionado y seguirá cambiando. Tras la grave lesión de Bennacer, que estará disponible y en buena forma hacia finales de otoño, el doloroso adiós de Sandro Tonali. El Milan empezará la temporada con un centro del campo inédito.

El club trabaja para dar cuanto antes a Stefano Pioli los jugadores con los que construir la columna vertebral del Milan que llegará desde el inicio del encuentro y uno de los nombres sobre los que existe un fuerte interés por parte de la directiva rossonera es el de Tijjani Reijnders, a quien el propio Milan le gustaría tanto que rechazaría cualquier otra propuesta, como la del Barcelona.

Tijjani Reijnders nació en Zwolle el 19 de julio de 1998. Creció futbolísticamente y debutó en el club de la ciudad, pero enseguida se marchó al AZ Alkmaar. Juega como centrocampista central o como medio centro, pero cuando ha sido necesario también ha podido ocupar posiciones en ambas bandas, en el centro del campo y en ataque, y también ha sido útil como trequartista.

Dinámico y proactivo, es útil en todas las fases del juego. Su papel, sin embargo, es el de centrocampista. Físicamente fuerte, pero también dotado de una importante técnica de base, Reijnders es 185 cm de corazón, técnica y pulmones al servicio del equipo.

Su aclimatación al Milan, al Milan y al fútbol italiano es un factor que conlleva otras variables a tener en cuenta, pero en lo que respecta al jugador en cuestión, sería una incorporación importante, sobre todo teniendo en cuenta la marcha de Tonali. Reijnders que coincide con el perfil técnico y físico de Sandro Tonali y que intentará ofrecer a Stefano Pioli las mismas garantías que le ofreció el ex número 8 ahora en el Newcastle.

Reijnders viene de una temporada en la que disputó 54 partidos, marcó siete goles y dio 12 asistencias. De esos números, 34 apariciones en la Eredivisie, con tres goles y ocho pases de gol. Al parecer, el centrocampista holandés ha dicho sí al Milan por un contrato de cinco años y 1,7 millones por temporada.

El Milan y el AZ aún no han llegado a un acuerdo sobre la ficha del jugador, cuyas exigencias holandesas ascienden a 25 millones. No obstante, se confía en encontrar un punto de encuentro antes del fin de semana para que Reijnders esté presente el primer día de la concentración del equipo.