
Su tarjeta de visita es un apodo. ‘Bestia brasileña’. Se lo cosieron a Igor sus compañeros del Spal, para dar la idea de una roca infranqueable. Un defensa torvo, difícil de superar. El ex jugador de la Fiorentina, ahora en el Brighton, es uno de los nuevos nombres del mercado del Milan. Y podría regresar a Italia tras sólo un año en la Premier League.
Antes de llegar a Inglaterra y recalar en la Serie A, conviene repasar su trayectoria a modo de introducción. Igor nació el 7 de febrero de 1998 en Bom Sucesso, unos 17.000 habitantes al norte de Río de Janeiro, en Minas Gerais. Curiosamente, su perfil dista mucho del estereotipo del futbolista brasileño. Tras sus comienzos como centrocampista en las categorías inferiores del Atlético Mineiro y experiencias en un par de equipos locales más, Igor conoció el fútbol de las grandes ligas de la mano del Bragantino, equipo de Red Bull. Nada más cumplir la mayoría de edad, se trasladó a Austria a través de la red de clubes de la famosa bebida energética, entre Liefering y Salzburgo. En un par de años conoció también las competiciones europeas, con sus primeras apariciones en la Youth League, y luego se encontró en el Austria de Viena. El gancho para el salto a Italia.
Fue en 2019 cuando el Spal decidió comprarle, superando la competencia del Santos. En Ferrara, Igor se familiarizó con la Serie A y en pocos meses convenció a la Fiorentina para que invirtiera en él en el mercado de enero. Con un acuerdo especial: un préstamo de dos años con recompra obligatoria a 5 millones, con un porcentaje sobre la futura reventa y una prima por la primera convocatoria con la selección. Testimonio, por ambas partes, de la creencia en su valor.
Con el club viola, su crecimiento fue evidente y en tres temporadas y media en Florencia acumuló 110 partidos, convirtiéndose en un fijo para Italiano, que apreciaba especialmente sus cualidades físicas y su solidez. Los que vieron de cerca la concentración de 2021 en Moena, la primera del entrenador con los toscanos, lo describen como un adicto al trabajo, informan de una cierta armonía entre ambos y de una frase utilizada con una sonrisa para motivar a todo el grupo: «Vamos, chicos. Hasta que Igor no pueda más’.
Aquí se abre otro capítulo: el técnico recibió repetidos agradecimientos del defensa por mejorarle como profesional, pero su experiencia con los toscanos terminó en 2023 con la final de Conferencia perdida en Praga y manchada por un error en el gol de Bowen. Un descuido que le costó la reprimenda en directo del entrenador en su último partido con la Fiorentina.
En verano se marchó al Brighton por unos 20 millones (17 + bonus, de nuevo con cláusula de futura reventa). Tras una primera fase de aclimatación, De Zerbi apostó por él, situándolo en el centro de la defensa y también como lateral izquierdo. ¿Botín? Treinta y tres partidos entre Premier League, copas nacionales y Europa League. El ex entrenador del Sassuolo, en el momento de la compra, no había ocultado su sonrisa: ‘Puede ayudarnos en una posición crucial, la de defensa central. Ahí es donde empieza el juego’. El Diavolo piensa lo mismo.